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Friday, March 06, 2015

Raúl Castro y Natanyahu ¿de qué lado está Obama?

Raúl Castro y Natanyahu: ¿de qué lado está Obama?
¿Con quién busca acercamiento, con quién permite desencuentros?
Eugenio Yáñez, Miami | 05/03/2015 9:35 am

El presidente Barack Obama parece obsesionado con la apertura de
embajadas en La Habana y Washington antes de la Cumbre de las Américas
en Panamá el 10 y 11 de abril, a la vez que mantiene una posición fría y
distante con Israel debido al diferendo sobre lo que se considera la
manera más efectiva de enfrentar el peligro nuclear iraní.
Es perfectamente lógico que cualquier nación asuma su política exterior
teniendo en cuenta sus intereses. Es normal que hacia algunas naciones
pretendan acercamientos positivos, mientras con otras las relaciones
sean lejanas o glaciales, o incluso hasta que no existan, aunque este
extremo sea cada vez menos frecuente en nuestros días.
Sin embargo, es incongruente que el presidente Obama pretenda cálidos
acercamientos con la Cuba de Raúl Castro, enemigo jurado desde hace más
de medio siglo, mientras se mantiene gélido y distanciado hacia el
Israel de Benjamín Netanyahu, único verdadero aliado de Estados Unidos
en el Medio Oriente durante muchos más años que los que los hermanos
Castro han intentado dañar de cualquier manera a Estados Unidos.
Así, mientras se especula con un posible encuentro entre Obama y Raúl
Castro el próximo mes en Panamá, "Bibi" Netanyahu, de visita en
Washington, habló al Comité de Relaciones Públicas Israel-Estados
Unidos, donde reconoció que las posiciones diferentes de su gobierno y
el de EEUU sobre cómo manejar el peligro iraní son reales, pero dejando
claro que "las noticias sobre la muerte de las relaciones entre Estados
Unidos e Israel no solo son prematuras, sino erróneas", y reiterando que
"nuestra alianza es más fuerte que nunca... y será más fuerte".
Obama se incomodó porque la invitación a hablar ante el Congreso la hizo
el speaker (líder de la mayoría en la Cámara) republicano John Boehner,
que siempre que puede y cada vez más a menudo hace su mejor esfuerzo
para exasperar al Presidente.
Al tal extremo llegaron las cosas que La Casa Blanca anunció que Obama
no recibiría a Netanyahu durante esta visita, alegando las elecciones en
Israel dentro de dos semanas. Y como el vicepresidente y el secretario
de Estado estaban fuera del país, el visitante no conversaría con nadie
de alto nivel en la administración. Además, a la comparecencia de
Netanyahu ante el Congreso no asistieron 8 senadores y 47
representantes. Esos ausentes no le escucharon decir: "Apreciamos todo
lo que ha hecho el presidente Obama por Israel, mucho de lo cual es
ampliamente conocido. (...) Pero algunas cosas que ha hecho por Israel
nunca se sabrán por tratarse de asuntos delicados".
Esas ausencias recordaron que hace varias semanas opositores cubanos, en
desacuerdo con la nueva política de Obama hacia Cuba, no asistieron a
encuentros con funcionarios estadounidenses en La Habana.
¡Afortunadamente, a ningún congresista en Washington se le ocurrió
organizar un mitin de repudio contra el gobernante israelí!
Los posteriores comentarios de Obama sobre el discurso de Netanyahu,
aunque reiteró la alianza entre ambos países, no fueron nada favorables
al primer ministro. Y la nota la dio Nancy Pelosi, líder de la minoría
demócrata en la Cámara, utilizando palabras de Michael Corleone para
calificar el discurso del visitante.
Que no queden dudas: esto no es asunto de demócratas o republicanos,
sino de intereses de Estados Unidos. Que existan percepciones diferentes
y puntos de vista contradictorios sobre cómo manejar la política
exterior es parte del proceso de diseño, coordinación y ejecución de
políticas entre aliados, frente a un país que se proclama enemigo de
Estados Unidos, niega públicamente el derecho de Israel a existir,
fomenta el terrorismo, pretende tener armas nucleares, y se acerca cada
vez más a los enemigos declarados de EEUU en América Latina.
También es cierto, para no dejar de decirlo, que el comportamiento de
Netanyahu hacia el Presidente, aceptando la invitación del speaker de la
Cámara para hablar al Congreso, pasándose por los bolsillos el enfado de
Obama por esa invitación que le ninguneaba, ni es ilegal ni está
prohibido, pero sin dudas no clasifica entre los gestos más amistosos de
política exterior entre países aliados.
Sin embargo, negarse a recibir al primer ministro y boicotear su
discurso en el Congreso por legisladores demócratas de ambos cuerpos
legislativos, tampoco clasifica entre los gestos más inteligentes de
política exterior entre países aliados.
Si las diferencias de opinión con el primer ministro israelí tensan las
relaciones hasta extremos como los mencionados, ¿cómo podría Barack
Obama reunirse con Raúl Castro o escuchar su discurso en la Cumbre de
Panamá? Porque no se trata del aliado de siempre y a toda prueba, como
Israel, sino todo lo contrario, un acérrimo enemigo de EEUU en el
continente durante más de medio siglo.
Pragmatismo y flexibilidad son virtudes necesarias y recomendables en
política exterior. Sin embargo, de ahí a la incoherencia y la ambigüedad
la frontera es endeble, y hay que ser extremadamente cuidadoso al
caminar en ese territorio, sobre todo si quien camina es el presidente
de la nación más poderosa del planeta.
Y saber muy bien quién merece acercamientos y con quién se permiten
desencuentros. Porque no se puede amar a Dios y el diablo al mismo
tiempo. Ni hacer el amor y ser virgen tampoco.

Source: Raúl Castro y Natanyahu: ¿de qué lado está Obama? - Artículos -
Internacional - Cuba Encuentro -
http://www.cubaencuentro.com/internacional/articulos/raul-castro-y-natanyahu-de-que-lado-esta-obama-322177

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