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Monday, May 18, 2015

Una rosa para Rosa María

Una rosa para Rosa María
GINA MONTANER

Cuando estas líneas se publiquen seguramente Rosa María Payá ya habrá
regresado de Cuba. Aprovechando que todavía tiene permiso para volver a
la isla en un plazo de dos años, la activista e hija del desaparecido
opositor cubano Oswaldo Payá viajó a La Habana con el fin de realizar
una serie de actos para honrar la memoria de su padre y del también
disidente Harold Cepero. Ambos murieron hace tres años en un accidente
de tráfico cuyas causas no se han podido esclarecer.

Fue en el verano de 2012 cuando los dos integrantes del Movimiento
Cristiano Liberación, que encabezaba Payá, acompañaron a los políticos
europeos Ángel Carromero y Aaron Modig en un viaje por carretera al
Oriente del país. El español Carromero y el sueco Modig tenían interés
en conocer de cerca la precaria situación de los cubanos, y se dirigían
a una zona que sufría el azote de una epidemia de dengue que el régimen
castrista intentaba ocultar.

En aquel aciago viaje en el que Carromero iba al volante, desde el
principio la Seguridad del Estado los siguió. Y fue en un tramo de la
vía donde, tal y como ha relatado posteriormente Carromero, un auto los
embistió por detrás. Los dos extranjeros acabaron en el hospital con
heridas leves mientras que Payá y Cepero murieron en extrañas
circunstancias y sin que sus familias pudieran iniciar una investigación
independiente. De aquel terrible suceso por el que Carromero fue
encausado en un juicio que fue una farsa y Modig se refugió en la
amnesia, pervive el recuerdo de dos disidentes que hasta el final
lucharon por los derechos humanos.

Este verano se cumplirán tres años de la muerte de Payá, cuyo Proyecto
Varela ha sido una de las iniciativas más temidas por una dictadura que
se desmoronaría con un plebiscito transparente. Y Rosa María, que desde
entonces ha vivido en Estados Unidos junto a su madre y su hermano tras
las amenazas de las que fueron objeto después de la desaparición de su
padre, ha vuelto a La Habana porque para ella regresar es un derecho
fundamental de todos los cubanos.

Conozco poco a Rosa María, pero en las ocasiones en las que hemos
conversado he visto en ella muchos de los ademanes y la mirada de su
padre, a quien tuve el honor de conocer en Madrid hace años. Los Payá
son sobrios y difícilmente se muestran expansivos. Forjado en una
profunda fe católica, desde su juventud Oswaldo conoció los rigores del
acoso bajo el comunismo. Con razones de sobra, era prudente y
desconfiado en un entorno sembrado de infiltrados con la misión de
debilitar a la disidencia.

Como suele suceder con los perseguidos, para los Payá la familia ha sido
un santuario apuntalado en la unión y la complicidad. Basta con ver la
foto que ilustra la cuenta de Twitter de Rosa María: su padre y ella en
la playa. Son otros tiempos más felices. Ambos sonríen y se muestran
relajados.

Los ojos marrón oscuro de Rosa María destellan una viva intensidad, pero
desde la muerte de su padre su gesto se ha endurecido porque en su
cruzada particular no hay espacio para la tregua. Si Oswaldo Payá fundó
el Movimiento Cristiano Liberación y reunió más de veinticinco mil
firmas para una consulta popular que el gobierno impidió a toda costa,
hoy su hija lo releva con la organización Cuba Decide y mantiene vivo el
espíritu de impulsar un plebiscito como paso fundamental antes de un
deshielo que parece haberse saltado el principio de una transición a la
democracia.

Rosa María Payá le pide a la Administración Obama que ponga sobre la
mesa de negociación el turbio caso de Payá y Cepero; en la reciente
Cumbre de Panamá no se arredró frente a las amenazas de los matones de
la delegación cubana; y en La Habana ha depositado flores en la tumba de
su padre y le ha dedicado una misa arropada por destacados opositores
como Manuel Cuesta Morúa, Antonio Rodiles y Alier González. En la
iglesia la hija de Payá no ocultó ese punzante dolor con el que vive
desde hace tres años.

Cuando anunció en las redes sociales que viajaba a Cuba, Rosa María nos
invitó a seguirla con la etiqueta #UnaflorparaPayá. Como su padre, hace
mucho que perdió el miedo.

Siga a Gina Montaner en Twitter: @ginamontaner

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Source: Una rosa para Rosa María | El Nuevo Herald El Nuevo Herald -
http://www.elnuevoherald.com/opinion-es/opin-col-blogs/gina-montaner/article21122430.html

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