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Monday, January 05, 2015

El susurro de los cubanos

ZONA FRANCA

El susurro de los cubanos
GINA MONTANER Actualizado: 04/01/2015 23:24 horas

En Cuba el 31 de diciembre se celebró en dos dimensiones distintas que
nunca convergieron. La misma noche en que un corresponsal de CNN
despedía el año desde Tropicana junto a la nomenclatura y extranjeros,
una serie de disidentes pasaba la Nochevieja en dependencias de la
Seguridad del Estado por intentar participar en una 'performance' muy
diferente al del mítico cabaret. Hechos, por cierto, de los que no se
enteraron los cubanos y que ningún gobierno en Latinoamérica ha condenado.

En el acto callejero se pretendía abrir un micrófono para que los
ciudadanos de a pie se expresaran libremente. En la sala de fiestas el
reportero, al parecer ajeno a la ola de arrestos, resaltaba la nueva era
del deshielo entre Estados Unidos y Cuba ratificado por Obama y Raúl
Castro. Exhibiendo un puro cubano, el periodista aseguraba que dentro de
muy poco Tropicana estaría lleno de turistas americanos; escuchándolo,
nadie habría podido sospechar que horas antes la policía política había
detenido a unos 80 opositores y la reconocida artista plástica Tania
Bruguera, artífice de la 'performance' que nunca llegó a celebrarse en
la Plaza de la Revolución, se encontraba en paradero desconocido.

De lo que se trataba es que Bruguera y otros activistas como la bloguera
Yoani Sánchez, el periodista independiente Reinaldo Escobar o el líder
de Estado de Sats, Antonio Rodiles, nunca tomaran una plaza que hace 56
años los Castro hicieron suya para todos los actos que desde entonces
maneja la dinastía familiar.

Más allá de los acuerdos firmados por el presidente estadounidense y el
gobernante cubano, a lo que no está dispuesto a renunciar el castrismo
es a la consigna que sustenta su régimen despótico: "La calle es
nuestra". Y así ha sido durante casi seis décadas, desde que Fidel
arengó desde la Plaza de la Revolución con aquella paloma extrañamente
obediente, ominoso símbolo que casi nadie supo interpretar con claridad.
A los cubanos les esperaban largos años de sumisión y aquel enérgico
barbudo en realidad era un señor feudal.

En 2009 Tania Bruguera, que vive a medias entre Nueva York y la Habana,
organizó una 'performance' llamada "El susurro de Tatlin" en un centro
cultural del estado, en el que la propia Yoani y otros opositores
subieron a un estrado con paloma incluida que parodiaba al momento
estelar de Fidel. En aquel 'happening', vigilado por el gobierno en un
recinto cerrado, los asistentes expresaron sus deseos de mayor libertad.
Cuatro años después la prestigiosa artista, animada por el fin de la
Guerra Fría, creyó que había llegado el momento de sacar a la calle su
propuesta. Tras unos siete editoriales del 'New York Times' escritos con
casi tanto entusiasmo incondicional como el exhibido por el corresponsal
de CNN, las esperanzas de Bruguera no parecían infundadas. Sin embargo,
después de ser detenida tres veces en 72 horas, las autoridades le
requisaron el pasaporte y ahora le espera un juicio por "desacato".

La enviada del Departamento de Estado, Roberta Jacobson, viajará
próximamente a la isla para continuar unas conversaciones en las que la
violación de los derechos humanos no será una condición para avanzar en
el restablecimiento de relaciones. Los más escépticos nunca esperamos
mayor cosa por parte de un régimen que aspira a copiar el modelo chino
de un capitalismo controlado por un estado totalitario. Que bailen otros
en el mausoleo de Tropicana mientras en la Plaza de la Revolución las
palomas se mueren de asco.

Source: El susurro de los cubanos | internacional | EL MUNDO -
http://www.elmundo.es/internacional/2015/01/04/54a93e03e2704ee4218b4572.html

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