No se trata solo de 'Charlie'
VÍCTOR ARIEL GONZÁLEZ, La Habana | Enero 13, 2015
Portada del primer 'Charlie Hebdo' posterior a los atentados que se
publicará el 14 de enero con una tirada de tres millones. Mahoma
sostiene el cartel de apoyo a las víctimas bajo el título: "Todo perdonado"
Recientemente Europa se movilizó en defensa de uno de sus mayores
tesoros. Más que la belleza de sus capitales, la riqueza de su historia
o la diversidad cultural, el Viejo Continente posee otros rasgos cuyo
valor es infinitamente superior al de las trabajadas piedras de sus
catedrales. Uno de ellos lo constituye la libertad de expresión, sobre
la que se fundamentan los Estados de derecho.
El mismo día en que una ciudad como París veía desfilar a más de un
millón de personas, al otro lado del mundo, en Cuba, se vivía un domingo
tan aburrido como otro cualquiera. En la jornada anterior había salido
publicada en Granma una nota oficial que condenaba el ataque terrorista
del miércoles al semanario Charlie Hebdo.
Las autoridades cubanas tardaron en pronunciarse sobre los trágicos
sucesos de la semana pasada en Francia, en los que murieron 17 personas.
El ataque de dos hombres armados contra unos dibujantes desencadenó a la
postre una reacción casi unánime –y contundente– en la comunidad europea.
Solo después del pronunciamiento de alto nivel en Cuba, la prensa
propiedad del Gobierno de La Habana fue autorizada a encarnar un poco
más el sentimiento general acerca de los efectos del fundamentalismo
religioso sobre la libertad de expresión. Si bien los primeros
comentarios en la televisión cubana sobre el caso se habían enfocado en
elaborar una retorcida teoría de la culpabilidad de EE UU en los
atentados al semanario parisino –más que condenar los hechos en sí–, ya
para el domingo se publicaban unas caricaturas bajo la etiqueta "Je suis
Charlie", al menos en una remota columna de la edición dominical de
Juventud Rebelde.
Sin embargo, fue insuficiente. La tibia y tardía reacción de la prensa
autorizada podría significar una insensibilidad solo superada por el
miedo. Un miedo reflejado en la imposibilidad de publicar lo que Charlie
Hebdo; porque quienes osan no ya burlarse con dibujos, sino criticar con
argumentos más serios al régimen cubano corren el peligro de ser
juzgados por un delito y viven bajo el acoso del Estado.
El motivo parece explicarse en que todos los fundamentalismos, así sean
religiosos o políticos, carecen de sentido del humor. En Francia, un par
de individuos ideológicamente enajenados fueron capaces de cometer un
acto atroz. En Cuba, todo un sistema policial lleva años campeando por
su respeto. Terrorismo y terrorismo institucional son, en buena medida,
lo mismo.
La libertad de expresión europea experimentó una tremenda sacudida. Pero
la prensa cubana, que no posee ningún Charlie, por su parte viene
sufriendo ataques desde hace décadas. Ahí está la Primavera Negra de
2003, por sólo mencionar uno de los más escandalosos y recientes ejemplos.
Los sucesos de París reflejan un intento del terror por imponerse a la
libertad. Pero aquí sucede exactamente lo contrario: la libertad está
tratando de imponerse al terror. Y ni siquiera tenemos un semanario
satírico, que practique el sano y legítimo ejercicio de la burla
descarnada más allá de los chistes fáciles que ya aburren de tanto
repetirse. Ojalá lo tuviéramos.
Por supuesto que esa carencia no implica que hoy no me sume a la
preocupación que despiertan los radicales, tanto islámicos como
nacionalistas u otros tantos. Claro que los hechos conmueven, pero
Charlie no es el único. Todos los días la libertad sufre ataques, y Cuba
es un terreno aún demasiado hostil para ella.
Source: No se trata solo de 'Charlie' -
http://www.14ymedio.com/opinion/trata-solo-Charlie_0_1706229361.html
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