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Saturday, January 10, 2015

Por quién doblan las campanas?

JORGE DÁVILA MIGUEL: ¿Por quién doblan las campanas?
01/08/2015 1:00 PM 01/08/2015 10:07 PM

Nuestro senador Marco Rubio por el Sur de la Florida no hablaba desde
hacía 19 días y lo extrañábamos; la última vez puso muy alto su listón.
Emocionado ante la televisión, envuelto en la bandera cubana y a
propósito del cambio de política hacia Cuba, inauguró otra cruzada
contra el presidente Obama. Dijo que aunque el 99% de los
norteamericanos apoyaran las relaciones diplomáticas con La Habana, él,
como jefe del subcomité del Senado pertinente, no iba a dar el dinero
para que se pusiera la embajada, ni tampoco iba a confirmar a ningún
embajador americano. Así lo dijo, con dos riñones, y se quedó tan tranquilo.

Antes de ayer reapareció. Arremetió contra el presidente Obama con una
petición imposible de aceptar. Rubio pide (la foto es preciosa, rodeado
de políticos con rostros solemnes) que no se inicien las negociaciones
con Cuba hasta que 53 presos políticos sean liberados y tengan internet;
con lo difícil que es, senador, conseguir en Cuba el internet. Yo creía
que Obama era el peor negociador que Rubio había conocido en toda su
vida y que no había obtenido nada a cambio con La Habana; ahora parece
que hay 53 presos que serán liberados, pero el senador quiere que sea
ya. Si no, se pone bravo.

Hay que admirar la valentía personal de Marco Rubio y quedarse perplejo
ante su habilidad política. Ya antes nos ha dado muestra de las dos,
pero estas amenazas de no dar dinero para poner una embajada, de vetar
eternamente a cualquier embajador para La Habana y de pedirle al
presidente que eche abajo toda su política con peticiones incumplibles,
son deliciosas. Conjuntamente con su aspiración presidencial.

Tradicionalmente, el tema de Cuba lo han utilizado los políticos
norteamericanos para ganar votos en el sur de la Florida y ahora, con
Rubio, todo sigue igual. El senador utiliza, sin recato ni sentido de la
proporción, la normalización de relaciones con la isla como un arma
arrojadiza para beneficiar a los republicanos. Y no le importa, dice él,
la opinión de los norteamericanos que representa. Ni tampoco, digo yo,
la de los cubanos en aquel país que dice defender. Yo no sé para usted,
senador, pero para mí, es vergonzoso. Antes, cuando lo hacían los
políticos en inglés, bajando a Miami para gritar "Viva Cuba Libre"; y
ahora con lo que hace usted, en español.

Yo respeto mucho al senador por su juventud y su rápido ascenso, pero
pienso que se cree de verdad que la presidencia de los Estados Unidos la
deciden los cubanos. Es otra de las leyendas urbanas de nosotros, seres
privilegiados con el don de proclamar y cortos en el de escuchar. Quiero
decirle un secreto: eso no es verdad. Lo que sí parece ser verdad es que
los cubanos están emigrando al partido demócrata. Charlie Crist, en
contra del embargo, ganó el condado Miami-Dade(1), y los cubanos votaron
mayoritariamente por él (2). Como ve, el voto cubano no decide la elección.

La valentía del senador, sin embargo, es remarcable. Defiende sus
principios con pasión; el hecho que no le importe la opinión de otros no
es necesariamente censurable, porque si hubiera que actuar siempre según
piensan los demás muchos líderes desde la sala de la casa hasta las
estepas siberianas jamás hubieran prevalecido. Pero todos esos líderes
ponen, en su apuesta por los principios, su carne en el asador. Como
Tania Bruguera, que fue a pedir también a La Habana cosas imposibles
para que se las negaran, pero con su propia carne en juego.

Una nueva etapa se abre en la realidad cubana. En realidad las fuerzas
tradicionales exiliadas tienen casi ninguna voz en ella, al menos ahora,
porque se alinearon históricamente con uno solo de los grandes partidos
norteamericanos, no entendiendo que los políticos norteamericanos, como
Marco Rubio, se deben a los intereses de este país y a los de ningún
otro. Todo lo demás es decorado. El dicho es conocido: la política es el
arte de lo posible. También de lo imprevisto. Y uno nunca debiera
ignorar que las campanas doblan en La Habana, porque al fin y al cabo,
de una forma u otra, como dijo el poeta John Donne, también "están
doblando por ti".

1)
http://www.politico.com/2014-election/results/map/governor/florida/#.VK6yantgh2B

2)
http://blogs.miaminewtimes.com/riptide/2014/11/exit_poll_takeaways_youth_vote_surged_cubans_continue_shift_to_democratic_p.php

Source: JORGE DÁVILA MIGUEL: ¿Por quién doblan las campanas? | El Nuevo
Herald -
http://www.elnuevoherald.com/opinion-es/opin-col-blogs/opinion-sobre-cuba/article5626449.html

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