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Monday, May 18, 2015

Hay que devolverle la voz al pueblo cubano para que empiece la transición

"Hay que devolverle la voz al pueblo cubano para que empiece la transición"
REINALDO ESCOBAR, La Habana | Mayo 17, 2015

En el verano de 2012, Rosa María Payá apenas se iniciaba en las lides
políticas. Se movía entre los jóvenes que animaban el Proyecto Varela,
El Camino del Pueblo o el Proyecto Heredia, iniciados por el Movimiento
Cristiano de Liberación que fundó su padre, el opositor Oswaldo Payá
Sardiñas. Ahora, con 26 años cumplidos, tiene dos misiones que consumen
casi todo su tiempo. La primera, exigir una investigación independiente
sobre la muerte de su padre, que el Gobierno explica como un accidente y
ella califica como un atentado. La segunda, animar el proyecto Cuba
Decide, que promueve la realización de un referéndum para someter la
propuesta de que se hagan elecciones libres en el país.

Pregunta: Tu salida de Cuba se produjo hace menos de dos años. ¿Cómo ves
la situación del país a tu regreso?

Respuesta: Nosotros salimos de Cuba como perseguidos políticos. La
persecución que existía contra mi padre y mi familia antes del atentado
que terminó con su vida y con la de Harold Cepero, continuó después que
ellos murieran y era cada vez más intensa. Perseguían a mi hermano
cuando manejaba el carro de mi papá y lo hacían en autos que tenían la
misma marca de aquellos que estaban persiguiendo a mi padre y que
finalmente lo embistieron el 22 de julio de 2012. Además, lo hacían con
personas uniformadas, como para que todo el mundo, no solo mi familia
sino incluso la gente del barrio, se dieran cuenta.

Siempre nos habían perseguido, pero esta vez lo estaban haciendo de una
manera ostentosa. Hubo además amenazas de muerte a través del teléfono,
comenzaron a divulgar difamaciones y calumnias sobre nosotros, llegaron
a publicar aquellos artículos del código penal que según ellos servirían
para encarcelarnos, acusándonos de difamación. La situación se hizo
insostenible y decidimos salir del país rumbo a Estados Unidos. Nuestra
experiencia fue muy dramática. A mi padre y a Harold finalmente los
mataron y el peligro era muy grande.

Este es mi país y yo nunca voy a dejar de vivir en Cuba. El centro de mi
regreso ha sido honrar la memoria de mi padre y visitar su tumba. Me
gustaría llegar también hasta Chambas, en Ciego de Ávila donde descansan
los restos de Harold Cepero. Si no lo hago ahora lo haré en otra
oportunidad. Con esto quiero poner sobre el tapete el tema de que se
realice una investigación independiente sobre la muerte de mi padre,
asunto este que ha sido recogido por el movimiento democrático cubano y
personalidades políticas e intelectuales del mundo.

P. Ahora estás de visita en Cuba. ¿Tienes planes de volver, incluso de
quedarte de forma más permanente?

R. Donde yo estoy de visita es en Estados Unidos. He interrumpido esa
visita para venir a mi país. Esas definiciones de salida definitiva, de
vivir para siempre en un país o en otro, pertenecen al lenguaje de los
totalitarios. Todavía hoy el Gobierno cubano mantiene intacto el poder
de decidir a quién despide para siempre y a quién no le permite regresar.

Hay muchas personas que no pueden entrar y otras que no pueden salir y
no estoy hablando solo de opositores, como los del grupo de los 75;
estoy hablando de profesionales que "por asuntos de interés público" no
pueden viajar, a lo mejor, y esto es un ejemplo, porque es el único
neurólogo de Holguín. La libertad de movimiento que da el derecho de
entrar y salir del país no está garantizada. Las veces que yo salga de
Cuba, los tiempos que decida estar fuera de Cuba y lo represivo que
pueda ser el Gobierno con respecto a limitar mi libertad de movimiento
son situaciones que están por ver.

P. Durante tu estancia en Estados Unidos has tenido la oportunidad de
hablar con muchas personas, incluso con parte de la delegación
norteamericana que participa en las conversaciones con el Gobierno
cubano. ¿Les has hablado de tu demanda de una investigación
independiente sobre la muerte de Oswaldo y Harold?

R. El Gobierno de Estados Unidos, desde el propio Congreso
norteamericano, ha pedido públicamente que se haga esta investigación
independiente. Más recientemente, en las ocasiones en que me he
encontrado con la señora Roberta Jacobson y en la Casa Blanca con el
señor Ricardo Zúñiga, he tenido la oportunidad de tocar el tema. Porque
se supone que si esto ha sido con anterioridad una petición del Gobierno
norteamericano, ahora que están conversando con el Gobierno cubano
debiera ser también uno de los temas a tratar. Tengo entendido que el
asunto se ha conversado, pero hasta el día de hoy no conozco cuál ha
sido la respuesta del Gobierno cubano.

P. Se discute mucho si las reformas que hace el gobierno van a conducir
o no a una transición y se discute mucho también la validez de estas
conversaciones que se dieron a conocer el 17 de diciembre. ¿Cuál es tu
opinión sobre todo eso?

R. Mi padre denunciaba y desmontaba lo que él llamaba "el cambio
fraude", referido a este proceso de reformas y limpieza de imagen que el
Gobierno cubano comenzó a hacer de cara a la comunidad internacional,
pero sin reconocer los derechos de los cubanos, sin que de hecho, para
los cubanos, cambiaran las cosas de forma sustancial. De hecho apenas
han cambiado como no sea que haya más o menos paladares.

El bienestar de los cubanos sigue sin ser una prioridad y por supuesto
siguen violándose los derechos fundamentales. Ha habido un esfuerzo por
cambiar la imagen a nivel internacional que ha tenido sus frutos.
Estamos viviendo un proceso donde al parecer la comunidad internacional
está muy interesada en incluir al Estado cubano en el concurso de las
naciones del mundo. Lo hemos visto en la Organización de los Estados
Americanos, en las negociaciones impulsadas por Obama y en el proceso de
negociaciones con la Unión Europea.

Nos parece muy bien que Cuba sea incluida, pero Cuba no es el Gobierno
cubano. Los ciudadanos siguen estando excluidos precisamente por carecer
de una herramienta para participar, porque no disfrutan de los derechos
humanos elementales.

P. Cuba Decide, ese proyecto que ahora estás impulsando, ¿puede ser esa
herramienta?

R. La Asamblea Nacional del Poder Popular nunca respondió la solicitud
de miles de cubanos presentada en el Proyecto Varela. Allí se pedía un
referéndum. Cuba Decide es un proyecto que de alguna manera le da justa
continuidad a aquella demanda, que no viene de ningún partido político
ni de ninguna organización de la sociedad civil, sino de la ciudadanía;
es un reclamo que no se ubica en un color político, que no tiene una
posición partidista.

P. ¿Entonces Cuba Decide no es un proyecto del Movimiento Cristiano de
Liberación?

R. Todos los partidos políticos de la oposición y todas las entidades de
la sociedad civil están invitados a hacer suya esta campaña. Reitero: no
proviene de una plataforma política porque no tiene un color político.
Concretamente estamos exigiendo que se les pregunte a los cubanos si al
cabo de 67 años, en los cuales no se han realizado elecciones libres y
plurales, quieren que se realice un proceso de elecciones libres, justas
y plurales, con reconocimiento de diferentes partidos políticos y acceso
a los medios. ¿Quieren este proceso de elecciones libres, plurales y
justas, sí o no?

P. ¿Cuentan ustedes con el respaldo del Movimiento Cristiano de
Liberación para llevar adelante el proyecto Cuba Decide?

R. Mi opinión es que sí, pero el proyecto no tiene dueño. Si mañana
alguien sale a la calle diciendo que "Yo soy Cuba Decide", es Cuba
Decide. Cualquiera es Cuba Decide. El asunto es que nosotros hemos
invitado a muchísimas organizaciones a participar, no hemos excluido a
nadie, pero a nadie hemos emplazado.

P. Recientemente el Gobierno anunció que tiene la intención de promulgar
una nueva ley electoral que estaría vigente para las elecciones de 2018.
Entre diferentes actores de la sociedad civil cubana, especialmente en
el contexto de Espacio Abierto, ha surgido la iniciativa de mantener una
tormenta de ideas con el propósito de que cada cual dé a conocer cómo
cree que debiera ser esa nueva ley electoral. ¿Cómo ves esa iniciativa?

R. Me parece muy bien esa iniciativa y creo que se complementa con lo
que está pidiendo Cuba Decide. De hecho, el Proyecto Varela contempla
elementos de una ley electoral porque es muy específico en qué cambios
tendría que tener la ley actual para tener una elecciones mínimamente
democráticas y libres. Una parte representativa de la ciudadanía cubana
ya exigió esos cambios. Resulta interesante y oportuno que dentro de la
sociedad civil se esté haciendo ese ejercicio. El Proyecto Varela es una
propuesta, y ha habido otras, lo que demuestra que hay capacidad y
diversidad para diseñar el país que queramos los cubanos.

P. ¿Te sientes como un líder para el futuro?

R. El Gobierno cubano no puede decir que representa a los cubanos porque
no ha sido elegido democráticamente por su pueblo. Nosotros como
oposición tampoco hemos sido elegidos. Sí creo que la oposición y la
sociedad civil representamos la vanguardia de la ciudadanía, pero yo no
quiero hablar por los cubanos, porque los cubanos nunca me han elegido.
Tengo una propuesta: que los cubanos tengan voz. Me encantan los
ejercicios que se están haciendo y que se presenten esas propuestas. Hay
que devolverle la voz al pueblo cubano, no para que empiece la
democracia, sino para que empiece la transición. Cuba Decide es una
iniciativa ciudadana e invitamos a todos a que participen uniéndonos en
el reclamo de que los cubanos tenemos derecho a decidir.

Este sería el detonante para llegar a un escenario en el cual las
propuestas de Espacio Abierto puedan ser presentadas y confrontadas a la
ciudadanía. Cuba Decide no pretende sustituir otros proyectos, ni
presentarse como el único camino. Es un paso entre otros.

Source: "Hay que devolverle la voz al pueblo cubano para que empiece la
transición" -
http://www.14ymedio.com/entrevista/devolverle-pueblo-cubano-empiece-transicion_0_1780621921.html

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