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Thursday, March 05, 2015

Los jóvenes artistas en Cuba

Los jóvenes artistas en Cuba
[04-03-2015 12:07:23]
Victor Manuel Domínguez García

(www.miscelaneasdecuba.net).- Los jóvenes artistas y escritores cubanos
se sienten discriminados. Víctimas del mecenazgo, el control y la
explotación de las autoridades del sector cultural y de la Unión de
Jóvenes Comunistas, y son además motivos de desconfianza entre las filas
del partido único que traza el rumbo político ideológico del país.
De acuerdo con numerosos criterios, los prejuicios mentales hacen que
ante cualquier reclamo, forma de enfocar la realidad, iniciativa
artística o literaria que no nazca de un guión oficial, o expresión y
conducta personal "alejada de parámetros revolucionarios", estos jóvenes
son calificados como conflictivos.

Integrantes de la Asociación Hermanos Saiz de Artistas y Escritores
Jóvenes (AHS), en Manzanillo y Jiguaní, entre otros municipios de la
Provincia Granma, afirman que la falta de espacios, recursos y
colaboración de las instituciones les impide desarrollar su talento,
situación que se hace más crítica por la ausencia de sensibilidad y
compromiso de las autoridades del territorio.

El escritor granmense Héctor Leyva Cedeño, expresó a Juventud Rebelde
que los libros publicados en las editoriales de provincias bajo el
sistema RIZO, no seducen ni venden por el mal diseño y porque la edición
tiene muchas erratas. Por su parte, Charly Aleaga, un músico del mismo
territorio, aseguró que se incumplen los contratos con los artistas,
pues no se les paga su trabajo.

Asimismo, pero en la provincia Guantánamo, Lizbeth Gonzáles, graduada de
una escuela de arte en la especialidad de teatro, denunció que desde
hace cinco meses no se le paga por el desempeño de su labor como
instructora.

También desde la provincia Holguín, la joven escritora Yamila Marrero,
expresó que la crítica por lo general no existe, se desconoce en
profundidad del análisis sobre el hecho artístico, y este resulta
superficial, edulcorado y complaciente.

Pero este desastroso panorama que viven los jóvenes creadores cubanos no
es nuevo. Quienes los antecedieron en las entonces Brigada Hermanas
Saiz, el Contingente Juan Marinello, y el Movimiento de La Nueva Trova
(hoy fusionados en la AHS), sufrieron peores embates de la política
cultural cubana.

Expulsiones de talleres literarios, agrupaciones musicales, conjuntos
dramáticos, proyectos danzarios y demás manifestaciones del arte, por
supuestos actos de diversionismo ideológico, desacato, conducta sexual
impropia, oscurantismo y religiosidad, entre otros, estaban a la orden
del día.

Además, existía igual presión para la el compromiso de incondicionalidad
ideológica y sumisión política al régimen, y la misma incapacidad y
desatención por parte de directivos de cultura, cuadros de
organizaciones políticas, y administrativos de las instalaciones, para
el desarrollo de jóvenes creadores.

Tanto ayer como hoy la cuestión es explotarlos sin que dejen de ser
punta de lanza de la imagen de un arte y una literatura socialista.
Convencerlos de que los supuestos valores patrios están primero y por
encima que los estéticos hasta en el arte, y de que si no fuera por la
revolución ellos no habrían existido.

Manipulación, engaño, explotación del talento artístico y literario, son
el denominador común de una política cultural exclusiva, que a lo largo
de la historia de la revolución condenó al ostracismo, al exilio y a la
cárcel a decenas de creadores por similares razones ideológicas o
posiciones críticas.

Los jóvenes creadores que hoy sufren o ven sus carreras truncas por el
control, las prohibiciones, la falta de espacios, recursos y confianza
que genera la politiquería obsoleta y de corte medieval que aprisiona
el país, son herederos de un sistema social que, como Saturno, se come a
sus propios hijos.

Pobre de quienes se adapten a preceptos políticos y crean en promesas de
libertad creativa, de opinión y estéticas de los que dirigen una
política cultural cuyo único objetivo y compromiso es lograr el acto más
degradante de nuestra sociedad: la incondicionalidad humana, artística y
literaria a la revolución.

La mesa de la política cultural cubana está servida. Que cada uno escoja
su disfraz: De domador, vasallo, payaso, o cimarrón del arte y la
literatura nacional. El tiempo dirá quien tenía la razón.

Source: Los jóvenes artistas en Cuba - Misceláneas de Cuba -
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/Article/Index/54f6e76b3a682e0f00908527#.VPb29vnF9HE

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