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Friday, May 22, 2015

El vandalismo lo inició el gobierno

El vandalismo lo inició el gobierno
El vandalismo originado por la búsqueda de materias primas a toda costa,
cual si de una mina de oro se tratara, lo habían iniciado funcionarios
de alto nivel del mismísimo gobierno cubano
viernes, mayo 22, 2015 | Alberto Méndez Castelló

LAS TUNAS, Cuba. – "Aquí no puede tirar fotos", dijo el guardia de
seguridad, acercándose a este reportero, quien pretendía fotografiar las
"materias primas" concentradas en la tienda-almacén dedicada a ese
comercio en este municipio de Puerto Padre.

"¿Qué secretos guardan ahí que está prohibido tomar fotografías?",
preguntó este corresponsal.

"Secreto, ninguno; pero aquí se almacena hierro, bronce, cobre… y
tenemos órdenes de no permitir fotografías, retírese", ordenó el custodio.

"¿Y aluminio? ¿También almacenan aluminio aquí?", preguntó este reportero.

"Aluminio también", convino el guarda.

"Si alguien llega aquí con tubos de aluminio, aspersores, válvulas,
codos hidrantes y cualquier otro equipo para regadío ustedes no lo
compran, pero si esa misma persona corta y prende fuego a esos equipos,
transformándolos en láminas o en cascotes de aluminio sí que los aceptan
como materia prima, ¿no es así?"

El custodio se encogió de hombros antes de decir: "Usted tiene razón.
¡Pero yo que culpa tengo!"

En efecto, ninguna culpa llevaba el guarda: el vandalismo originado por
la búsqueda de materias primas a toda costa, cual si de una mina de oro
se tratara, lo habían iniciado funcionarios de alto nivel del mismísimo
gobierno cubano.

Los bienes ferroviarios de los centrales azucareros Delicias y Chaparra,
expropiados en julio de 1960 a la compañía estadounidense The Cuban
American Sugar Mills, ya en 1942 contabilizaban 40 locomotoras, 50
carros cisternas, 25 carros de pasajeros, 300 carros planchas, 2000
carros para el transporte de caña y 400 millas de vías férreas.

Aunque parezca increíble, la mayoría de los ramales de ferrocarril de
estos dos centrales azucareros, que no sólo servían para transportar
caña a los ingenios, sino también como vías de comunicación de la
población campesina, fueron arrancados de cuajo y sus railes, cual
materia prima vendidos a una empresa de México.

Del transporte que transitaba por esas 400 millas de vías férreas ni
hablar: ahora el comandante Ramiro Valdés anda "inaugurando" por
diversos lugares de Cuba algún que otro ferrobús como aquellos que, con
menos pintura pero con más eficiencia, en ellos nuestros abuelos ya se
transportaban hace más de medio siglo.

Al final de la década del 60 e inicio de los años 70 del pasado siglo,
el Estado cubano adquirió equipos de irrigación en Inglaterra, alguno de
ellos valorados en ciento setenta mil dólares. Poco después esos equipos
eran dados "de baja", inutilizados por sobre explotación y falta de
mantenimiento y enviados a "materias primas".

Valiéndose de influencias algunos campesinos consiguieron que el Estado
les vendiera algún que otro de estos sistemas de irrigación, los que aún
hoy mantienen funcionando; otros tuvieron menos suerte.

Un campesino mantenía bajo llave en su casa de campo unos cincuenta
tubos de aluminio de tres y cinco pulgadas de grueso y seis metros de
largo. La casa fue descerrajada y el sistema de irrigación robado.

Aunque cualquier parte de este equipamiento es reconocible por su dueño,
quien hizo denuncia formal ante la policía, nunca apareció ni la menor
parte de él: los ladrones, transformando el sistema de regadío en
chatarra mediante el fuego, y la Empresa de Recuperación de Materias
Primas funcionando como receptadora de bienes robados, hicieron
desaparecer un sistema de irrigación destinado a producir alimentos.

"¡¿Usted imagina cuántos equipos como el mío se habrán robado en
Cuba?!", exclamó el campesino.

Sí, este corresponsal lo imagina: aunque el precio de la tonelada de
aluminio varía en el mercado internacional, no desciende tanto como para
dejar de ser el aluminio un metal valioso.

Esa razón hace que en Cuba, hayan desaparecido transformados en
"chatarra" no pocos sistemas de irrigación destinados a producir
alimentos, y, como consecuencia, los productos del campo sean escasos y
caros, al punto del boniato, otrora comida de perros en la Isla, ha
llegado a costar cuatro pesos la libra, inaccesibles para los jubilados
cubanos.

Source: El vandalismo lo inició el gobierno | Cubanet -
http://www.cubanet.org/actualidad-destacados/el-vandalismo-lo-inicio-el-gobierno/

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