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Sunday, January 04, 2015

Miles de cubanos deportables temen ser enviados a la isla

Miles de cubanos deportables temen ser enviados a la isla
NORA GAMEZ TORRES Y ALFONSO CHARDY NGAMEZTORRES@ELNUEVOHERALD.COM Y
ACHARDY@MIAMIHERALD.COM
01/03/2015 10:29 PM 01/03/2015 10:53 PM

Cuando el presidente Barack Obama anunció su decisión de restablecer
relaciones diplomáticas con Cuba, el temor se propagó entre miles de
exiliados cubanos que se enfrentan a la deportación a la isla.

Muchos de estos cubanos que nunca llegaron a ser ciudadanos
estadounidenses creen ahora que su expulsión a Cuba, una posibilidad
remota antes, puede ser inminente.

"Si Estados Unidos y Cuba establecen relaciones bilaterales, esto es
bien posible", opina el abogado de inmigración Mario Urizar, del bufete
del abogado Eduardo Soto, en Coral Gables.

Según las autoridades de inmigración, hay 34,525 cubanos con órdenes
finales de deportación y otros 2,264 casos pendientes en los tribunales.
Bajo la ley de inmigración de EEUU, un extranjero puede ser deportado si
tiene una orden final de deportación, lo que significa que el proceso
judicial agotó distintas opciones legales y apelaciones. Los extranjeros
con casos pendientes en los tribunales, en general, no pueden ser
deportados.

Aunque los funcionarios estadounidenses aseguran que las restricciones a
las deportaciones de cubanos no han sufrido cambios, esas garantías
sirven de poco consuelo a quienes enfrentan esa posibilidad.

"Me preocupé desde el mismo día que ordenaron mi deportación", dice
Luis, un exiliado cubano de 73 años de edad, quien en la década de 1960
participó en operaciones encubiertas de EEUU contra el régimen de Fidel
Castro. "Pero ahora, cuando el presidente en la Casa Blanca quiere
relaciones con Cuba, mis preocupaciones son mucho más profundas".

La mayoría de los cubanos en estas circunstancias, enfrentan la
deportación por haber cometido crímenes violentos, fraudes o haberse
involucrado en el narcotráfico, explica Urizar. Luis pasó dos años en
prisión por un delito relacionado con el tráfico de drogas en la década
de 1980.

La abogada de Luis en Miami, Grisel Ybarra, dice que ella y otros
abogados de inmigración están recibiendo un número creciente de llamadas
de cubanos que temen la deportación debido a sus antecedentes penales.
En la medida en que Washington se mueve hacia la normalización de las
relaciones con La Habana, Ybarra aconseja a estos cubanos que contacten
a abogados especializados lo más pronto posible para explorar las
opciones legales.

Entre estas se encontrarían solicitar la reapertura del caso o la
posposición de la expulsión, pero esto último implicaría probar que se
corre un grave peligro al ser devuelto al país de origen. "Y eso es muy
difícil", señala Urizar.

En el caso de Luis, por ejemplo, Ybarra está tratando de reabrir su
caso, con miras a la obtención de la ciudadanía estadounidense para su
cliente. Bajo la ley de inmigración, los miembros de las fuerzas armadas
de EEUU nacidos en el extranjero pueden convertirse en ciudadanos, si
sirven durante un período oficialmente reconocido de hostilidad.

La dificultad en el caso de Luis, dijo Ybarra, es que su cliente no ha
recibido ningún documento de autoridades militares de EEUU porque su
trabajo era encubierto.

"Ese va a ser el desafío", dijo Ybarra.

Otro caso que la abogada está manejando es el de un próspero empresario
cubano que sólo puede ser identificado como Rey, de 71 años.

Tras ser declarado culpable de cargos relacionados con drogas, Rey
recibió una orden final de deportación en 1987. Pasó cinco años en
prisión y otros cinco en libertad condicional.

Desde entonces, se ha rehabilitado y se convirtió en un empresario
exitoso en el sur de la Florida.

Ybarra dijo que su estrategia es buscar la reapertura del caso de Rey y
convencer a un juez de inmigración de que su cliente cumple determinadas
condiciones que le harían elegible para permanecer en EEUU, entre ellos
haber fundado una empresa y tener esposa e hijos que son ciudadanos
estadounidenses.

Pero no todos los cubanos en esta situación han cometido graves crímenes.

Miguel Romero tiene 85 años y tuvo una orden final de deportación que
actualmente se está revisando. Su abogado, Urizar, insiste en que el
caso "es excepcional".

Romero vivió indocumentado en Nueva York entre 1952 y 1957, cuando
recibió una "orden de salida voluntaria" que aceptó en aquella ocasión.
Pero los sucesos de 1959 lo sorprendieron y en 1960, aprovechó su
trabajo como marino mercante para huir del país en un barco hacia
México. Unos meses después y por segunda ocasión cruzó la frontera. Como
resultado, recibió una orden final de deportación.

En 1961, no estaba en pie todavía la Ley de Ajuste Cubano, aprobada por
el Congreso en 1966. Según su abogado, Romero y un gran número cubanos
en esa situación, "no se defendieron adecuadamente de estos
procedimientos legales porque confiaban en la política de Cuba de no
aceptarlos".

Romero trabajó en una compañía de publicidad en Nueva Jersey y luego
como pintor "de brocha gorda" en Miami. El es un "buen candidato" para
una posible suspensión de deportación, dice Urizar, aunque el bufete de
Soto ha intentado en dos ocasiones reabrir su caso sin éxito.

El abogado cree que esta vez, su "buena conducta moral" y el hecho de
que ha permanecido en el país por tanto tiempo, hará que el juez en
Miami que debe decidir su caso le otorgue la residencia permanente,
apelando a una cláusula en la Ley de Inmigración que condona las
violaciones en materia migratoria a aquellos extranjeros que hayan
vivido de manera continua en el país desde el 1 de enero de 1972 y no
hayan cometido otros delitos.

Actualmente se encuentra bajo un programa de supervisión de la Policía
de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) y no puede
salir del estado sin autorización. Ese programa, explica el abogado,
otorga permisos de trabajo y licencias de conducción a los cubanos con
deportación pendiente para que no constituyan "una carga".

Pero si las "pláticas con Cuba avanzan, sería más fácil deportar a las
personas en este programa porque la agencia federal tendría todos los
datos para ir a buscarlos", comenta el abogado, quien no cree que las
autoridades pudieran deportar a miles de cubanos de una vez, "pues eso
cuesta, tienen que pagar sus boletos de avión, por ejemplo".

Otro caso que ganó el bufete de Soto fue el de un joven cubano que se
peleó con el dueño de su apartamento. Molesto, dañó una pared del local.

"Como había un conflicto personal, el dueño llamó a la policía. Mi
cliente fue condenado por dañar intencionalmente la propiedad privada y
cuando fue a obtener su ciudadanía, el gobierno lo mandó a la corte, con
intención de deportarlo", explica Urizar.

Luego de varios juicios y apelaciones, y de gastar $18,000, finalmente
el demandado ganó el caso.

Por ahora, las políticas de deportación de EEUU hacia Cuba se mantienen
"sin cambios", a pesar del anuncio de Obama, dijo Bárbara González,
asesora principal para América Latina de ICE.

Según un memorando circulado por esa agencia en noviembre, los
sospechosos de haber cometido actos de terrorismo o espionaje encabezan
las prioridades en las deportaciones. Aquellos extranjeros con órdenes
finales de deportación y que no han cometido delitos, como Romero,
constituyen "la prioridad más baja para detención y expulsión".

Aunque esto le da algo de consuelo a "Don Romero", como lo llama con
afecto su abogado, él no ha podido dormir tranquilo en todos estos años.
"Si me devuelven a Cuba, me mato primero", dice emocionado. "Ya no tengo
familia allá", agregó.

González agregó que por ahora, los únicos cubanos que se han devuelto
regulamente a la isla son los que se encuentran en una lista de 2,746
personas, gracias a un acuerdo entre Washington y La Habana firmado en
1984. De esa lista—en la que la mayoría son personas que llegaron
durante el éxodo del Mariel—, 1,999 ya han sido deportados a la isla,
dijo González.

El anuncio de Obama ha generado interrogantes sobre cómo el cambio de
política afectará a los inmigrantes cubanos en general, no sólo a los
que tienen órdenes de deportación.

Durante un acto de la campaña "Una bala mata la fiesta" para prevenir
accidentes en Miami-Dade durante las celebraciones de fin de año, el
abogado Carlos Martínez advirtió a todos los extranjeros, pero
especialmente a los cubanos, que no lanzaran disparos al aire con armas
de fuego. "Si son arrestados, pueden terminar en un proceso de
deportación", advirtió.

"Hay cubanos que durante mucho tiempo han creído que no habría
deportaciones a Cuba", Martínez dijo a los periodistas presentes. "Pero
[es diferente] teniendo en cuenta lo que está sucediendo en este
momento", destacó.

Puede seguir a Nora Gámez Torres en Twitter por @ngameztorres

Source: Miles de cubanos deportables temen ser enviados a la isla | El
Nuevo Herald -
http://www.elnuevoherald.com/noticias/mundo/america-latina/cuba-es/article5398467.html

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