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Tuesday, January 13, 2015

El socialismo - fórmula para el fracaso

El socialismo: fórmula para el fracaso
Los miltares cubanos tratarán de dar borrón y cuenta nueva y comenzarán
a ejecutarlo todo de la misma manera que lo hacen hoy
lunes, enero 12, 2015 | Víctor Ariel González

LA HABANA, Cuba. — Las comisiones parlamentarias de fines de 2014
poseyeron un denominador común: la constatación de que la añorada
eficiencia no se alcanza con hacerle llamados. El régimen tuvo ante sí
las estadísticas de su propio fracaso al dar a conocer, entre otros
datos, que el producto interno bruto creció un 1.3% y no el 2.2% que
estaba previsto.

Sin embargo, para el 2015 que recién comienza no se ha anunciado un
cambio dramático que permita revertir las tendencias económicas
negativa. Incluso se ha previsto un crecimiento del PIB del 4%, algo que
cuesta trabajo no ya creerse, sino al menos imaginárselo. Se oyeron los
mismos discursos triunfalistas y el discurso vacío, lleno de promesas a
falta de cifras concretas.

Un vistazo crítico y no muy profundo a la economía cubana revela que
esta marcha a dos velocidades. Por un lado la "planificación", con sus
consignas y estructuras renovadas a medias –aunque ni tanto–, intenta
darle continuidad a un modelo fallido que ha generado la peor crisis en
la historia de la nación. Dicha economía, más que calculada, es impuesta
por quienes se declaran socialistas desde lo alto de sus tronos y no
sufren la escasez.

Por la otra parte están quienes resuelven el día a día gracias al
ingenio y al emprendimiento individual; los que hacen la economía
"doméstica". Paradójicamente ellos son mayoría, pero no tienen la
capacidad de ejercer políticamente su tremendo poder. Y eso, gracias a
que los "supremos planificadores" del orden imperante se aseguraron hace
mucho tiempo de romper los mecanismos que permitirían la
retroalimentación constante entre economía y política donde la primera
tiene la voz cantante, algo que reconocían inclusive los fundadores del
comunismo teórico en el siglo XIX.

A medida que crece la diferencia entre la gestión privada y la voluntad
estatal, es más evidente que algo va muy mal. Los resultados son
visibles en los análisis de las comisiones parlamentarias. El problema,
claro está, es la interpretación de esos números negativos.

Sin embargo las sesiones de la Asamblea Nacional, lejos de analizar con
objetividad la economía y dar un impulso a los cambios necesarios,
concluyeron con un acto de reafirmación ideológica. Sucede siempre. No
se anunciaron medidas críticas para mejorar el desempeño económico del
país, y el mayor delirio lo constituye el crecimiento proyectado del
PIB. ¿Cómo será posible lograr un resultado favorable, aplicando la
misma fórmula centralista clásica, que falla año tras año?

La receta económica cubana es bien complicada. Está la dicotomía
discurso-realidad, reflejada en el freno que suponen las leyes
imperantes para la necesidad de crecimiento individual y el legítimo
deseo de enriquecimiento. También está la marcada diferencia entre una
gestión privada que opera "al menudeo" y la gestión privada de grandes
empresas propiedad del gobierno-estado que manejan, aunque de forma
pésima, millones en recursos.

Por eso no es sensato esperar mejores resultados para el próximo año,
cuando otra vez se reúnan las comisiones parlamentarias e intenten
encontrar al culpable de que los planes no se hayan cumplido. Después de
halar algunas orejas, los dirigentes tratarán de dar borrón y cuenta
nueva y comenzarán a ejecutarlo todo de la misma manera que lo hacen
hoy. Es el ciclo interminable de su fórmula destinada al fracaso.

Source: El socialismo: fórmula para el fracaso | Cubanet -
http://www.cubanet.org/opiniones/el-socialismo-formula-para-el-fracaso/

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