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Thursday, July 02, 2015

Washington y La Habana y la nueva vieja política

Washington y La Habana y la nueva vieja política
FRANK CALZÓN

La muy esperada apertura de la embajada norteamericana en La Habana,
como parte de la normalización de relaciones entre los dos países,
incluye importantes concesiones al General Raúl Castro que difícilmente
podrán ser aceptadas por las administraciones norteamericanas futuras.

Entre otras concesiones, está el pago al gobierno cubano por los
servicios dentro de la misión norteamericana de cientos de empleados
cubanos que reportan a los servicios de inteligencia castristas.

Las embajadas estadounidenses en América Latina contratan empleados que
son ciudadanos de los países donde operan, pero en Cuba esos empleados
lo son del gobierno cubano y a él responden; por más que se esperaba que
esa anómala situación se terminase con la apertura de embajadas.

Además, el Departamento de Estado aún no ha respondido a las preguntas
del Congreso sobre si el régimen raulista por fin se ha comprometido a
respetar la valija diplomática de su vecino del norte.

Más de un senador se ha quejado de la falta de transparencia en las
negociaciones con La Habana, la falta de consulta con el Capitolio, y la
presencia de un fuerte operativo policiaco que dificultará a los cubanos
el acceso a la nueva embajada, que radicará en el mismo edificio de la
actual Sección de Intereses, sólo que con un nuevo letrero más la
bandera norteamericana ondeando de nuevo en Cuba después de 54 años.

Lamentablemente, el anuncio ocurre a pocos días del arresto de 226
disidentes pacíficos en toda Cuba, represión sistemática que ya no
parece interesarle a la Casa Blanca. A la Administración tampoco parecen
interesarles las alianzas de los Castros con Corea del Norte, ni con
Irán, ni el restablecimiento de una presencia militar rusa cada día más
hostil a los intereses norteamericanos. Esa presencia militar incluye la
anunciada reapertura de una base de espionaje cibernética rusa en Cuba.

La normalización ocurre bajo circunstancias sin precedentes, si se
revisa la diplomacia norteamericana en la región en años recientes, y no
augura nada bueno ni para los derechos humanos en la Isla ni para el
legado de Obama hacia Cuba.

Este cuatro de julio, cuando los norteamericanos celebran la
independencia de su país y las libertades que disfrutan, los cubanos que
sufren por querer reestablecer la democracia en la isla y que defienden
los derechos humanos no serán invitados a la gran celebración auspiciada
por la misión diplomática norteamericana porque al General Raul Castro
le desagrada que los miembros de la oposición puedan compartir con
diplomáticos y otros extranjeros. En realidad el régimen tiene poco
menos que un veto en cuanto a quien invitaran los norteamericanos a su
embajada, y como en años recientes la cuestión se resolverá organizando
dos celebraciones, una como la que tiene lugar en todas las embajadas
alrededor del mundo, y otra para los disidentes. En otras capitales la
lista de invitados incluye el cuerpo diplomático, funcionarios del
gobierno, profesores, periodistas, y representantes de partidos
políticos, lo mismo los del gobierno que los de la oposición. El
Presidente Obama posiblemente no está enterado de esa segregación, y los
norteamericanos se horrorizarían si se enteran de ella.

En realidad, la nueva política no es más que un reciclaje de la vieja
política de hace más de medio siglo, cuando los derechos humanos no eran
importantes para Washington y los intereses económicos yanquis campeaban
por sus respetos.

Los archivos están llenos de fotos de sonrientes presidentes
norteamericanos con dictadores latinoamericanos en uniforme. El
Presidente Obama tendrá que ir acostumbrándose a ver su foto con Raul
Castro en la colección de fotos de sus predecesores con Trujillo,
Somoza, Batista y otros hombres fuertes.

Director ejecutivo del Centro para Cuba Libre

Source: FRANK CALZÓN: Washington y La Habana y la nueva vieja política |
El Nuevo Herald El Nuevo Herald -
http://www.elnuevoherald.com/opinion-es/article25996795.html

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