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Saturday, March 07, 2015

Un prelavado para Gilbert Man

Un prelavado para Gilbert Man
CAMILO LORET DE MOLA | Miami | 6 Mar 2015 - 12:55 pm.

El caso del reguetonero podría convertirse en el más importante de los
últimos años en Cuba, por la posible colaboración con la justicia de EEUU.

El reguetonero cubano Gilberto Martínez Suárez, artísticamente conocido
como Gilbert Man, está siendo acusado de lavado de dinero, delito
inusual en Cuba y nada común entre ciudadanos nacionales.

Sin proponérselo, Gilbert Man adquirió la notoriedad que siempre quiso.
Pero la fama no se la proporcionó la mala música que producía, sino el
exagerado operativo policial con que fuera detenido el pasado mes de
diciembre, en el municipio habanero de Guanabacoa.

Ahora vuelve a ser noticia cuando los instructores policiales y los
fiscales a cargo radican su caso por este delito.

En pocas oportunidades se han ventilado casos de lavado de dinero en los
tribunales cubanos, el más publicitado fue el del empresario francés
Jean-Louis Autret, sancionado en el 2011 a 15 años de prisión por mover
dinero entre cuentas bancarias de Cuba y el extranjero, según la
sentencia, "para ocultar, desvirtuar y legalizar el origen de fondos
resultantes del comercio prohibido de estupefacientes".

Un cargo que pudo ser probado "gracias a la cooperación de las
autoridades francesas", tal como presumió la fiscalía cubana.

En esa oportunidad fueron sancionados varios cubanos, pero por delitos
de naturaleza diferentes, como falsificación de documentos y cohecho.

La acusación de lavado de dinero contra Gilbert Man implica
necesariamente una relación con los casos de robo de identidad y de
tarjetas de crédito por los que se le persigue en los condados
floridanos de Miami-Dade y Martin, desde septiembre de 2014 y mayo de
2013, respectivamente.

Esta inesperada acusación podría evidenciar un guiño del sistema legal
cubano hacia las autoridades norteamericanas para obtener un nivel de
cooperación e interacción nada habitual entre ambas naciones, si es que
a estas alturas esa cooperación no existe.

Gilbert Man no puede ser entregado a las autoridades norteamericanas: La
deportación de un cubano es una opción legalmente excluida por el
artículo 6.1 del código penal.

Tampoco puede ser contemplado como un ciudadano extranjero: Es un cubano
con carnet de identidad recién confeccionado.

Y además, la doble ciudadanía no es reconocida para los nacidos en Cuba,
quienes siempre serán contemplados como nacionales.

Pero son tiempos de cambios y cualquier cosa puede pasar.

La acusación inicial de un expediente de fase preparatoria puede cambiar
durante el transcurso del proceso, mucho más si, como en el caso del
reguetonero, se cuenta con la defensa de un buen abogado: el licenciado
Carlos Navarro Duarte, quien es reconocido por su valentía y entrega en
la defensa de sus clientes. Alguien que no va a permitir que los
instructores se vuelvan creativos.

Pero mientras llega el momento de la definición, Gilbert Man permanecerá
detenido en su incomoda celda de 100 y Aldabó, inseguro y arropado con
una cuasi acusación que actualmente no llega a ser un caso de lavado de
dinero, pero quizás pueda festinadamente identificarse como una especie
de "prelavado", apropiándome del término que definía aquellos pantalones
populares en los años 90 del siglo pasado.

Un expediente que para las autoridades de La Habana puede convertirse en
el caso más importante de los últimos años o en un sonado ridículo del
comando policial que, armado con chalecos, cascos y fusiles, terminó
ocupando los mandos de unos juegos electrónicos y las copias comerciales
de unas pinturas decorativas.

El caso de Gilbert Man no se limita al proceso penal habitual. Cuba está
proponiendo una partida internacional, ejecutada en un tablero mucho más
grande y con jugadores a nivel de Estado.

Un desafío en donde el pseudorapero es solo un peón, sacrificable y
secundario, esa ficha elemental con que se inicia la apertura en la
mayoría de los desafíos de ajedrez: un peón prelavado, que puede llegar
a ser el todo del futuro jurídico entre ambos países, o evaporarse y no
ser nada, solo un preso más en las duras cárceles cubanas, alguien que
consuma lentamente su larga condena, olvidado e insignificante, al que
solo le quedarán las añoranzas por lo que derrochó y de lo que
absurdamente presumió.

Source: Un prelavado para Gilbert Man | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cuba/1425642921_13253.html

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