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Thursday, July 23, 2015

Esperar por que te pongan el teléfono

Esperar por que te pongan el teléfono
A pesar del gran cartel que hay en el Ministerio rector de esta
actividad ("En la guerra como en la paz mantendremos las
comunicaciones"), en todos los años que hemos tenido paz las
comunicaciones han sido un desastre
jueves, julio 23, 2015 | Iris Lourdes Gómez García

LA HABANA, Cuba. -En 1962, mi abuela, que vivía en Lawton, solicitó a la
compañía telefónica que le pusieran el teléfono. La anotaron en una
lista y le dijeron que debía esperar, pues tenían casos pendientes. Pasó
las décadas del 60 y 70 esperando por una respuesta.

Al cabo de 25 años, se apareció alguien de la mencionada compañía (que
ya para entonces tenía otro nombre) y preguntó por mi abuela. Al
presentarse ésta le preguntaron si todavía deseaba recibir el servicio
de teléfono, a lo que ella respondió que sí. Le dijeron que siguiera
esperando: el único objeto de esa visita era tachar a los que se habían
arrepentido.

Se acabaron los años 80 y durante los 90 los teléfonos públicos
desaparecieron o al menos estaban en muy mal estado, por lo que había
que recurrir a algún vecino para llamar. En nuestro caso, tocó la
casualidad de que en la única casa con teléfono de la cuadra vivía la
chismosa del barrio. Ella se sentaba al lado del que estaba llamando y
cuando una vecina terminaba de hablar, hacía comentarios diversos.
Algunos ejemplos: "¿Cómo es que tú le dices a tu exmarido que te mande
aceite y arroz para los muchachos? ¿Tú crees que él es una bodega?"
Otras variantes eran preguntar por distintos detalles de la conversación
o pedir datos del interlocutor.

Ya en el siglo XXI, a los 40 años de haberlo solicitado, finalmente
comenzaron a poner los ansiados aparatos en casas de toda Cuba,
fundamentalmente en La Habana. Lo primero que se dijo es que se
olvidaran de aquella lista, pues ahora los priorizados serían los
trabajadores del Ministerio del Interior, de la salud y del Ejército. Se
asignaron cuotas por municipios. Una de las veces, para todo el
municipio 10 de Octubre (uno de los más grandes de la capital y que
incluye Lawton, Luyanó, la Víbora, etc.), asignaron 100 teléfonos.

A pesar del gran cartel que hay en el Ministerio rector de esta
actividad ("En la guerra como en la paz mantendremos las
comunicaciones"), en todos los años que hemos tenido paz —aun simulando
que estamos en guerra—, las comunicaciones han sido un desastre. Lo
único que ha venido a salvar a millones de cubanos es que quitaran la
prohibición de que los nacionales posean una línea de celular, y el
abaratamiento relativo de este servicio. Tan importante se han hecho los
mensajes y timbrazos que ahora ha surgido otro problema.

Recientemente estaba yo en un lugar estatal donde había un teléfono
sonando incesantemente. La trabajadora le dijo a su compañera: "Déjalo
que suene, que no es ningún pariente ni amigo mío, porque si no, me
hubieran timbrado al celular." Cuando escuché esto, mi mente se iluminó,
y entendí por qué cuando llamo a infinidad de tiendas, teatros y todo
tipo de lugares de servicio, incluidos hospitales, nadie coge el
teléfono. En ocasiones me he trasladado de municipio y al llegar al
lugar en cuestión no hay lo que buscaba, no vino a trabajar la persona
que fui a ver o sencillamente no hay electricidad y no están trabajando.
Son viajes que le llevan a un cubano media jornada que se pudieran
evitar con una simple llamada telefónica.

Solo que el que está al lado del aparato, aunque le paguen como
telefonista, tiene su celular, y no se siente en la obligación de
responder pues ya sabe que no es un amigo ni pariente el que llama,
porque si no, de seguro le hubiera timbrado.

Source: Esperar por que te pongan el teléfono | Cubanet -
https://www.cubanet.org/actualidad-destacados/esperar-por-que-te-pongan-el-telefono/

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