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Wednesday, July 22, 2015

Las relaciones diplomáticas y el fin del “paquete”

Las relaciones diplomáticas y el fin del "paquete"
Entre los intereses que deben proteger las embajadas de Cuba y EEUU está
el de velar por los derechos de autor de sus ciudadanos, un acápite
violado reiteradamente por el gobierno cubano
miércoles, julio 22, 2015 | Roberto Jesús Quiñones Haces

GUANTÁNAMO, Cuba. – Cuando entre cubanos se habla "del paquete", se sabe
que la frase alude al condensado de programas televisivos, series,
seriales, novelas, musicales, películas e informativos del exterior que
semanalmente se compila y se vende entre la población, de forma
clandestina, a través de un disco duro portátil o memoria flash.

La adicción al paquete se ha extendido por todo el archipiélago y lo
mismo usted puede encontrarlo en la más suntuosa residencia habanera que
en los parajes más intrincados de Baracoa.

Pero existe otro paquete, y por partida doble si tenemos en cuenta que
en Cuba también se le dice "paquete" a toda obra artística carente de
atractivos, densa, pesada o increíble por la facturación de su fábula.
Ese paquete por partida doble es la programación de la televisión cubana.

El primer paquete

Recientemente la Dirección Provincial de Trabajo de Guantánamo tomó la
decisión de prohibir al casi medio centenar de trabajadores por cuenta
propia que se dedican a la actividad denominada "Comprador-vendedor de
discos", el uso de memorias flash como medios transportadores de
productos audiovisuales. Según la medida los solicitantes de los
servicios de estos trabajadores tendrían que usar CD o DVD.

Tal medida generó inmediatas protestas y la entidad tuvo que dar marcha
atrás y declarar que el uso de memorias flash para copiar materiales
audiovisuales no estaba prohibido, que sólo constituye violación el uso
de tales aditamentos y otros simulares si en ellos se manipulan
contenidos que no se ajustan a las políticas aprobadas en el país,
refiriéndose a no reproducir materiales donde se violen los derechos de
autor, pornográficos u otros que atenten contra la ética, la moral, los
hábitos, las costumbres y los principios de la revolución, según
apareció en una nota informativa publicada por el periódico Venceremos,
órgano oficial del comité provincial del partido comunista, el 19 de
junio del 2015.

Sorprende tal afirmación pues lo que más hacen tales trabajadores es
violar las leyes de derecho de autor al reproducir materiales
audiovisuales sin contar con licencia para ello, y conste, con la
anuencia del gobierno cubano, que al adoptar tal actitud complaciente se
ha vuelto su cómplice.

El otro paquete

Quien se tome el trabajo de leer la programación semanal de la
televisión cubana que todos los domingos publica el periódico Juventud
Rebelde comprobará que la gran mayoría de los materiales que transmite
son de procedencia capitalista, fundamentalmente norteamericana.

No se trata de un hecho reciente sino de algo que data de la década de
los años setenta del pasado siglo cuando comenzó a transmitirse el
espacio "La película del sábado", al que con los años se le fueron
sumando otros hasta ocupar gran parte de la programación semanal. Salvo
raras excepciones, se trata de películas, series y seriales de escasos
méritos artísticos donde la violencia y las historias ramplonas están a
la orden del día. Entonces resulta un contrasentido que después de tanta
basura televisiva, transmitida por cuarenta años, ahora algunos
dirigentes reclamen la formación de un espectador crítico cuando fue el
propio gobierno quien fomentó esa gran masa de televidentes adictos a la
banalidad y a una forma de ser ideológicamente contraria a la proclamada
por él.

Cierto es que no todo lo que transmite la televisión cubana es malo pues
hay espacios donde se conjugan el buen gusto con el entretenimiento y
los méritos artísticos, pero son muy pocos. La ausencia de una
programación nacional de calidad que trabaje los temas que realmente
interesan al pueblo y la paranoia del gobierno hacia todo lo que
implique mayor libertad e información para los cubanos, como las antenas
parabólicas, el acceso a Internet y el actual cine de los países de
Europa del Este, son las verdaderas causas de la masiva adicción al
paquete miamense.

¿Qué puede pasar con ambos paquetes?

Es obvio que la situación no podrá seguir como hasta ahora una vez
reinauguradas las embajadas porque el art. 3 de la Convención de Viena
sobre Relaciones Diplomáticas establece que una de las funciones de las
embajadas consiste en proteger en el estado receptor los intereses del
estado acreditante -EUA en La Habana y Cuba en Washington- y los de sus
nacionales. Entre esos intereses está velar por la protección a los
derechos derivados de la propiedad como lo es el derecho de autor sobre
las obras artísticas y literarias, un acápite violado reiteradamente por
el gobierno cubano.

Los cuentapropistas que bajo el subterfugio de la figura
"comprador-vendedor de discos" se dedican a la reproducción de todo tipo
de material audiovisual, si hay una rectificación por parte del gobierno
cubano en cuanto a la política de respeto al derecho de autor,
comenzarán a ser asediados por los inspectores hasta que entren por el
aro o se vean obligados a cerrar sus negocios, pues acá todos sabemos
que ellos no se mantienen por la venta de DVD y CD.

En cuanto al "paquete semanal" parece que será muy difícil de erradicar,
por no decir imposible, debido a la forma en que entra y a la acción
democratizadora de las nuevas tecnologías de la información. No creo
exagerado afirmar que este paquete es una de las derrotas ideológicas
más fuertes que ha sufrido el castrismo.

Source: Las relaciones diplomáticas y el fin del "paquete" | Cubanet -
https://www.cubanet.org/actualidad-destacados/las-relaciones-diplomaticas-y-el-fin-del-paquete/

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