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Wednesday, May 20, 2015

Qué república aquella!

¡Qué república aquella!
Aquella que tuvimos los cubanos y que no supimos mejorar. Aquella que
fue ejecutada "revolucionariamente" en 1959
miércoles, mayo 20, 2015 | Luis Cino Álvarez

LA HABANA, Cuba. -Cuentan que el caudillo liberal José Miguel Gómez dio
por terminado su alzamiento contra el gobierno conservador de Mario
García Menocal luego de recibir un maletín lleno de dólares de manos de
un general norteamericano que desembarcó del acorazado Missouri. Dicen
que hay una filmación en que Gómez, luego de guardar el maletín, dice a
su tropa: "¡Caballeros, esto se acabó!". Sólo hay un problema: cuando
debió ocurrir el hecho, en la segunda década del siglo XX, el cine era
mudo. O como diría la poetisa Fina García Marruz, "tenía el silencio".

Es una de las tantas anécdotas mal contadas y peor intencionadas que hay
sobre la llamada "república mediatizada" y que han venido como anillo al
dedo al castrismo para su reescritura teleológica de la historia.

Un vecino que se dice fidelista y comunista, aunque ya no lo es tanto,
y que me saluda y conversa conmigo sólo cuando nadie lo ve, me confesó
una vez que se asombró al leer una carta de José Martí en que llamaba
a Tomás Estrada Palma "querido hermano". No sabía que Estrada Palma, de
cuya estatua en la Avenida de los Presidentes sólo quedan los zapatos de
bronce prendidos al pedestal, era el hombre de toda la confianza de
Martí y el que lo sustituyó a su muerte al frente del Partido
Revolucionario Cubano. A mi vecino, como a muchísimos cubanos más, la
historia oficial lo había convencido de que "el primer presidente de la
república mediatizada fue un anexionista impuesto por las bayonetas
yanquis".

Mi vecino, tan acostumbrado a los líderes insustituibles, entendió con
facilidad cuando le expliqué que Estrada Palma, aconsejado por los
guatacas que siempre hubo, se creyó imprescindible y quiso reelegirse,
lo que provocó un alzamiento de los opositores, y antes que negociar
con los alzados, Don Tomás prefirió agarrarse a la Enmienda Platt y
solicitar la intervención americana.

Estrada Palma no era anexionista, sino plattista. Tan plattista como
José Miguel Gómez, cuando justificó la masacre de los Independientes de
Color con el pretexto de que fue para evitar una intervención militar
norteamericana. Tan plattista como los que esperaban una invasión de
los marines que acabara con el régimen castrista. Como los que hoy
apuestan por la varita mágica de Obama para la solución de los problemas
de Cuba o lo acusan de traición por ser demasiado complaciente con el
régimen. Como Raúl Castro, dispuesto a conversar "de todo" con el
gobierno norteamericano, pero renuentes a hablar de libertades políticas
y derechos humanos con quien tiene que hablar: con sus compatriotas de
la oposición civilista.

Conocer la historia es el único modo de no trocar el camino e incurrir
en los mismos errores. Sería muy saludable que algún día podamos
abandonar la manía de depositar todas las esperanzas en los gobiernos
norteamericanos o en caudillos mesiánicos como Fidel Castro.

Mucha falta nos hace a los cubanos – a todos, no solo a los nublados por
el pensamiento oficial- profundizar en la historia nacional. En la
verdadera, no en la que nos fabricaron. Solo así podremos aquilatar en
su justo valor, con sus luces y sombras, la República que tuvimos y no
supimos mejorar.

¿Qué república era aquella? Están aquellos que limitan los 56 años de la
era republicana a las bravas electorales y las guerritas entre liberales
y conservadores, el tiempo muerto, el plan de machete de los guardias
rurales, las dictaduras de Machado y Batista y los dos marines borrachos
que mearon la estatua de Martí. También los que idealizan un tiempo en
que se comía opíparamente y la comida valía centavos, las mujeres
parecían damas de abolengo, todos los hombres vestían dril 100, usaban
zapatos de dos tonos y las victrolas tocaban boleros y guarachas en cada
esquina. Y uno se pregunta cómo en tal edén pudo triunfar algo tan
espantoso como la revolución de Fidel Castro.

Evidentemente, no todo pudo ser tan malo ni tan bueno. Por el medio,
dando bandazos, discurrió la República.

El castrismo se propuso hacer del 20 de mayo, día en que se proclamó la
República en 1902, una fecha para avergonzarnos. Así, la Cuba oficial no
tiene día de la república para celebrar.

Si sabemos que Cuba es una república -a la que milagrosamente no le
pusieron el apellido socialista- es sólo porque lo dicen los dos
primeros artículos de la Constitución de 1976. Por todo lo demás, dista
bastante de lo que la mayoría de los estados democráticos entienden
actualmente por república. Más bien parece una monarquía.

¿Qué puede decir de la República un tipo de mi edad, nacido con el
régimen revolucionario? Sé lo que me enseñaron en la escuela -se lo
imaginan, ¿no?-, lo que leí o me contaron. Lo demás son los olores a
fritanga y jabón Palmolive que quedaban en mi barrio de la niñez, La
Víbora, en los primeros años de la revolución. Los sonidos, los boleros
que salían de la victrola del bar de Paco, que tenía una imagen de Santa
Bárbara, siempre con balas y rojas manzanas, en la esquina de mi casa.
Las imágenes, en blanco y negro (tan vistas que es como si las hubiera
vivido) son las de un filme de 1973 del director Pastor Vega: ¡Viva la
República!

La República fue ejecutada revolucionariamente, fusilada, rematada con
un tiro de gracia detrás de la oreja derecha, y rodó por las escaleras
del Capitolio. Como en una escena borrosa y esperpéntica de otra
película cubana de los años 70, Los días del agua, de Manuel Octavio Gómez.

Dicen que vestida para la segunda o tercera ocasión -según como se
mire-, alguna vez volverá la república. Ojalá no sea con los mismos
vicios y errores que llevaron al paredón a la primera. De cualquier
modo, la mayoría de los problemas serán mucho más fáciles de resolver
que los actuales. Para entonces, ya estaremos curados -alguna vez
teníamos que aprender- de ciertas manías, vicios y espantos. De algo nos
ha tenido que servir el purgatorio. ¿O es el infierno?

luicino2012@gmail.com

Source: ¡Qué república aquella! | Cubanet -
http://www.cubanet.org/destacados/que-republica-aquella/

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