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Tuesday, March 03, 2015

Las fiestas de la dinastía y los recuerdos

Las fiestas de la dinastía y los recuerdos
MARCIA CAIRO | La Habana | 3 Mar 2015 - 8:56 am.

Millones de cubanos viven en la miseria, pero unos pocos festejan en grande.

Las fotos lo revelan: una fiesta, la modelo inglesa Naomi Campbell, la
relacionista pública, estrella de televisión y modelo Paris Hilton
—perteneciente a la familia otrora dueña del hotel Habana Hilton, hoy
Habana Libre—, el hijo mayor de Fidel Castro, la participación de esa
dinastía cubana…

Estas celebraciones y junteras no dejan de ser curiosas, pero de ninguna
manera asombran. Con el anuncio de normalización de relaciones entre
Cuba y Estados Unidos, han llegado a la Isla otros visitantes no menos
famosos: el ex secretario general de la ONU y Premio Nobel por la Paz
Kofi Annan, el ex presidente español José Luis Rodríguez Zapatero.

Se sabe que los hijos y nietos de la clase presidencial cubana han
estado celebrando toda su vida en sus innumerables casas, en sus viajes
al extranjero, en todas las gratitudes a las que creen tener derecho
desde su nacimiento en cuna de oro.

Son famosas las fiestas de El Laguito, barrio de casas confiscadas con
la revolución donde se realizan fabulosos banquetes que servirían para
alimentar a los desposeídos que habitan en cuchitriles de zonas
marginales de Centro Habana y Habana Vieja, a muchos de los mendigos que
se apostan a todo lo largo de los dos bulevares, el de la calle San
Rafael y el de la calle Obispo.

Un escritor contaba cómo en una esas fiestecitas había visto al
exministro de Relaciones Exteriores Felipe Pérez Roque y al
exvicepresidente Carlos Lage atiborrarse de comida y bromear. Son
banquetes en los que no se escatiman gastos en grandes cantidades de
frutas, carnes, dulces y bebidas. ¿Y quienes se dan estos lujos? Ellos
pueden hacerlo. No piden permiso, ni siquiera sienten remordimientos.

Millones de familias cubanas han nacido en medio de inmensas vicisitudes
que aún siguen atravesando. Durante del Período Especial, en los años
90, muchos carecían incluso de jabón. Por la calle se vendían unos
extraños jabones fabricados con estillas jabonosas: dentro tenían un
pedazo de madera. Se vendían unos supuestos panes con bistec que eran
frazadas de limpiar el piso empanadas y fritas. Hubo personas que
murieron por comer unas frituras que en vez de harina, estaban cocinadas
con abono. Y para qué hablar de los prolongados apagones que durante
horas detenían al país entero.

En la actualidad se incrementan las diferencias, muchos han sufrido el
derrumbe de sus viviendas por no poder afrontar gastos de reparación, y
se encuentran albergados por períodos que van de los 15 y a los 20 años.
Otros viven en condiciones de hacinamiento, en casas remendadas y sin
condiciones higiénicas. Residentes de otras provincias emigran a la
capital y arman sus casas de llega y pon, buscando un supuesto desarrollo.

Las ilegalidades crecen, la prostitución engorda sus filas, y los
derechos ciudadanos se tergiversan o se obvian.

Sin embargo, para esta clase privilegiada del árbol genealógico
presidencial, da lo mismo que sea socialismo, capitalismo, o incluso
feudalismo. Seguirán siendo los que decidan con sus varitas de oro y sus
alianzas a conveniencia.

Source: Las fiestas de la dinastía y los recuerdos | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cuba/1425369372_13190.html

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