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Thursday, January 15, 2015

La incógnita de la diáspora

La incógnita de la diáspora
Los dos millones de cubanos que viven fuera de la Isla no han encontrado
la forma efectiva de participar en la política nacional
ELIÉCER ÁVILA, La Habana | Enero 13, 2015

A menudo se cuestiona a la sociedad civil interna de Cuba, así como a
los grupos opositores, debido a su aparente incapacidad para sumar a las
masas y presionar al Gobierno en favor de los cambios necesarios.

Aunque estos cuestionamientos no dejan de tener parte de razón, me surge
una duda que quisiera compartir. Me refiero al hecho de que los dos
millones de cubanos (entre emigrados y descendientes) que viven fuera
del país no han encontrado la forma efectiva de participar en la
política de la nación.

En teoría, este grupo de cubanos cuenta con todo lo que le falta a la
oposición interna para tener mayor influencia: acceso pleno a las
comunicaciones y a la información, libertad de movimiento, derechos de
asociación y reunión, y, sobre todo, cuenta con un poder económico que
podría competir con el del propio Gobierno.

Por otro lado, las remesas que la emigración cubana envía al país cada
año constituyen uno de los tres primeros renglones del producto interior
bruto. Si se cumpliera aquella máxima de que "el que paga, manda", pues
le correspondería a los residentes en el exterior tener una amplia
representación parlamentaria por ser los trabajadores más eficientes y
productivos del sistema, además de ser el sindicato más grande. De esta
forma, podríamos decir al menos: "El que aporta, participa". Pero no es así.

Las medidas que suele tomar el Gobierno tienden a afectar directamente
los intereses de los emigrados
Muy por el contrario, las medidas que suele tomar el Gobierno tienden a
afectar directamente los intereses de los emigrados, que a veces no
pasan de ayudar a la familia. Las nuevas disposiciones aduaneras, los
costos de los trámites para entrar al país y el trato que muchas veces
roza la falta de respeto son algunos ejemplos en este sentido.

Para colmo, la nueva Ley de Inversión Extranjera también los excluye,
privandolos de la oportunidad de contribuir con sus inversiones y su
talento al desarrollo del país. Y es una lástima tremenda. Me consta que
fuera del país se encuentra un capital humano de incalculable valor
profesional, con experiencia en todo tipo de negocios y, sobre todo, con
inmensos deseos de ver a su tierra natal enrumbada hacia el progreso.

¿Cómo se organiza nuestra emigración para defender sus derechos
naturales en este nuevo escenario? ¿Apoyará en mayor medida a la
sociedad civil y a una oposición responsable, que tiene una visión más
incluyente de la nación? Para mí, sigue siendo una incógnita.

Source: La incógnita de la diáspora -
http://www.14ymedio.com/opinion/incognita-diaspora_0_1706229368.html

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