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Friday, May 15, 2015

François Hollande, ¿un hombre sin corazón?

François Hollande, ¿un hombre sin corazón?
GABRIEL C. SALVIA | Buenos Aires | 14 Mayo 2015 - 7:00 pm.

Francia, que ha pedido al Gobierno cubano que respete los derechos
humanos, convalida con la visita presidencial la violación de esos derechos.

El jurista y político francés René Cassin fue una figura destacada en la
redacción de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948.
Afirmó entonces: "He aportado muchísimo para que la Declaración sea
universal, es decir, hice de ella un monumento de derecho de personas,
protector de los hombres de todos los lugares, de todos los territorios,
de todas las confesiones, sin preocuparse de conocer el régimen de los
Estados o de otros grupos humanos".

Esta concepción universal de los Derechos Humanos es lo que desprecia
toda dictadura, recurriendo siempre al obsoleto argumento del principio
de no intromisión en los asuntos internos para rechazar las condenas y
reclamos internacionales. Es lo que hacía la dictadura militar
argentina, lo que hace la cubana y lo que hacen todos los regímenes
represivos que pisotean las libertades fundamentales de sus habitantes.

Frente a esta situación, los países democráticos se limitan a expresar
la importancia del respeto universal de los derechos humanos en su
política exterior, votar favorablemente una condena en la Asamblea
General de Naciones Unidas y formular observaciones y recomendaciones a
las dictaduras cuando estas son sometidas al Examen Periódico Universal
en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU. Unos pocos, es cierto,
hacen algo más, pero realmente son muy pocos y su política exterior
comprometida con los valores democráticos depende del gobierno de turno.

En el caso de Francia, el sitio web de su Cancillería señala que "La
promoción y la protección de los derechos humanos y de los procesos de
democratización es asimismo un aspecto fundamental de la política
exterior de Francia y la Unión Europea". Y agrega: "El jurista francés
René Cassin (Premio Nobel de la Paz) fue uno de los principales
negociadores de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948".

Al respecto, cuando se realizó en Ginebra el último Examen Periódico
Universal de Cuba, Francia le recomendó al Gobierno de Raúl Castro que
garantice la libertad de expresión y de reunión pacífica, así como la
libre actividad de los defensores de los derechos humanos, los
periodistas independientes y los opositores políticos. Ahora, ¿de qué
sirve esa recomendación si luego Francia convalida la represión a esos
derechos que le pidió a Cuba que garantice?

Es que en su embajada en La Habana, Francia le extiende a los actores
democráticos cubanos la ilegalidad que el régimen de partido único les
impone. Es decir, los diplomáticos franceses en Cuba no mantienen
contactos con los opositores pacíficos y periodistas independientes, no
les brindan acceso a internet y tampoco los invitan a la Fiesta Nacional
del 14 de julio. Mantener contacto con opositores es una práctica común
de las embajadas en los países democráticos y mucho más debería serlo en
los países donde se coartan las libertades civiles y políticas.

Esta actitud de Francia frente a las violaciones de los derechos humanos
en Cuba fue mas evidente con las visitas oficiales de sus autoridades a
la Isla, primero con el canciller Laurent Fabius, en abril del año
pasado, y recientemente con la presencia de su jefe de Estado, Francois
Hollande. Ninguno los dos se abrieron a establecer contactos con los
referentes democráticos, teniendo como únicos interlocutores a las
autoridades de Cuba, un Gobierno que carece de tal legitimidad.

Así, Francia contradice la idea universal de los derechos humanos de
Cassin. Además, su actual presidente demuestra carecer de sensibilidad,
pues como lo afirmara aquel Premio Nobel de la Paz, "los derechos
fundamentales del ser humano serán conocidos y realmente protegidos,
solo si, en el mundo, un amplio movimiento se establece a su favor. Para
ello necesitamos hombres y mujeres del pensamiento, la razón, la
ciencia. Pero también necesitamos gente de corazón".

Gabriel C. Salvia es director general del Centro para la Apertura y el
Desarrollo de América Latina (CADAL).

Este artículo apareció en El País. Se reproduce con autorización del autor.

Source: François Hollande, ¿un hombre sin corazón? | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/derechos-humanos/1431591729_14557.html

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