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Thursday, January 15, 2015

Por qué Raúl Castro no abrirá espacios políticos?

¿Por qué Raúl Castro no abrirá espacios políticos?
LA HABANA.- Obama está jugando en largo. Con otras perspectivas y
estrategias. Estados Unidos piensa y actúa según su visión geopolítica,
siempre protegiendo su seguridad nacional
LA HABANA.- IVÁN GARCÍA
Especial

En el juego en corto parece que el General Raúl Castro salió vencedor
tras las negociaciones secretas de año y medio con su enemigo de toda la
vida. Pero Barack Obama ha sido ladino.

Obama está jugando en largo. Con otras perspectivas y estrategias.
Estados Unidos piensa y actúa según su visión geopolítica, siempre
protegiendo su seguridad nacional.

Cuba no es un mercado tan atrayente como lo pintan algunos analistas.
Todo lo contrario. Los presuntos consumidores sin dinero en el bolsillo
y un Gobierno con las arcas vacías no prometen grandes negocios.

El crédito a un régimen sin fondo es siempre una disyuntiva temeraria.
No hay nada más cobarde que el dinero. Sobre todo si se corre el peligro
que no te lo devuelvan.

Y los peor, todavía quedan barreras: el embargo económico de Estados
Unidos y el embargo de Castro a sus ciudadanos. Absurdas normas para los
hombres de negocios, quienes además de estrafalarias tasas cambiarias y
leyes dependientes del régimen, no pueden negociar directamente con sus
empleados.

La puerta quedó abierta para las telecomunicaciones y el trabajo
privado. Pero entre los sectores que Cuba puso en venta en el tablero de
monopolio no están las comunicaciones.

Habrá que ver si Raúl Castro acepta que un campesino particular pueda
negociar directamente un crédito con un banco estadounidense y comprar
fertilizantes, semillas o un tractor.

El embargo pudiera derogarse en cuestión de meses si el general iniciara
cambios políticos y se comprometiera a respetar los derechos humanos.
Pero no hay señales que indiquen reformas políticas.

Todo lo contrario. El pasado 30 de diciembre, el Gobierno entró en
pánico por un simple performance artístico y utilizó el arma que mejor
conoce: la represión. Pudieron haber sido más y creativos y, por
ejemplo, tupir el micrófono abierto de la artista Tania Bruguera con sus
partidarios.

La autocracia no va a orquestar un giro hacia la democracia. No por
viejos, ni tontos, si no por una cuestión de supervivencia.

Demasiadas veces, los políticos estadounidenses han pecado de ingenuos.
La historia de Cuba a partir de 1959 muestra que los hermanos Castro
tienen tres enemigos jurados. Uno externo, Estados Unidos, que le sirve
de combustible para mantener la unidad interna y sus políticas de
barricadas. Otro interno, la disidencia, que en cualquiera de sus
variantes (política, periodística, intelectual o artística) siempre le
será dañina y la misión principal de los servicios especiales es
dividirla, descalificarla, destruirla. Su tercer enemigo es el trabajo
privado.

A los pequeños empresarios los ven como delincuentes. Basta revisar las
leyes cubanas, leer el segundo acápite de los lineamientos promovidos
por Raúl Castro. Está claro: no van a permitir acumulación de capital
por cubanos residentes en la isla. Los estatutos del trabajo por cuenta
propia están diseñados como cortafuegos para frenar el enriquecimiento
de los ciudadanos.

El Gobierno sabe que son empleos y oficios precarios. Ganar dinero para
comer, vestirse, beber cerveza y, si acaso, pasar un fin de semana en un
hotel. No más.

La etiqueta de "pequeño empresario" que generosamente le endilga la
Cámara de Comercio estadounidense a tipos como Pablo, que en Mantilla,
un barrio del sur de La Habana, vende pan con mayonesa y churros
rellenos de guayaba, no es equivocada según sus cánones.

En Estados Unidos sobran los ejemplos de ínfimos negocios personales que
han terminado en poderosas corporaciones. Casi jugando, para tontear con
jóvenes de su universidad, Mark Zuckerberg creó Facebook.

Una mañana cualquiera, Bill Gates abrió una oficina de computación en el
garaje de su casa. LeBron James, un chico que creció sin su padre y una
madre rozando la pobreza, es ahora un formidable jugador de baloncesto
que gana millones de dólares al año.

Es la mentalidad de los hombres de negocios y de los políticos en
Estados Unidos. Personas nacidas en una sociedad que potencia la
creatividad, el emprendimiento y la individualidad.

Pero la isla de los Castro es una sociedad diseñada para apagar al
individuo talentoso, la competencia y las pequeñas empresas.

Son las leyes del comunismo. China y Vietnam fueron más originales. Pero
no están en la órbita occidental y sus fronteras marinas no besan las
costas de la nación más poderosa y pujante del mundo.

Lo que decía Deng Xiaoping, hacer dinero no es pecado, no forma parte de
la estrategia de Raúl Castro. El régimen cubano solo permite que sean
prósperas aquellas empresas administradas por sus hombres de confianza,
militares en su mayoría.

La clave del sistema verde olivo es el poder. ¿Entonces Obama se
equivocó al cambiar las reglas de juego? No. Fue una buena movida,
acorde a sus intereses nacionales y su concepto de cómo debe funcionar
una sociedad.

Pero del lado de acá del Estrecho de la Florida, la mentalidad y las
maniobras son muy distintas. Se pudiera pensar que sin un enemigo al
cual culpar del desastre económico, Raúl Castro abriría las puertas.

Hasta el 17 de diciembre de 2014, como mejor peleaba el régimen era a la
contra. Ahora con el balón en su cancha, no están cómodos.

Aceptarán nuevas aperturas y reglas de juego económicas mientras éstas
no pongan en peligro su poder.

En el campo político continuarán cerrados a cal y canto. Y a corto plazo
mantendrán el control tributario, mediante un barraje de normas
excesivas y gravámenes elevados a los cuentapropistas locales.

Por una razón simple: ésa es su esencia.

Source: ¿Por qué Raúl Castro no abrirá espacios políticos? :: Diario las
Americas :: Cuba -
http://www.diariolasamericas.com/4847_cuba/2880924_raul-castro-barack-obama-espacios-politicos-cuba-estados-unidos.html

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