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Tuesday, May 19, 2015

Montaner acusa de excéntrico al papa Francisco

Montaner acusa de excéntrico al papa Francisco
En un artículo innecesariamente irrespetuoso, el amigo Carlos Alberto
Montaner vuelve a la carga contra la Iglesia Católica y el papa
Alberto Müller
mayo 18, 2015

Termina Carlos Alberto su pieza comparando a la dictadura cubana con el
cuerpo colegiado del Estado Vaticano. ¡Vaya desprecio a una institución
que ha dado tanto por la salvación moral del ser humano!

¿Qué tendrá que ver la declaración de Raúl Castro de volver a rezar y
hasta de asistir a misa, que es un asunto netamente coyuntural o hasta
personal, con acusar al papa Francisco de excéntrico y hacedor de
rascacielos?

Una persona excéntrica, implica que es rara, extravagante, loca. Nada
más lejano a la personalidad y en la conducta del papa Francisco, que es
una persona humilde; de profundas creencias religiosas; siempre pidiendo
que recemos por él; que no le gustan los lujos y la pompa; que en
ocasiones se cocina su propia cena; que prefiere que su anillo sea de
plata y no de oro; que ha combatido con justeza a los corruptos de la
banca Vaticana; que le ha ido cerrando el camino siniestro a los curas
pedófilos; que insiste en poner a los pobres en el centro del trabajo
apostólico de la Iglesia Católica; que se desvela por el drama de los
inmigrantes en Lampedusa y en todas las fronteras donde la pobreza
impulsa movimientos migratorios masivos; que respeta y perdona a los
pecadores; que confiesa no sentirse con poder moral para juzgar a las
personas gais y/o lesbianas; que quiere que los divorciados vuelvan a la
Iglesia; que pide soluciones pacíficas en las zonas de violencia del
mundo en base al diálogo y al perdón, como ocurrió en España, después de
la sangrienta Guerra Civil del siglo pasado, y en la Suráfrica del
apartheid y de Nelson Mandela.

Eso explica la mediación reciente del papa Francisco para que se
reconozca a los dos Estados de Israel y Palestina. Que, por cierto, vale
la pena decir que no solamente es la posición de Francisco, sino de la
Iglesia Católica, pues desde 1994 el papa Juan Pablo II estableció
relaciones diplomáticos con el Estado Palestino.

Por supuesto que la Iglesia Católica ha cometido errores en su larga
historia, como todos y como toda institución con enormes
responsabilidades. No nos molesta, como católicos, que se hablen y
discutan. Ese es el carisma de la libertad que viene de la mano de Dios
con la creación.

¿O es que acaso no han cometido errores los Estados Liberales que
defiende con tanta pasión nuestro amigo Carlos Alberto?

No tendría sentido histórico ni sería justo, que pretendamos disminuir
la grandeza de Suecia –el país liberal por excelencia– por la etapa
imperialista de Gustavo Adolfo II en el siglo XVII; ni sería inteligente
herir a esa otra gran nación liberal, Canadá, por la batalla de
Ticonderoga (1758) en la Guerra sangrienta de los Siete Años del siglo
XVIII. Hay cosas en la vida que no vale la pena decir, porque hieren con
poco sentido y no construyen ni un minúsculo cantero para que crezcan
las plantas.

Nuestro amigo y colega Carlos Alberto siempre anda utilizando el Tratado
de Letrán (1929), donde Mussolini, como Primer Ministro reconoció al
Estado Vaticano. Justo evaluar y hasta discernir cómo ese tratado
resolvió un encono histórico entre Italia y la Iglesia Católica. Además
de haber sido un acuerdo unificador.

No fue negativo ni destructor que el liberal Winston Churchill, ese gran
hombre del siglo XX, visitara en 1927, como ministro de Hacienda de Gran
Bretaña, al Primer Ministro Benito Mussolini en Roma.

La historia es maestra, aunque tenga coordenadas curiosas y hasta
molestas o criticables. Como bien dijo la sabiduría de El Quijote, "en
todas las casas se cuecen habas, y en la mía calderadas".

Si Carlos Alberto investigara a fondo, aunque no lo desmiente, esa obra
grande socio-humanitaria del catolicismo en ayudar a los enfermos, a los
ancianos, a los pobres, a los desamparados, a los leprosos, a los
hambrientos, a los inmigrantes, a los niños abandonados, a las mujeres
abusadas, vería una obra única y santa en la historia.

Sólo con visitar a una Casa de la Madre Teresa, en cualquier lugar del
mundo, uno siente agradecimiento y regocijo espiritual. Por si Carlos
Alberto no lo sabe, en nuestra Cuba solamente las seguidoras de la Madre
Teresa, esas monjitas frágiles e incansables, tienen 11 casas de
humildes Hermanas de la Caridad, cuidando y alimentando a nuestros niños
cubanos, para aliviar así la pobreza que escandaliza.

Ese es realmente, Carlos Alberto, el verdadero rascacielos de la
Iglesia, que con mucho esfuerzo de bondad se eleva por todas las
latitudes para acercarse a los desamparados con la palabra del Dios
misericordioso que es de todos.

Podemos hacer un simposio de los errores de la Iglesia Católica. Tal vez
dos, cinco, los que quiera Carlos Alberto. Los conocemos al detalle. No
tenemos temor a hablar de ellos. Lo hemos hecho muchas veces.

Pero cuando hablemos de los errores de la Iglesia, como el de la
violencia de las Cruzadas, que Carlos Alberto menciona con frecuencia
repetitiva, y tiene todo el derecho de hacer, que mencione al menos los
gestos de Santidad de la Iglesia, que son muchos y valiosos, por ese
esfuerzo espiritual hondo y milagroso en busca de la salvación de las
almas. Y que tampoco olvide todas las persecuciones pasadas y presentes,
que hemos padecido y padecemos por los fanatismos de ayer y de hoy.

Menciono sólo cuatro santos: San Francisco de Asís, el santo de los
pobres. San José de Calasanz (Escolapio), el santo de la educación
gratuita para todos. San Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de
Jesús, a la que pertenece el papa Francisco. Y Santa Benedicta de la
Cruz –Edith Stein– judía conversa, carmelita descalza, mártir de los
Nazis. ¡Hay santidad en la Iglesia Católica, Carlos Alberto, créeme. No
son todos pifias y errores!

¿Qué haríamos, le preguntaría a Carlos Alberto, si Raúl Castro de verdad
reconoce sus pecados, empezara a rezar y volviese al seno de la Iglesia?
Aquí tenemos un tema casi teológico. ¿Qué recomendaría él como
periodista e historiador? ¿Se escandalizaría o lo aceptaría?

Si los racistas de Suráfrica, después de haber perseguido y asesinado
tanto a los negros surafricanos, reconocieron su equivocación y
aceptaron a Nelson Mandela y a su triunfo democrático, ¿por qué eso no
puede ocurrir en Cuba? No estoy afirmando que vaya a ocurrir. Pero podría.

Afirmar, como hace Carlos Alberto que la Iglesia Católica es frígida
ante las libertades es casi un desatino ante la historia, por no decir
una ofensa torpe.
¿Cómo explicaría Carlos Alberto que el papa Francisco es más popular en
Cuba que Fidel y Raúl Castro juntos, de acuerdo a la encuesta reciente
que él conoce?

Tal vez esa querencia de los cubanos hacia el papa Francisco es porque
se ha ocupado de los cubanos, los va a visitar y les ha llevado el
mensaje del Evangelio. Además, ha colaborado para que termine ese
funesto aislamiento de más de medio siglo que lo único que ha hecho es
darle argumentos a la dictadura cubana para que justifique ese desastre
económico que es el castrismo y que ha hundido a Cuba en la miseria.

Un abrazo, hermano, y sé más comprensivo con tus amigos católicos y con
la Iglesia Católica, que te respeta y quiere.

Source: Montaner acusa de excéntrico al papa Francisco -
http://www.martinoticias.com/content/francisco-cuba-raul-castro-vaticano/94540.html#%C2%A0%7C%C2%A0=all&page=all

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