Pages

Wednesday, January 07, 2015

Frente al deshielo con EEUU

Frente al deshielo con EEUU
OSCAR PEÑA | Miami | 7 Ene 2015 - 10:23 am.

Hay que lograr un Pacto Nacional entre todos con una hoja de ruta. Eso
es realismo, altura política y buena voluntad.

En pueblo cubano, que ha escuchado por más de 55 años el cuento oficial
del "lobo que viene a comernos", ha recibido con agrado el giro
norteamericano en la política hacia el castrismo, pues sabe que seguir
esperando a que los jefes cambien es una posición que a la postre
favorece al gobierno totalitario.

Aunque La Habana lo oculte con discursos almidonados, la decisión del
presidente Barack Obama no le agrada. La Habana quería solo el
intercambio de presos y obtener créditos económicos. A sus dirigentes
les gusta el aislamiento y los motivos para posiciones duras e
inamovibles; si estos momentos son históricos, son precisamente porque
se rompen todas las coartadas para negar derechos a la sociedad.

Estados Unidos ha desarmado moralmente al gobierno de Cuba al dejarle
completamente vacío su almacén de mentiras y borrar la palabra enemigo
del diccionario. No estimo que la negación a la acelerada actividad de
Tania Bruguera, apenas colgaban el teléfono Obama y Castro, deba sembrar
el pesimismo en los cubanos. Un sistema tan cerrado y de tanto control
social no se moderniza en un día. No se trata de una carrera de 100
metros, sino de una de resistencia, paciencia e inteligencia. Hay que
lograr un Pacto Nacional entre todos con una hoja de ruta donde ninguna
parte se sienta dañada o perdedora. Eso es realismo, altura política y
buena voluntad.

Los activistas cubanos pro derechos humanos que siempre han luchado
contra la falta de libertades y que han propuesto soluciones internas,
han planteado el deseo de que ese clima de diálogo entre los gobiernos
de Cuba y Estados Unidos se extienda y ponga en acción uno entre el
Gobierno y el pueblo de Cuba, porque —dígase la mayor verdad— nuestro
conflicto básico ha sido entre cubanos.

El freno de Cuba ha sido la dirección del país y no un gobierno
extranjero. ¿En que ha imposibilitado Estados Unidos que La Habana
suscriba los Pactos de Derechos Humanos de las Naciones Unidas y cumpla
con ellos?

Existe una parte del actual movimiento contestatario interno que no
acaba de entender que para tener química con el pueblo y no
autoexcluirse —sin dejar de ser fieles a sus programas democráticos— no
pueden andar con una guía de proyecciones extremistas bajo el brazo; es
solo el trabajo inteligente, atractivo, práctico e incluyente, el que
puede ser efectivo.

¿Por qué fue atacado ferozmente el grupo inicial de esta lucha cívica,
el Comité Cubano Pro Derechos Humanos? ¿Por qué Oswaldo Paya no está
vivo? Porque eran adversarios centristas, tolerantes, pausados y
presentables ante el pueblo, con proyecciones nacionalistas que
proponían arreglar Cuba entre todos los cubanos.

El Gobierno supo que el perfil de estos grupos los identificaba con gran
parte de la población nacional. Miraban más hacia el terreno interno que
hacia el extranjero y emplazaban al cambio. No eran adversarios cómodos,
opositores exaltados con planteamiento radicales que se autoanulan por
la mala imagen que proyectan nacional e internacionalmente.

Por su parte, es cierto que ante estos cambios la opinión del destierro
está dividida. Es comprensible. La mayoría de los primeros exiliados
vivieron en Cuba y fuera de ella la etapa más negra que ha tenido este
largo y angustioso proceso cubano de fusilamientos, robo de propiedades,
cárceles llenas de largas e injustas condenas y de división familiar sin
contactos porque La Habana no permitió visitas en los primeros 20 años.

Otra parte de los exiliados y las nuevas oleadas que han ido llegando en
las últimas décadas apoyan la apertura entre los dos países para ayudar
a sus familiares a poner negocios y luchar por construir un sueño cubano
en la patria. Es una forma moderna, lenta y válida de encarar el
feudalismo nacional haciéndose económicamente independientes, y que sus
familiares y pueblo en general, al tener esperanzas nacionales, no
prosigan ahogándose en el Estrecho de la Florida. Consideran que si en
más de medio siglo los Estados Unidos han mantenido una proyección que
no ha dado resultados para el pueblo cubano, esta nueva política ayudará
a la inevitable evolución —aún invisible hoy— de una apertura de la
sociedad en todos los campos.

Es justo decir que en ambas zonas del exilio predomina el propósito de
alcanzar una Cuba libre. Se entiende la incomprensión y discrepancia de
los exiliados que disienten de los transcendentales cambios, se respetan
sus cruces, sus acumulados sufrimientos y que no quieran enfrentar los
nuevos desafíos. Pero ellos también deben entender que es necesario que
otros —sin olvidar el pasado, pero no quedándose atrapados en el— estén
por encima de las heridas y dolores y vayan dosificadamente
desmantelando los enfermizos silencios, caretas y trancas nacionales.

La normalización de relaciones entre La Habana y Washington no es la
solución de todos los problemas, ni pone fin al diferendo
pueblo/Gobierno. El deshielo nacional está pendiente.

Source: Frente al deshielo con EEUU | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cuba/1420553868_12166.html

No comments: