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Sunday, May 24, 2015

El martillo y el libro

El martillo y el libro
YANIA SUÁREZ , La Habana | Mayo 23, 2015

El homenaje de Bruguera a Arendt preocupa a la Seguridad del Estado
Todo estaba demasiado tranquilo. Salvo este jueves por la tarde, hora en
que "los factores" del CDR en el barrio buscaron espontáneamente a la
policía porque escuchaban la lectura de la parte que Los orígenes del
totalitarismo dedica a la policía secreta, todo estaba tranquilo.

Los policías de ayer se amontonaron a unos metros de la puerta de la
casa de Tania (cuatro o cinco uniformados), pero al cabo de algunas
llamadas con sus walkie-talkies , al parecer recibieron la orden de
retirarse y la bocina, dirigida hacia la calle, siguió reproduciendo la
lectura.

Demasiado tranquilo. El viernes, a eso de las 10 de la mañana, al
cumplirse casi las 48 horas de lectura ininterrumpida, llegaron los
martillos. Dicen que son de la empresa eléctrica y que abrir la calle,
exactamente frente a la casa de Tania Bruguera, estaba planificado hacía
mucho tiempo para este día. Lo inverosímil es que hace dos meses, esa
calle era un hueco inmenso abierto de lado a lado, casi con un metro de
profundidad, correspondiente a alguna obra de la construcción. Dicha
obra fue ejecutada de manera creíble, es decir: con la pereza y la
negligencia que sabemos, y duró muchas semanas, abarcó muchos metros,
hasta que finalmente concluyó. Todo permanecía lleno de polvo, sin el
asfalto correspondiente, pero cerrado.

"Esto no es casualidad", nos dice un vecino del barrio que se declara
"amigo y guardián de Tania"..

No parece casualidad. Precisamente el día de la inauguración de la
Bienal de La Habana, dos martillos de levantar asfalto vienen a destruir
el trabajo ya hecho sin justificación aparente, salvo la de impedir una
lectura: Hannah Arendt observa que la ilimitada acumulación de poder
sólo puede tener como fin la destrucción. Dicen que van a trabajar hasta
el domingo, con eficiencia nunca vista en una empresa de la Isla.

"Es otra performance ", bromeamos no sin razón, la cámara redirigida
entonces hacia el exterior captando aquello que podría imitar una
trinchera. En el fondo yo siento vergüenza con la imagen: el ruido puro
contra las palabras, y el hecho de que esa imagen sea cubana.

Source: El martillo y el libro -
http://www.14ymedio.com/nacional/martillo-libro_0_1784221563.html

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