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Thursday, March 19, 2015

El éxodo de artistas cubanos y Fidel Castro

El éxodo de artistas cubanos y Fidel Castro
Lo que en Cuba fue un verdadero centro del arte lírico quedó en ruinas
con el éxodo de sus grandes artistas. ¿Por qué se marchan todos? Pues ya
lo había establecido el líder de la revolución en sus palabras a los
intelectuales: "Dentro de la Revolución, todo; contra la Revolución,
ningún derecho"
jueves, marzo 19, 2015 | Alberto Roteta Dorado

QUITO, Ecuador. — En el año 1961, luego de varias reuniones con los
intelectuales cubanos, el Dr. Fidel Castro declaró:

"La Revolución no puede renunciar a que todos los hombres y mujeres
honestos, sean o no escritores o artistas, marchen junto a ella; la
Revolución debe aspirar a que todo el que tenga dudas se convierta en
revolucionario; la Revolución debe tratar de ganar para sus ideas a la
mayor parte del pueblo; la Revolución nunca debe renunciar a contar con
la mayoría del pueblo, a contar no solo con los revolucionarios, sino
con todos los ciudadanos honestos, que aunque no sean revolucionarios
—es decir, que no tengan una actitud revolucionaria ante la vida—, estén
con ella. La Revolución solo debe renunciar a aquellos que sean
incorregiblemente reaccionarios, que sean incorregiblemente
contrarrevolucionarios".

Castro invita a los intelectuales para que se unan a ellos, pero no da
opciones para aquellos que desde una perspectiva distinta, quieran
continuar haciendo su arte, sin hacerse copartícipes de la revolución
cubana. ¿Qué significa renunciar a aquellos que sean reaccionarios?
Téngase en cuenta, que para la dictadura, el hecho de no mezclarse o no
estar al lado de ellos ya es considerado reaccionario y por lo tanto,
hay que renunciar a su arte, lo que significa: sepultarlos para siempre.

Esto contribuyó al éxodo de valiosos artistas. Se ha insistido mucho en
la partida de científicos y médicos, pero poco en la retirada de los
artistas e intelectuales que desde etapas tempranas del llamado proceso
revolucionario emprendieron viaje rumbo al norte. Este fenómeno social
no fue un hecho aislado de la incipiente Cuba revolucionaria. Igor
Stravinski, Serguéi Rajmáninov y un centenar de artistas más,
abandonarían su Rusia natal tras la llegada del comunismo. A muchos de
los artistas cubanos les sorprendió el acontecimiento de 1959 fuera de
Cuba. Algunos no regresaron jamás, otros decidieron retirarse y seguir
sus carreras fuera de Cuba y algunos quisieron continuar en su patria.

Como ya estaba diseñado "un plan para el arte" que incluía la idea de
que "dentro de la revolución todo", pues todos los que no tuvieron un
papel activo o una actitud de vanguardia en pos de la revolución,
quedaron marginados. Verdaderas glorias de la cultura cubana se quedaban
en el olvido para siempre. El arte lírico lo ha sufrido, tal vez, como
ninguna otra manifestación. La soprano Margarita Díaz, que recorrió el
mundo representando a su patria es desconocida en Cuba, sin embargo, la
diva deleitó a reinas, príncipes y emperadores de cuatro continentes. La
también soprano Zoila Gálvez, que triunfó en Italia, terminó en el
olvido y las "autoridades de la cultura cubana" jamás se interesaron en
homenajearla. Ernesto Lecuona, merece especial atención. Su temprana
muerte impidió que el régimen comunista lo sepultara aún más. Pero no se
podía ignorar para siempre al considerado músico más universal de Cuba,
interpretado por Plácido Domingo o por las Filarmónicas de Berlín o
Londres y que en etapa pre-revolucionaria difundió nuestra música por
América y Europa. El autor de "Andalucía" no regresó de Tenerife para
rendir culto a los rebeldes.

Con la soprano Rosa Fornés, no hubo otra alternativa que aceptarla. La
primera vedette de América merecía respeto y el sistema la utilizó. En
los más diversos escenarios la Fornés les daba ganancias. La presentaron
como primera figura por los antiguos países socialistas, siendo el
centro de atención de las súper-producciones de Tropicana, pero en
realidad no le perdonaban su estilo, sus lentejuelas, joyas y plumas. La
vieron como una <pequeño-burguesa, símbolo de los rezagos del pasado>.
La hubieran preferido como trovadora que con guitarra en mano les
cantara en sus actos políticos. Pero la mejor Hanna Glawari de la
historia del arte lírico en Cuba, se mantuvo firme y se atrevió a
estrenar "Sin un reproche" de Meme Solís, en un momento en que el
creador de los "Meme" estaba prohibido. Pero Rosa Fornés había tenido el
mérito de haberse quedado en Cuba, a pesar de su exitosa carrera en
España y México y les cantó: "Cuba Corazón de nuestra América" y "Por
los Andes del Orbe", de contenido patriótico.

A través de los años varias figuras de primer nivel y reconocida
trayectoria internacional, dejaron atrás Cuba para conquistar nuevos
horizontes y poder desarrollar sus carreras: Marta Pérez, Alina Sánchez,
Linda Mirabal, Ninón Lima, Yolanda Hernández, Hugo Marcos, Armando Pico
y Ramón Calzadilla. Lo que fue un verdadero centro del arte lírico quedó
en ruinas con la retirada de sus grandes artistas. ¿Por qué se marchan
todos? Pues ya lo había establecido el líder de la revolución en sus
palabras a los intelectuales: "Dentro de la Revolución, todo; contra la
Revolución, ningún derecho".

Merecen ser reconocidos y difundidos todos los artistas cubanos, los que
se quedaron y fueron marginados o los que no volvieron jamás. Es
imperdonable que solo se conozca a Frank Fernández, pianista de
reconocido prestigio, pero al lado de la revolución y se siga ignorando
a Jorge Bolet, considerado el más colosal virtuoso del hemisferio
occidental, cuyo único delito fue no regresar a su patria y no estar
<dentro de la revolución>. El camino hacia la democracia y la libertad
de pensamiento y expresión necesita de los intelectuales. Los actos y
hechos han de gestarse previamente como idea y las ideas necesitan de
los pensadores, artistas e intelectuales. Esto es un hecho innegable y
una ley del devenir histórico.

Source: El éxodo de artistas cubanos y Fidel Castro | Cubanet -
http://www.cubanet.org/colaboradores/el-exodo-de-artistas-cubanos-y-fidel-castro/

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