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Tuesday, March 10, 2015

Un sí por el liberalismo

Un sí por el liberalismo
HILDEBRANDO CHAVIANO MONTES | La Habana | 10 Mar 2015 - 11:28 am.

El autor, nominado a las 'elecciones' municipales en La Habana, defiende
el fin del ineficiente y corrupto sistema económico castrista.

Cuánto tiempo y recursos va a costarle al país que los gobernantes
entiendan que no es con disciplina, exigencia y control como se va a
lograr el crecimiento económico, sino con libertad. La esperanza
depositada en megaproyectos como el del puerto del Mariel, sepultado
bajo las telarañas del voluntarismo estatista, se ve frustrada ante la
realidad de que el mundo de los negocios se rige por leyes que funcionan
con independencia de la voluntad de los políticos.

La economía mixta, este engendro que intenta la revitalización del
socialismo, tampoco funciona. En Cuba no hay mercado y la única
contraparte que encuentran los inversores extranjeros es el Estado, con
un capitalismo mercantilista conocido desde hace mucho tiempo por su
ineficiencia y corruptibilidad. Mientras tanto, los trabajadores, esa
figura tan importante y siempre olvidada en la ecuación, no piensan en
trabajar y crear, sino en cuánto "se buscan" por vías ilegales en cada
empleo.

La convocatoria a la unidad de estos trabajadores no debe centrarse
alrededor de un líder carismático con sus discursos y poses, tampoco
alrededor de un partido único y excluyente que funge de camisa de fuerza
al desarrollo económico y social de la nación.

A estos efectos, valga dejar claro que no es válido establecer
comparaciones entre el Partido Revolucionario Cubano creado por Jose
Martí, para llevar adelante la guerra necesaria, y el actual Partido
Comunista, impuesto por la dictadura para salvaguardar sus intereses de
poder impidiendo de hecho y de derecho todo por lo que nuestro Apóstol
luchó y murió.

Si la soberanía residiera verdaderamente en el pueblo y no en el Consejo
de Estado y el Buro Politico del Comité Central del Partido Comunista de
Cuba —par de grupúsculos cuál de ellos más inútil—, no habría que hacer
tantos llamados al esfuerzo para aumentar la producción de alimentos y
lograr una economía eficiente y próspera.

El derecho a la propiedad sigue vetado a los ciudadanos con el falso
argumento de que la propiedad estatal socialista sobre los medios de
producción garantiza la igualdad, la independencia y la soberanía del
país, y es precisamente la negación de este derecho fundamental lo que
impide la independencia ciudadana y que la soberanía sea en realidad
ejercida por el pueblo, lo que da por resultado que el desarrollo
económico del país sea un chiste.

Pretender que funcione la economía en manos de burócratas encargados de
predeterminar desde sus despachos refrigerados qué y cuánto se va a
producir, a qué precio y cómo se va a distribuir, es la utopía dentro de
la utopía, un capricho de viejos trasnochados y jóvenes aprovechados que
en realidad saben que el socialismo como forma de producción y
distribución de las riquezas no funciona sencillamente porque donde no
se crean riquezas no hay nada que distribuir.

Es por esta razón que se convoca a la piñata a inversores europeos,
chinos y norteamericanos —capitalistas y eficientes por más señas—, y no
a los fraternos, socialistas y arruinados empresarios norcoreanos que se
debaten entre morir estoicamente de hambre o incinerados en una
conflagración nuclear.

El desarrollo y aplicación de las nuevas tecnologías son la clave del
incremento de la productividad, y para que se produzcan, no basta con un
cierto nivel educacional alcanzado, sino que es imperativo que el
empresariado nacional acceda libremente a los recursos y las
oportunidades que se les puedan ofrecer mediante leyes favorables a los
pequeños y medianos emprendedores, estimulados por bajas cargas
impositivas y con capacidad de importar y vender sus productos o
servicios en el mercado nacional o en el exterior, sin intermediación
del Estado.

Todo esto suena a liberalismo y sin duda lo es, pero parece ser la única
alternativa viable para que la nación salga del empantanamiento en que
la ha sumido tanto experimento socializante y caprichos mesiánicos.

Source: Un sí por el liberalismo | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cuba/1425978970_13314.html

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