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Monday, March 23, 2015

Cuba entrena a sus hijos para que emigren

Cuba entrena a sus hijos para que emigren
La economía nacional ha sido diseñada para que las familias se vean
obligadas a enviar a algunos de sus miembros al exterior
lunes, marzo 23, 2015 | Ernesto Pérez Chang

LA HABANA, Cuba. -"El país que forma a sus jóvenes para que emigren", es
el título de un excelente reportaje del periodista Stephen Sackur,
publicado hace apenas unos días en el sitio digital de la BBC. El
artículo expone una iniciativa del gobierno filipino para formar a
decenas de miles de empleadas del hogar, chóferes, mecánicos y
jardineros "con el propósito expreso de enviarlos a servir en el
extranjero". A pesar de que la economía de Filipinas es de las de mayor
crecimiento en Asia, según se dice en el artículo, no hay suficientes
puestos de trabajo para una población considerada entre aquellas de
índices de natalidad más elevados.

El titular de la BBC atrajo mi atención tal vez como pudo hacerlo con
cualquier lector en un país cuya economía se sostiene sobre la base de
las remesas de sus emigrantes. Cambiando aquellos detalles que
particularizan el fenómeno en Filipinas, el escenario pudiera ser
similar al cubano, donde año tras año el gobierno, en ocasiones de
manera directa pero de modo perpetuo de forma indirecta, "prepara" a las
personas para que emigren o al menos permanezcan fuera del país el
tiempo suficiente para convertirse en el sostén económico no solo de las
familias que dejan atrás sino de la nación.

Nunca se ha publicado una estadística oficial sobre los jóvenes cubanos
que al terminar sus estudios de nivel medio o universitarios deciden
abandonar el país, ya no solo para ejercer sus profesiones en el
extranjero sino para poner distancia entre ellos y una realidad que los
agobia o, simplemente, aspirar a un empleo, cualquiera que sea, que los
ayude a resolver sus carencias materiales.

Con solo analizar nuestro entorno, revisar nuestras listas de amigos en
las redes sociales, escuchar las opiniones de los jóvenes en la calle,
podemos intuir que los números pueden ser alarmantes.

Emigrantes: renglón exportable

Considerando los miles de profesionales de la salud que, bajo la bandera
de la "solidaridad internacional", el gobierno cubano usa como renglones
exportables, las estadísticas pudieran ser elevadísimas y el caso
nuestro pudiera clasificar entre los más horrendos, téngase en cuenta
que el gobierno predispone a las personas para que se marchen pero, a la
vez, mediante regulaciones migratorias, compromisos y leyes mucho más
parecidas a un chantaje (como sucede con los médicos que cumplen
misión), las manipula para convertirlos en fuentes de ingresos seguros,
de modo que el "futuro próspero y sostenible" del socialismo en gran
medida dependería del control que logre ejercer el Estado sobre sus
emigrantes y profesionales en "misión de trabajo", una manera
eufemística de considerar un estatus laboral muy cercano a ciertas
formas de esclavitud.

Aunque en Cuba no exista un programa de preparación como el de
Filipinas, el modo de administración caótico, errado y antojadizo que ha
caracterizado al gobierno durante más de 50 años, muy a pesar de la
"planificación socialista", ha ido adiestrando las mentes de los
ciudadanos para que el único propósito de todo cuanto haga o emprenda
sea con la finalidad de "escapar", "alejarse" de la isla, como lo
confirman los testimonios de numerosas personas entrevistadas al respecto.

"Quiero terminar la carrera y pedir una beca afuera. Si me va bien, creo
que no regreso", nos dice un estudiante de 4to. año de Historia del Arte
en la Universidad de La Habana. Sus planes coinciden con los de un amigo
suyo al que, nos asegura, un familiar ya le ha gestionado la práctica de
su especialidad en el extranjero.

"Creo que muy pocos en mi año quieren quedarse en Cuba" nos dice este
otro estudiante, "por lo que sé, la mayoría quiere irse, si no
definitivo al menos buscarse una misión de Cultura. Pero una misión no
te resuelve, eso es pan para hoy y hambre para mañana. Lo mejor es irse
y ver qué pasa. Cualquier cosa que venga será mejor".

Para una estudiante de 5to. año de Letras en la Universidad de La
Habana, la mejor oportunidad de trabajo es enrolarse en una misión en
cualquier país. "No tengo pensado irme de Cuba pero entiendo que
quedarse aquí a vivir de un salario no es fácil. Aunque me gustaría
viajar, no quiero vivir fuera, ni abandonar a mi familia, a mi novio. Me
gustaría vivir en Cuba pero sé que todo se hace muy difícil aquí. Si
algún día me quedo trabajando afuera no es porque yo lo quiera. Ojalá no
tenga que hacerlo".

Siguiendo las experiencias de otros compañeros de aula, un joven amigo,
recién graduado de la especialidad de Letras, ha renunciado a una plaza
de editor en una importante institución cultural cubana para aceptar un
puesto de instructor en una Casa de Cultura municipal donde los salarios
son aún más bajos y el contenido de trabajo es intrascendente. El motivo
de su decisión pudiera parecer absurda pero en realidad es una
estrategia de escape: el Ministerio de Cultura prioriza a los
especialistas de las casas de cultura para conformar las nóminas de sus
"misiones" en el exterior, un modo muy "socialista" de atenuar nuestra
crisis endémica de bajos salarios y desempleo que no es exclusiva del
nuevo "modelo económico". Recordemos que durante los años 70, 80 y aun
bien entrado los 90, las fábricas del campo socialista europeo se
aprovechaban de nuestra mano de obra barata. No obstante, ser
seleccionado para "sufrir la explotación laboral socialista" era
considerado un estímulo y de ese modo era promovido por el gobierno y
los dirigentes sindicales.

No podemos revelar la identidad de nuestros entrevistados porque
echaríamos a perder sus planes "de escape" inmediatos. Tengamos en
cuenta que, a diferencia de las estrategias del gobierno filipino, el
nuestro no persigue el decrecimiento de una población con uno de los más
bajos niveles de natalidad en el mundo e incluso con tendencia al
envejecimiento, sino tan solo el control estricto de lo que pudiera
considerarse como el "gran negocio migratorio cubano" donde varios
conflictos sociales, políticos y económicos quedarían resueltos bajo una
simple fórmula.

La cuidadosamente diseñada estrategia del gobierno

Unas puertas abiertas pero rigurosamente controladas permitirían una
colosal carambola: deshacerse de los disidentes, re-ilusionar a los
desilusionados y, al mismo tiempo, emplear las decisivas remesas de todo
ese conjunto en las labores de apuntalamiento político.

Un análisis de las nuevas medidas que estimulan las inversiones
extranjeras más el trato diferenciado que, en todos los niveles de la
sociedad, reciben las personas que ingresan moneda fuerte al país,
descubre que para vivir mucho mejor en Cuba lo más inteligente es
marcharse para más tarde retornar con los bolsillos llenos.

Observando los precios en las tiendas y las tasas elevadas de los
servicios más elementales (incluidos la salud y la educación que si,
oficialmente, parecen "gratuitos", sabemos bien que en la práctica se
tornan bien costosos), es fácil concluir que la economía nacional ha
sido diseñada para que cada familia se vea obligada a enviar a algunos
de sus miembros al exterior con el objetivo de convertirse en el pilar
económico doméstico.

Siguiendo esta estrategia, los cubanos se preparan desde el nacimiento
para el momento de la partida definitiva o temporal. Cada día son más
los padres que obligan a sus hijos a matricular en una escuela de
idioma, preferiblemente de Inglés. Las academias estatales no dan abasto
y en los barrios proliferan los instructores particulares. La finalidad
no es resultar mucho más cultos sino estar más capacitados para una
acción migratoria que los cubanos hemos asumido tan ineludible como la
muerte.

Por otro lado, se incrementa el número de estudiantes que optan por
carreras que sean una garantía de salida del país. No en todos los casos
ha sido la vocación por la medicina quien ha hecho decidirse a algunos
jóvenes por su carrera, sino la esperanza de viajar algún día "aunque
sea a Burundi", como nos ha dicho uno de los estudiantes entrevistados y
como nos lo confirma una médico que además es profesora de una facultad:
"Te puedo asegurar que más de la mitad de mis estudiantes no tienen
vocación. Pidieron medicina porque ahora todos quieren salir de misión,
pero si ven una simple heridita hay que verles las caras. No tienen
estómago ni para quitarle las plumas a un pollo".

En La Habana, las filas para solicitar visas y cambios de ciudadanía en
los consulados se han vuelto interminables. Por otro lado, a juzgar por
las "aficiones migratorias" de la mayoría de los hijos, nietos y hasta
sobrinos de los principales dirigentes del país, pareciera que los
entrenan en esa mentalidad de escape. Casi todos estudian, trabajan,
viven o se casan en el extranjero y la isla solo les sirve como un
rincón de veraneo en el Caribe. Tal vez la iniciativa del gobierno
filipino de educar a sus ciudadanos para que emigren no sea tan original
como parece, hasta se pudiera apostar a que los profesores asiáticos
guardan bajo la mesa un Manual de Instrucciones que en su contracubierta
lleva impreso el sello "Made in Cuba".

Source: Cuba entrena a sus hijos para que emigren | Cubanet -
http://www.cubanet.org/destacados/cuba-entrena-a-sus-hijos-para-que-emigren/

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