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Thursday, January 15, 2015

Una base yanqui en las narices del comunismo

Una base yanqui en las narices del comunismo
Bravuconerías aparte, Fidel Castro nunca se atrevió con la Base Naval de
Guantánamo
miércoles, enero 14, 2015 | Roberto Jesús Quiñones Haces

GUANTÁNAMO, Cuba. -Cuentan los viejos la historia del perro Leal. A
finales de la década de los sesenta, el can, un pastor alemán
perteneciente a las tropas guardafronteras cubanas, se escapó de su
cuidador y se adentró en el área que rodea a la Base Naval de
Guantánamo. A su regreso, sus antiguos dueños le hicieron un juicio en
el que actuó un fiscal y un tribunal. Parecería una broma, pero no lo
fue. A Leal lo ahorcaron. Su cuerpo estuvo balanceándose varios días
frente a la posta americana, junto a un cartel que decía: Por traidor.

La euforia triunfalista, que desde el día 17 de diciembre del 2014 se
replica en los periódicos gubernamentales, ha tenido repercusiones en
Guantánamo, donde muchos creen que el gobierno de Estados Unidos
devolverá el pedazo de territorio cubano que desde 1902 y hasta la fecha
ha marcado indeleblemente la vida de esta región del país.

Establecida luego de finalizada la guerra hispano-cubana-norteamericana,
a partir del 23 de febrero de 1903 el gobierno norteamericano obtuvo el
derecho de arrendamiento perpetuo sobre el lugar, un área de 117,6 km2,
de los cuales sólo 49,4 son de tierra firme. El artículo 3 del Tratado
estableció que Cuba conservaba la soberanía sobre el territorio bajo
jurisdicción norteamericana, creándose así un estatus jurídico especial.

Antes de 1959 la Base influyó positivamente sobre la economía de la
ciudad de Guantánamo. Después de ese año, fue la causa de su atraso,
pues las autoridades cubanas consideraron que en caso de guerra esta
zona quedaría arrasada y por tal razón no se hicieron grandes
inversiones en ella. De región próspera antes de 1959 pasó a ser una de
las más atrasadas del país.

De vilipendiados a nuevos ricos

Desde 1959, trabajar en la Base se convirtió en una marca. Los
trabajadores debían soportar la humillación de desnudarse en el punto de
control cubano y pasar desnudos por una especie de muro elevado a la
parte americana. Desde abajo un oficial de la seguridad del estado los
obligaba a hacer cuclillas para cerciorarse de que no ocultaran nada en
el esfínter. El mismo procedimiento era realizado a la salida.

Cuando se despenalizó el dólar a inicios de los noventa, las autoridades
cubanas trataron de convencerlos de que continuaran entregándoles el
dinero ganado, petición que fue rechazada unánimemente por los
trabajadores, quienes se convirtieron en los nuevos ricos de Guantánamo
pues ganaban salarios por encima de los mil quinientos dólares en una
época en que esa moneda llegó a cotizarse hasta en 150 pesos.

Hoy ningún guantanamero trabaja en la Base.

El delirio por el control

El gobierno cubano no sólo cercó todo el perímetro alrededor de la Base,
sino que lo convirtió en un campo minado muy peligroso, donde ha perdido
la vida varios cubanos.

También se estableció un punto de control en la autopista de entrada a
la ciudad, y otros en zonas aledañas a la mal llamada frontera.
Cualquier ciudadano que no resida en la provincia puede ir a parar a la
cárcel, acusado por el delito de Salida Ilegal del País.

Si un cubano quiere visitar Caimanera, el municipio más cercano a la
Base, debe dirigirse a una oficina del Ministerio del Interior para que
lo autoricen. La bahía esta dividida por una red de alambre metálico,
para impedir las fugas a nado. Esto ha perjudicado al medio ambiente,
pues las algas, bolsas de plástico y otros objetos se adhieren a la red
impidiendo el libre flujo de peces y agua.

Surrealismo puro a la cubana

¿De qué frontera puede hablarse cuándo el propio tratado que concedió el
arrendamiento de ese espacio al gobierno norteamericano reconoce que
Cuba conserva la soberanía sobre ese territorio?

Miles de cubanos han purgado condenas de ocho y más de diez años de
cárcel, sancionados por el delito de Salida Ilegal del País al ser
descubiertos en las cercanías de la Base. La contradicción radica en que
si el gobierno cubano reconoce esa área como propia entonces no se debe
sancionar por tal delito a un nacional que vaya hacia el territorio de
su país, mucho menos cuando los que son interceptados en el mar no son
acusados por el mencionado delito. Tampoco son acusados los que logran
llegar a la Base y son devueltos por las autoridades norteamericanas.

Anécdotas imprescindibles más allá de las muertes

El día en que se escriba la historia de la Base y salgan a relucir las
muertes, seguramente tendrá su lugar lo ocurrido con la rastra que en la
década de los sesenta penetró en el enclave norteamericano con varias
decenas de personas adentro.

También tendrá que hablarse de los entierros simulados, en la periferia
de la Base, donde los dolientes, una vez sepultado el cadáver, corrían
hacia las postas del tío Sam.

No podrá faltar la historia de la boda en la cual, luego de haber
estampado la firma ante el notario, la pareja de recién casados embulló
a los amigos presentes a bañarse en la bahía. Quizá por el efecto del
alcohol o porque todo había sido planificado cuidadosamente, esa noche
más de veinte jóvenes llegaron a nado hasta la famosa "patana" de la
parte americana.

Source: Una base yanqui en las narices del comunismo | Cubanet -
http://www.cubanet.org/destacados/una-base-yanqui-en-las-narices-del-comunismo/

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