Las ruedas de Armandito
REINALDO ESCOBAR, La Habana | Enero 05, 2015
A partir de la autorización de la figura del vendedor ambulante entre
las nuevas formas del trabajo por cuenta propia, apareció un inesperado
problema: las ruedas. No voy a desgastarme aquí en demostrar la íntima
relación que existe entre el movimiento de traslación y esa pieza
mecánica circular que gira alrededor de un eje. Resulta tan obvio que
sorprende la falta de previsión por parte de los burócratas que no se
dieron cuenta de algo tan elemental. Si no hay un buen abastecimiento de
ruedas adecuadas para mover ciertos volúmenes de mercancías, los que
usan un carretón, chivichana o carretilla, las tomarán donde aparezcan.
Los contenedores de basura han sido las víctimas más frecuentes de esta
depredación. La sustracción no siempre se hace de forma amable, o sea
zafando los tornillos que unen el mecanismo rodante a la base del
basurero, pues en muchas ocasiones lo más práctico es arrancarlas a
golpes o llevarse el contenedor completo y de paso vender el resto de la
estructura de plástico para materia prima a los fabricantes de palitos
de tendedera.
A unos metros de Prado y Neptuno, la mítica esquina de la canción "la
engañadora", la policía ha detenido a Armandito, un vendedor de
vegetales. Empujaba sus coles, tomates y cebollas depositados sobre una
estructura metálica que seguramente califica también como de dudosa
procedencia. Los agentes del orden han examinado las ruedas y han
determinado que son ilegales. Alrededor de la escena varios transeúntes
interceden pidiendo clemencia. "Ese muchacho está trabajando...¿Por qué
no lo dejan tranquilo?", le dice al oficial un señor que ya peina canas.
"Están acabando con los contenedores de basura" –replica el policía– y
al carretillero no lo queda más remedio que dejarse conducir a prestar
declaraciones en algunas estación de policía, donde quizás hasta termine
por horas o días en un calabozo. En el interrogatorio querrán saber cómo
adquirió las ruedas de su transporte, quién se las suministró y a qué
precio. Una multa, un decomiso y si es reincidente la historia puede no
terminar tampoco ahí.
No lejos del lugar donde atraparon al carretillero, alguien ha acomodado
sobre un quicio la esquina mutilada de un container de basura. Aún así,
agujereado y roto seguirá prestando su servicio hasta límites
insospechados y puede ser víctima de otros ladrones, que le arrancarán
las ruedas que le quedan. ¿Confesará Armandito de dónde sacó las suyas?
Source: Las ruedas de Armandito -
http://www.14ymedio.com/opinion/ruedas-Armandito_0_1701429841.html
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