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Tuesday, March 24, 2015

Una obra de amor en un estado de derecho

Una obra de amor en un estado de derecho
[23-03-2015 16:32:59]
Rafael Díaz-Balart

(www.miscelaneasdecuba.net).- En las condiciones actuales de la sociedad
cubana y presumiblemente en las que enfrentaremos en tiempos cercanos,
en el inevitable minuto del cambio, de la transición del totalitarismo a
la democracia, de la economía absolutamente estatizada y centralizada, a
la economía de mercado, de la esclavitud castrista a la libertad y el
Estado de Derecho, las tareas a emprender serán no solo formidables sino
en extremo escabrosas. Ha sido muy grande la demolición castrista del
país, de la sociedad, de la cultura y de la moral. Ha sido inmenso el
daño económico, sociológico y espiritual. Es por ello que la paralela
obra de reconstrucción y tránsito a una sociedad nueva ha de llevarse a
cabo con tiento y sabiduría, y sobre todo con mucho amor a Cuba y a los
cubanos. La reconstrucción de nuestra patria será una obra de amor, o no
será, dentro del marco estricto de un Estado de Derecho, con el claro
objetivo de erradicar definitivamente el odio entre cubanos. El punto de
mira no puede ser otro que la felicidad de nuestro sufrido pueblo. Los
puntos de apoyo: las reservas culturales y morales que no han sucumbido
al desastre nacional. Y no podemos fracasar.
Tenemos que movilizar esas reservas y conseguir que renazcan la fe y el
optimismo en nuestra gente, tan lacerada y escéptica al día de hoy. Que
el fraccionamiento y el odio inducidos vayan desapareciendo. Que podamos
convivir como miembros de una sola y vital nación, dentro de las
normales y deseables diferencias de la pluralidad. El pueblo cubano
todo, el que está arruinado y amargado dentro de la Isla -mayoritario-,
y el que está en el exilio muchas veces exitoso, pero igualmente amargado.


Un solo pueblo. Ni los de adentro deben ver a los de afuera como
conquistadores, ni los de afuera deben ver a los de adentro como
colaboracionistas. Todos hemos sido victimas y todos vamos a construir
nuestro futuro. Es así como triunfaremos. Las excepciones, que confirman
la regla, de aquellos notorios criminales, serán juzgadas por la
historia y por la justicia siempre en el estricto Estado de Derecho ya
mencionado.

Este Programa político no pretende prever, lógicamente, los detalles
todos del cambio. Es, además, eso, un programa para el cambio y tendrá
que modificarse y enriquecerse en el camino, con la luz del ideal
delante de los ojos y con los oídos de la sensibilidad política pegados
a la realidad. Por otra parte, el cambio, la liberación, parece
inminente, si miramos al subsuelo donde están las raíces de la nación.
Por eso trabajamos por ella al igual que otros actores del mismo, dentro
y fuera de Cuba, y aunque le avizoramos en el horizonte mismo de la
realidad política cubana, aún no percibimos -no podemos- con total
nitidez sus exactos contornos. Pero está cerca, pueden desencadenarse
los acontecimientos abruptamente, y no debemos permitir que nos
sorprendan y nos desborden.

Por otra parte, en todos estos años nos hemos ocupado de trabajar en
favor de la libertad de la patria y de preparar un Programa de ideas y
sugerencias para las nuevas generaciones de cubanos. La Segunda
República deberá fundarse en las instituciones y no en las personas.


Las tesis básicas de este Programa tienen como referente las ideas que
La Rosa Blanca ha venido postulando a lo largo de los años desde el
pensamiento de su presidente y fundador, el Dr. Rafael Diaz-Balart. De
idéntica manera hemos considerado la experiencia de los países de la
Europa del Este, con sus lados positivos y negativos. Y sobre todo, el
ideario ético-político de José Martí, tan perversamente manipulado a lo
largo de la historia Republicana, y de manera particularmente afrentosa
a lo largo de la tiranía castrista.

Consideramos que la universalidad y cubanía del pensamiento martiano
constituyen el más preciado tesoro de nuestra nación. Con nuestro
Apóstol pensamos que "el gobierno ha de nacer del país...el gobierno no
es mas que el equilibrio de los elementos naturales del país".

Por último, queremos señalar que nunca hemos recibido a lo largo de
nuestros más de cincuenta años de existencia ningún tipo de ayuda, ni de
gobierno ni de agencia extranjera alguna -aunque al respecto no nos
pronunciamos críticamente contra nadie -.Sí subrayamos que no tenemos
absolutamente ningún compromiso con nadie y que nuestro compromiso es
únicamente con el pueblo de Cuba.

NI PROTAGONISMO NI PROSELITISMO
La Rosa Blanca no aspira a protagonismo alguno, ni hace proselitismo en
el exilio, porque cree que en y con el exilio nuestras funciones
primordiales deben ser el mantenimiento de la oposición a la tiranía, el
fomento del debate de ideas, los estudios que nos permitan un mayor
conocimiento sobre nuestra nación, para aprovechar lo positivo de
nuestra historia pasada y evitar sus errores en la futura Segunda República.

BALANCE DE LA PRIMERA REPÚBLICA
La Rosa Blanca reivindica el balance positivo de la Primera República
cubana (1902-1958), a pesar de sus defectos y errores, y tiene la
convicción de que después del tenebroso paréntesis anti-histórico de
la anti-Cuba de estas últimas más de cinco décadas, será posible la
resurrección de la Patria y su reconstrucción, en la Segunda República,
a la cual contribuiremos con ilusión y tenacidad.

La falaz versión castrista de la Primera República cubana (1902-1958)
-por desgracia aceptada y publicitada por muchos en Occidente, en muchos
casos perversamente interesada- ha insistido machaconamente en la idea
de que Cuba era un país en el que campeaban la miseria, el
analfabetismo, la prostitución, la desigualdad social y el dominio
imperialista de Estados Unidos sobre la economía y la política. Se trata
de una colosal mentira que, repetida hasta el cansancio al puro estilo
goebeliano, ha pasado como verdad en muchos círculos políticos e
intelectuales.
Pero la realidad de Cuba era bien distinta, aun cuando debemos aceptar
sus manchas, sobre todo para no volver a repetirlas. Como nos enseñara
nuestro Apóstol: "El sol con ser el sol tiene sus manchas, los
agradecidos ven la luz, los desagradecidos solo las manchas".

En este sentido, el gran filósofo judío- español Rabí Moisés Ben Maimón,
conocido como "Maimónides" ( 1135- 1204), inspirador de muchos de los
estudios de Santo Tomas de Aquino y un hombre inserto en la tradición de
la cultura judeo cristiana -que es la nuestra -, nos regala una
sentencia que deberíamos no olvidar, cuando escribió: "No hay en el
mundo hombres ni mujeres perfectos, todo ser humano tiene en su haber
meritos y pecados;. Tampoco puede haber estados a gobiernos perfectos e
infalibles. La pauta para identificar la perversidad y la justicia es la
misma en el individuo y en la comunidad. Se llama justo a quien posee
más meritos que pecados, y en el perverso se invierten los términos. Lo
mismo sucede en el estado y gobierno: si en la conducta de sus miembros
los meritos superan a los pecados, se trata de un estado a gobierno
donde impera la justicia, y si los pecados son más numerosos que los
méritos, reina allí la corrupción". (En su libro Mishne-Tora, Sección
Contrición).

Por este camino, y teniendo en cuenta el contexto histórico y la
realidad del país, el análisis de lo conseguido por la nación cubana en
tan solo 56 años de independencia antes de la llegada de Castro al
poder, nos muestran una sociedad y una economía vibrantes y
florecientes, muy por encima, incluso, de muchos países del mundo
industrializado y, por supuesto, de América Latina, sobre todo si
tenemos en cuenta las circunstancias y características de nuestro
punto de partida como nación independiente. Para comprobarlo sería
suficiente contrastar los datos fidedignos de los Anuarios Estadísticos
de la ONU y del Banco Mundial. ¿Por qué Castro y sus repetidores en el
exterior se han esforzado tanto en demoler la verdad? Pues porque
necesitaban denostar a la nación cubana, a la República, que todos la
creyeran tan nefanda que merecía la pena destruirla, como efectivamente
la han destruido.

En primer lugar, el castrismo ha conculcado las libertades fundamentales
y los derechos básicos de todos los cubanos, con el falso pretexto de
reafirmar la soberanía de la nación, de alcanzar cotas superiores de
desarrollo económico y de implantar el reino de la justicia social. Lo
conseguido tras más de cincuenta años de castrismo es justamente todo lo
contrario. Durante décadas la soberanía nacional estuvo empeñada como
nunca antes, en este caso a la felizmente ya desaparecida Unión
Soviética, no solo sirviendo de punta de lanza a la agresividad
soviética, o haciendo el trabajo sucio en las guerras mercenarias en
África o en las guerrillas que han enlutado los hogares cubanos y
también a Latinoamérica, sino incluso a poner en peligro la propia
existencia de la nación y de la humanidad cuando la Crisis de los
Misiles, en octubre de 1962.

En cuanto a la justicia social, la Constitución de 1940 constituía un
modelo de equidad social y, aun cuando existían sectores desfavorecidos
-sobre todo en las zonas rurales- florecían crecientes capas medias y
los obreros contaban con potentes sindicatos y con una muy avanzada
legislación laboral que los protegía. Esta clase media, que tanto ayudo
a Castro a tomar el poder, fue literalmente barrida en los primeros años
de la tiranía que se hizo llamar "la revolución", los años de la
absoluta estatización de la economía; y otro tanto ocurriría con los
sindicatos que, de defensores de los intereses de los obreros se
convirtieron en meras "correas de transmisión" del Partido-Estado
totalitario.

En otro orden del desarrollo social, Castro se presenta como abanderado
de supuestos "logros" en los campos de la educación y la salud publica.
Pero una somera mirada comparativa de lo que era Cuba en aquellos años y
lo que es hoy, pondrá en evidencia la mentira. Castro propagandiza que
Cuba ocupa hoy el mejor lugar en Latinoamérica en cuanto al índice de
mortalidad infantil, lo cual es cierto. Como también es cierto que el
mismo lugar ocupaba en 1957, año en el que se situaba, además, en el
decimotercer lugar en el mundo, por encima de Francia, Bélgica, Alemania
Occidental, Israel, Japón, Italia, España y Portugal; hoy ocupa el lugar
vigésimo cuarto. Y hay más. Si leemos correctamente las estadísticas,
observaremos que hoy Cuba se halla en uno de los primeros lugares en el
mundo en abortos, lo cual necesariamente incide en los datos de
mortalidad infantil.
En 1957, Cuba ocupaba el tercer lugar en América Latina en médicos y
dentistas por habitantes (128/100,000), por encima de países como el
Reino Unido y Finlandia. Antes de Castro Cuba ocupaba el cuarto lugar
en alfabetizados en Latinoamérica (76%), mientras hoy se encuentra en el
segundo lugar con 90%, al tiempo que otros siete países del área
sobrepasan el 90%, sin el traumatismo social cubano, sin represión y con
libertad, como sin duda hubiera Cuba logrado el mismo lugar en democracia.

Con relación a otros indicadores económicos, Cuba bajo Castro ha pasado
del cuarto lugar en Latinoamérica a uno de los últimos en Consumo per
capita de calorías. Otro tanto pudiera decirse en cuanto a teléfonos,
automóviles, refrigeradores y televisores, en los que Cuba marchaba no
solo entre los primeros de su entorno geográfico, sino del mundo. De
igual manera la producción de azúcar, de café, de carnes, de arroz, etc.
se halla hoy al nivel de principios de siglo, debido a la estentórea
ineficacia del comunismo y de Castro. Y todo esto a pesar de que Cuba
recibió hasta la calda de la URSS cinco veces mas recursos que todos los
que recibiera Europa Occidental con el Plan Marshall después de la
devastación de la Segunda Guerra Mundial.

Ciertamente Cuba no era una sociedad perfecta ni mucho menos antes de
Castro. Aparte de que en las cosas humanas todo es mejorable, ¿qué país
lo ha sido en tan solo 56 años de vida independiente? Problemas tenia,
variados y complejos, y los iba enfrentando con creciente éxito. Hoy es
un infierno, es la incapacidad, la destrucción sin paliativos.
Reivindicamos, pues, lo que supimos hacer bien los cubanos en la
República, al tiempo que rechazamos y tenemos en cuenta sus errores.
Reivindicamos su balance positivo (Maimónides). Mucho hemos perdido con
la destrucción llevada a cabo por el castrato, su balance
desastrosamente negativo (Maimónides). Terminar con esa destrucción es
un deber sagrado que nos permitirá llevar a cabo la reconstrucción
nacional de Cuba, que resurgirá como el Ave Fénix, de sus propias cenizas.

NUESTRAS PROPUESTAS
PROYECTO DE PROGRAMA
En el periodo inmediatamente posterior a la liberación, es decir en el
periodo que se ha dado en llamar de transición, el Gobierno Provisional
que se instaure deberá inexcusablemente cumplir con las siguientes
condiciones:
1 -Amnistía para todos los presos políticos y de pensamiento,
legalización de todos los partidos políticos, sindicatos obreros y la
prensa, así como libertad de viaje y movimiento.
2 -Disolución de todos los órganos represivos y paramilitares de la
Dictadura y establecimiento de normas de conducta que propicien y
garanticen la profesionalidad, dignidad y neutralidad política de las
Fuerzas Armadas.
3 -Convocatoria de elecciones, en un plazo razonable, para un Congreso
Constituyente, que tendrá, unida a su función redactora de una nueva
Constitución, las facultades legislativas y de fiscalización del
Ejecutivo. Y elecciones generales después, desde municipales a
presidenciales, incluyendo el nuevo Congreso.

El Tribunal Electoral que se constituya deberá garantizar la limpieza y
transparencia de los procesos de elecciones, incluyendo la
imparcialidad, la distribución equitativa de los espacios televisivos y
de radio, así como facilidades en la prensa escrita para todos los
participantes en el proceso eleccionario. Asimismo el Tribunal Electoral
velara por la total transparencia y fiscalización de las ayudas que se
reciban por todos los partidos políticos que se organicen. Estas ayudas
deben ser, en todo caso, de conocimiento public.

Entre los perfeccionamientos y mejoras que proponemos para la Segunda
República, creemos necesario que se establezca por los constituyentistas
un periodo presidencial de cinco años, así como la prohibición
constitucional de la reelección del Primer Mandatario. De igual manera,
entendemos que el Presidente de la República debe ser, no tan solo de
jure sino también de facto, el "Poder moderador y de Solidaridad
Nacional", y para ello debe señalarse la obligatoriedad constitucional
de que renuncie como miembro de cualquier Partido político y a todo
cargo partidario después de ser elegido Primer Magistrado y antes de
tomar posesión de su alto cargo.
También proponemos fortalecer los gobiernos provinciales y municipales,
en aras de una sana descentralización del poder, que lo acerque a los
ciudadanos.

LA PROPIEDAD PRIVADA. LA POLÍTICA ECONÓMICA.
EL BANCO NACIONAL
Para La Rosa Blanca el tema de la propiedad privada es un tema no solo
importante sino de principios, por cuanto de lo que se trata es de la
base misma del proceso de reconstrucción y desarrollo económico de
nuestra Patria, y únicamente debe enfocarse a través del principio de
respetar y potenciar los valores democráticos y de libertad en el
establecimiento de la nueva República cubana como un Estado de Derecho.
La historia de la humanidad nos muestra que sin el mas irrestricto
respeto a la propiedad privada no hay ni libertad, ni bienestar ni
progreso en la sociedad. Partiendo de que este principio es inviolable
-y así deberá ser recogido en la Constitución- la Nueva República deberá
solucionar las múltiples demandas o reclamos que justamente presentarán
aquellas personas físicas y/o jurídicas que hayan sido afectadas por las
expropiaciones -los robos- del castrismo. Al respecto proponemos la
creación de una Oficina con tiempo limitado de duración, o sea, Ad Hoc,
que se encargará del estudio y tramitación, caso por caso, de tales
reclamos. Ha de tenerse en cuenta la justa reparación de los derechos
dañados sin descuidar el interés de la nación y los ciudadanos, dentro
de las posibilidades y recursos que existan. En este sentido se podrán
expedir bonos del Estado u otras vías que la ley determinará en su momento.

A) El problema de la propiedad de las viviendas.
La Rosa Blanca se opone radicalmente a cualquier tipo de desalojo. Los
legítimos dueños que así lo demuestren serán indemnizados y los actuales
residentes no podrán ser desalojados de las viviendas que habitan. Se
respetará el status que posean, es decir, si tienen titulo de propiedad
o contrato de arrendamiento. Los arrendatarios continuarán abonando la
renta hasta que alcancen el monto tasado de la propiedad de la vivienda
y se conviertan en propietarios. Un plan de viviendas sociales deberá
implementarse como una prioridad, a los efectos de conseguir una
vivienda digna en propiedad para cada familia cubana.

B) Las propiedades industriales.
-Las personas físicas y/o jurídicas que acrediten la titularidad de
cualquier industria y sus bienes inmuebles, serán restituidas en su
derecho, con la responsabilidad de financiar la puesta en marcha de la
actividad industrial, así como de cualquier otra actividad productiva
que sea posible con base en los bienes restituidos.
-Las industrias y otros bienes de producción o servicios que hayan sido
creados durante la tiranía castrista, y que no sean o no puedan ser
objeto de reclamaciones, serán llevados a concursos de privatización
transparentes, de forma gradual, y una vez se constituya el primer
Gobierno legítimamente elegido, con lo cual se impulsara y hará mas
efectiva y competitiva su gestión, al tiempo que proveerá recursos
financieros que facilitarán al Estado hacer frente a los cuantiosos
gastos de la reconstrucción nacional en este primer periodo.

C) La legislación fiscal de la Segunda República será progresiva y
progresista y proponemos establecer:
Una contribución para financiar la participación voluntaria de los
obreros en el accionariado, en un porcentaje a especificar, en las
industrias; participación que irán pagando los obreros con una parte de
sus salarios.

Una contribución para financiar la creación y mantenimiento de un Banco
de Fomento de la Pequeña y Mediana Empresa, cuyos fondos serán
destinados a potenciar el acceso del pueblo cubano a fuentes de
financiamiento para la creación de la pequeña y mediana empresa. La Rosa
Blanca propone la creación de un millón de estas empresas, lo que
traducido a la realidad significa un capitalismo de todos y para el bien
de todos, es decir, una sociedad de propietarios en vez de proletarios.

Igualmente proponemos la recreación del BANFAIC (Banco de Fomento
Agrícola e Industrial) y del BANDES (Banco de Desarrollo Económico y
Social). En el sistema fiscal progresivo y progresista se otorgarán
incentivos a las personas físicas y/o jurídicas que sean contribuyentes
de las dos primeras fuentes de ingreso mencionadas para el Estado en la
nueva República.
Una tercera contribución estaría destinada a la creación de una Caja
única de Seguridad Social que garantizaría las pensiones y prestaciones
sociales. Esto no afectaría otras formas que las personas o
instituciones privadas decidan emprender al respecto.

D)- Política Económica. El Banco Nacional. Tratado Monetario. La
relación especial Cuba- Estados Unidos.
Los objetivos de la política económica y financiera de La Rosa Blanca
para la Segunda República de Cuba en un Estado de Derecho, se orientarán
al logro del equilibrio macro-económico para mantener, simultáneamente,
la estabilidad del nivel de precios, un elevado grado de ocupación
equivalente al pleno empleo, un crecimiento continuo y satisfactorio de
la economía nacional y el equilibrio de la balanza de pagos. En fin, la
creación de una sociedad prospera y de oportunidades para todos los cubanos.
Al mismo tiempo, La Rosa Blanca propugna el fortalecimiento y defensa de
nuestra moneda a través del Banco Nacional, que debe ser recreado en la
nueva Constitución como una institución independiente del
Gobierno, aunque debe apoyar la política económica general del
ejecutivo, apoyo subordinado a la propia función del Banco, que no es
otra que la defensa de la moneda, el estímulo al crecimiento económico y
el mantenimiento de la estabilidad del nivel de precios, para combatir
toda tendencia inflacionaria.
Al inicio de la Segunda República debe gestionarse un Tratado Monetario
a los efectos de respaldar y consolidar el peso cubano, al presente sin
valor alguno.

RELACIÓN ESPECIAL CUBA- USA
Entre los objetivos importantes de la Segunda República debe estar el
establecimiento de una "relación especial" con Estados Unidos, similar a
la que existe entre Estados Unidos e Israel y entre Estados Unidos y el
Reino Unido. La experiencia de nuestra historia y geografía nos enseñan
que un gran aliado del pueblo de Cuba ha sido el Congreso de Estados
Unidos, que fue quien aprobó la Resolución Conjunta en 1898 enfatizando
que, "Cuba es y de derecho deber ser libre e independiente".

El Congreso, que es la representación directa del noble pueblo
americano, en aquel momento, y en otras ocasiones, ayudó a nuestra
independencia cuando poderosos factores anexionistas que quisieron
apoderarse de Cuba se movilizaron dentro del país. Y experiencias muy
tristes hemos padecido como, por ejemplo, durante el periodo de la
preparación de la invasión de Bahía de Cochinos (donde, por cierto, La
Rosa Blanca fue descalificada y vetada, impidiéndose su participación)
cuando, como es sabido, los lideres cubanos de aquel movimiento, sin
duda patriotas, tuvieron que padecer traiciones y que sus contactos con
autoridades norteamericanas fueran con simples agentes de la Agencia
Central de Inteligencia, que inclusive muchas veces utilizaban nombres
ficticios.

Por otro lado, no debemos perder de vista para evitar males similares,
que durante toda nuestra historia Republicana (1902-1958) lobistas y
otros factores de los poderes económicos norteamericanos se inmiscuían
constantemente en los asuntos internos de nuestra patria y perturbaron
la labor de nuestros gobiernos cuando afectaban los intereses de esos
sectores económicos y sus lobistas (Ver la obra del economista boliviano
Julio Alvarado que colaboró con la República y también con la tiranía
comunista, La Aventura Cubana).

La Rosa Blanca propone que la relación especial entre nuestra patria y
Estados Unidos se establezca de manera estrecha y fluida asentada en las
instituciones, principalmente entre los Congresos de ambos países y sus
Jefes de Estado.
De igual forma proponemos que, una vez Cuba sea libre, se produzca la
inmediata devolución de la Base Naval de Guantánamo.

POLÍTICA AGRARIA
Para expresar en una apretada síntesis las ideas fundamentales de la
Rosa Blanca sobre la política agraria en la Cuba libre, nos basaremos
principalmente en las propuestas planteadas por Rafael Diaz-Balart en su
libro "Derecho Agrario y Política Agraria", tesis doctoral presentada en
la Universidad Complutense de Madrid, y premiada y publicada por el
Instituto de Cultura Hispánica (hoy Instituto de Cooperación
Iberoamericano).

1 -Presencia personal y cultivo directo -en lo posible- de la tierra por
el propietario, y énfasis en la función social de la propiedad,
viabilizándole su aplicación al Estado mediante pago de expropiaciones
en sistemas coordinados en efectivo o bonos de intereses justos y
específicos.
2 -Erradicación del latifundismo innecesario e improductivo, que en el
caso cubano es en estos momentos estatal, y fusión de minifundios
antieconómicos o concentración parcelaria, así como estimular a las
explotaciones ejemplares.
3 -Fomento de la mediana propiedad agraria, jurídicamente estable y
económicamente vigorosa, y, en general, propietarización del mayor
numero de agricultores posible, en unidades económicas viables.
4 -Facilitación de la agricultora de grupo, especialmente sistemas
cooperativos, con supresión de intermediarios, cargas innecesarias e
injustas, etc.
5 -Sistemas de créditos agrícolas que faciliten el fortalecimiento y
tecnificación de la pequeña y mediana propiedad, y que eviten el
endeudamiento del agricultor a través de la canalización de créditos a
las cooperativas de servicios.
6 -Fomento de los más altos y estables niveles de empleo, del aumento de
la calidad de vida y de un sistema de fisiología económica de sociedad
en las utilidades alrededor de los precios y mercados, y de la
permanencia para todo agricultor que cultive la tierra a título distinto
del de propietario. En este punto se tendrá en cuenta el sabio
antecedente de la Ley de Coordinación azucarera.
7 -Perfeccionamiento del sistema tributario con el fin de fomentar y
vigorizar esa estructura pluralista e institucional de la propiedad rural.
8 -Encauzar y resolver adecuadamente las contradicciones entre el
desarrollo agrícola y el industrial, buscando su armonización.
9 -Fomentar la educación rural técnica, la orientación espiritual y la
formación cultural integral, así como llevar al campo los servicios, las
actividades culturales y recreativas características de las ciudades,
para enriquecer la vida de la gente del campo y evitar la emigración a
las ciudades.
10 -Sindicalización profesional del agricultor y promulgación de una Ley
de Cooperativas, de una Ley General Agraria y de un Código Agrario,
evitando, en suma, en todos los ordenes de la vida la depresión del
sector rural, garantizando la más equitativa distribución de la riqueza.

LA DEFENSA DE LA SOBERANÍA y LA SOBERANÍA DE LA DEFENSA
La Rosa Blanca entiende que la Nueva Cuba debe asegurar la defensa de su
soberanía al igual que garantizar la soberanía de su defensa. Es por
ello que, sin caer en la hipertrofia militar propugnada por la tiranía
castrista en su demencial política de agresión internacional, la Cuba
libre deberá poseer unas Fuerzas Armadas profesionales y operativas,
tecnológicamente avanzadas, respetuosas del sistema democrático y
garantes de la integridad de nuestro territorio, sobre todo preparadas
para enfrentar los posibles peligros del terrorismo y del narcotráfico
internacional. La base de nuestras Fuerzas Armadas ha de descansar en su
superioridad tecnológica, base a su vez de la industrialización de
tecnología punta que propugnamos (incentivos fiscales y de toda índole
posible para la instalación y desarrollo de industrias de este tipo y
fomento y respaldo especial a la investigación y desarrollo tecnológicos).
Asimismo, somos contrarios al Servicio Militar Obligatorio, ya
que creemos que la educación de nuestras jóvenes generaciones ha de ser
tarea de la familia y de la escuela, no de los cuarteles.

CIUDADANÍA y DISCRIMINACIÓN
Pueden existir pocos peligros mayores para la paz social, base
de la estabilidad de la República y de su progreso, que cualquier
debilidad, por pequeña que parezca, de la integración fraternal, sólida
y permanente de todos los elementos que históricamente han conformado
nuestra identidad nacional. La Rosa Blanca entiende que debemos sentimos
orgullosos de nuestra condición de nación y cultura mestizas.
"Dígase cubano y se ha dicho todo", nos enseñó el Apóstol de
Dos Ríos. La prohibición de toda discriminación que establecía la
Constitución de 1940, deberá complementarse en una concepción positiva
en la Segunda República. Así la nueva Constitución prohibirá toda
discriminación, especialmente por el color de la piel u origen étnico, y
también por motivos de sexo, convicciones políticas o religiosas o
cualquier otra que lastime la innata dignidad del ser humano. La ley
hará punible, con severidad, cualquier violación de este precepto. En
este aspecto y de manera especial propugnamos que en la Constitución y
en las leyes se propicie y haga efectiva la total y verdadera igualdad
de la mujer en la sociedad. De hecho y de derecho.

Por otra parte, La Rosa Blanca entiende que deberá reconocerse
en todos sus derechos como ciudadanos cubanos a todos aquellos
nacionales que se han visto obligados por la opresión a abandonar el
país, incluyendo a sus descendientes hasta la primera generación que
manifiesten su voluntad de ser cubanos y de integrarse a la nación,
continuando así la tradición constitucional de la Cuba democrática,
desde la Constitución pre-Republicana de La Yaya.

ESTADO LAICO
La Rosa Blanca defiende la condición de Estado Laico para la
Nueva República, no solo porque es la practica que se ha hecho común
dentro del mundo occidental, al cual pertenecemos, sino porque es la que
aconseja nuestra historia nacional y nuestras realidades. A este
respecto propugnamos la independencia y el más absoluto respeto a todas
las religiones y practicas religiosas y filosóficas que existen en
nuestro pueblo. La religión católica, las religiones sincréticas
afrocubanas y otras denominaciones cristianas y no cristianas conforman
el amplio abanico de creencias de nuestro pueblo y todas gozaran de
idéntico respeto e igualdad dentro del Estado.
También nos referimos en este aspecto a las instituciones
fraternales que, como la masonería, han tenido una destacada presencia
en nuestra historia y que, incluso, han logrado sobrevivir con cierta
independencia dentro del Estado Totalitario.

EDUCACIÓN, SALUBRIDAD, ASISTENCIA SOCIAL
La educación es la base para el avance y la solidez de una
sociedad moderna, sana y próspera, y debe tender a la defensa de los
valores de la democracia y la libertad, de la patria y de la familia,
que es la célula más importante de la sociedad. El Estado asegurara la
educación gratuita incluyendo la segunda enseñanza y garantizará que
ningún cubano con capacidades para ello se quedará sin educación
universitaria y superior por falta de recursos económicos. Igualmente se
garantizará el desenvolvimiento de la educación privada dentro de los
mismos valores antes señalados y en consonancia con nuestras mejores
tradiciones patrióticas, cívicas y éticas. Se fomentará la investigación
a todos los niveles.
El acceso a los servicios de salud y a la asistencia
hospitalaria se asegurara por parte del Estado, sin exclusión de la
participación privada, como un derecho de la ciudadanía. Se estimulará
el rescate de la experiencia cubana de las clínicas mutualistas que tan
óptimamente funcionaron en la Primera República.
La seguridad social ha de ser también un sagrado derecho de
cada cubano, garantizado por el Estado como complemento, en su caso, del
derecho al trabajo, en la filosofía del pleno empleo y de toda otra
actividad productiva.
El fomento del deporte, el sano esparcimiento, el ocio y la
cultura serán potenciados por el Estado, pero en ningún caso tutelados
como ha ocurrido en la tiranía castrista. En todas estas esferas de la
vida social el Estado favorecerá y coadyuvará al desarrollo y la acción
de la sociedad civil.
La Rosa Blanca entiende que deberán crearse entidades
estatales encargadas de la recuperación de la memoria y la verdad
históricas, protección del patrimonio nacional por un lado, y por otro
de la protección del medio ambiente, de su flora y su fauna, y la
restauración y rectificación del cuantioso daño ecológico que el
desgobierno totalitario ha causado al país.

EL CONSEJO ECONÓMICO-SOCIAL
Proponemos la creación de un Consejo Económico-Social, entidad
autónoma asesora del Gobierno, que contará con la participación en el
mismo, de las organizaciones sindicales y empresariales y de otros
agentes sociales. Dicho Consejo será el supremo organismo para
consensuar las políticas económicas de la nación, y todo lo concerniente
al desarrollo de las actividades productivas, con la finalidad de
conseguir la mayor armonía de los agentes sociales en el desarrollo e
incremento de las PYMEs (Pequeñas y Medianas Empresas) en cuyo seno
todos los cubanos han de perseguir como objetivo prioritario de la
nación sus participaciones en los bienes nacionales, cuyo instrumento
idóneo deberá ser la Bolsa Nacional de Valores. De esta manera, no solo
estaremos promoviendo la participación popular en la gestión
empresarial, contraria a la "gigantomanía" característica de los Estados
Totalitarios, sino cumpliendo el precepto martiano que indica que una
sociedad de pequeños propietarios será siempre feliz y libre.

CONSIDERACIONES FINALES
EL CUBANISMO
La Rosa Blanca rechaza las etiquetas euro-céntricas de derecha
e izquierda. Deseamos que se nos juzgue por nuestras ideas, nuestras
propuestas y nuestra conducta. No estamos vinculados a ninguna
organización internacional de ideas foráneas, lo que no significa que
las rechacemos absolutamente como referencia. Ni comunismo, ni fascismo,
ni socialismo, ni liberalismo, nuestra filosofía tiene sus raíces en las
entrañas de nuestro pueblo, de nuestras tradiciones, nuestras
circunstancias, nuestra historia y los anhelos, necesidades y esperanzas
de la patria, de nuestro pueblo, sin caer tampoco en un chovinismo sin
sentido. Es la filosofía de nuestros próceres desde Félix Varela, José
de la Luz y Caballero, Ignacio Agramonte, Céspedes, García, Aguilera,
Moncada, Maceo, Martí y Masó. Esta filosofía tiene un nombre: CUBANISMO.

PODER POLÍTICO Y PODER ECONÓMICO
La primera República cubana (1902-1958) nació castrada a
partir del Tratado de Paris de 1898 entre Estados Unidos y España, donde
se impidió a los cubanos participar, ni siquiera como observadores. Las
propiedades de los patriotas cubanos independentistas que fueron
confiscadas a partir de 1868 nunca fueron restituidas a ellos ni a sus
herederos. Por ello el poder económico en la República permaneció en
manos de los españoles, con acceso igualmente privilegiado para los
inversionistas de Estados Unidos, ya que los cubanos estaban
descapitalizados, con la excepción de los cubanos autonomistas, cuyos
bienes nunca fueron confiscados. Los patriotas mambises, que lo habían
dado todo durante las guerras de independencia, se encontraron sin un
solo centavo. Por ejemplo, el glorioso General Quintín Banderas recibió
una oferta del primer Gobierno de la República, la cual rechazó: ser
nombrado barrendero de las calles de la capital.
Integristas españoles, los que alimentaban el anexionismo a
Estados Unidos y sectores autonomistas comenzaron una sórdida campaña
contra los políticos y la política, única vía que podían utilizar y
utilizaban los independentistas para comenzar a integrarse a la nación
por cuya libertad tanto habían peleado.
La Rosa Blanca desea que en la Nueva República el poder
económico nunca pueda controlar directa ni indirectamente al poder
político, que es el instrumento fundamental de la democracia. Como es
obvio, no puede haber democracia sin política, ni política sin
políticos. Las campañas contra la política y los políticos tienden a
tener inspiración totalitaria.

EL PLURALISMO, RESPONSABILIDAD POLÍTICA Y RESPONSABILIDAD PENAL
Las experiencias de la transición democrática en España y en
los países europeos del antiguo bloque soviético, han demostrado que,
inclusive, los partidos comunistas, si aceptan el Estado de Derecho y el
pluralismo, pueden integrarse en las nuevas situaciones de libertad en
sus naciones.
El partido comunista cubano tiene graves responsabilidades
políticas por su respaldo durante décadas a la oprobiosa tiranía de
Castro. Esas responsabilidades deberán ser juzgadas por el pueblo de
Cuba en las urnas electorales. Otra cosa es la responsabilidad penal que
se derive de las acciones delictivas de algunos de sus miembros contra
la dignidad y los derechos humanos de cualquier ciudadano; eso si pueden
y deben juzgarlo los tribunales de justicia; insistimos, dentro de un
estricto Estado de Derecho y con todas las garantías procesales de la
democracia.
La Rosa Blanca entiende que los legisladores y
constituyentistas en su caso, han de tutelar conductas y nunca el
pensamiento ni la militancia de los ciudadanos. Deseamos una Cuba sin
perseguidores ni perseguidos, sin vencedores ni vencidos, sin vetos ni
discriminaciones, sin odios ni rencores.

LOS PARTIDOS POLÍTICOS Y LAS GENERACIONES
Función fundamental de los partidos políticos en todo sistema
democrático, como es sabido, es la presentación al pueblo de su
programa, sus ideas y proyecciones, sus propuestas y sus anhelos y
esperanzas para el logro del progreso y la estabilidad de la nación.
Aspirar al poder por medios legítimos para implementar esas ideas y
programa que mejoren la vida del pueblo, es no solamente un derecho,
sino un deber. Paralelamente, es también función primordial de todo
partido democrático, la preparación y el entrenamiento de nuevos lideres
para asegurar el sano relevo periódico de los liderazgos en el partido
y, consecuentemente, en la nación.

Aspiramos a que nuestra Segunda República sea una República de
instituciones y no de personalismos, por eso hemos incluido en este
Programa la propuesta del término presidencial de 5 años y la
prohibición definitiva de reelección. La historia de nuestra patria y de
América Latina esta llena de lamentables ejemplos de protagonismo
personalistas con absurdas pretensiones de eternidad. Los cementerios
están llenos de personas "indispensables". Lo que no debe confundirse
con actitudes absurdas de vetos y discriminaciones por razones de edad,
odiosas como toda discriminación, igual que por razón de sexo, raza,
creencias e ideas. La nación necesita el esfuerzo de todos sus hijos y
debe aprovechar los ricos aportes de todos, que se deben utilizar y
complementar en distintas actividades y sectores de la vida nacional.
Este Proyecto de Programa está, como es obvio, sujeto a
futuros enriquecimientos y precisiones, y se halla abierto a las
observaciones y sugerencias de nuestros militantes y simpatizantes.
Obviamente será sometido a la aprobación de la Asamblea Nacional del
Partido una vez que la libertad reine en Cuba.
La estructura del Partido se definirá en toda su magnitud en
el primer momento que nos sea posible, ajustándonos a las leyes que
regirán esta materia, con la participación de nuestros militantes que
están y estarán dentro de Cuba, quienes serán los encargados de
rectificar o ratificar a sus representantes y estructura.

HACIA LA LIBERTAD, LA DEMOCRACIA, LA FRATERNIDAD y EL PROGRESO DE LA
PATRIA CUBANA.
Rafael Díaz-Balart

Source: Una obra de amor en un estado de derecho - Misceláneas de Cuba -
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/Article/Index/5510322b3a682e087c701bcb#.VRGuZfnF83Q

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