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Thursday, January 15, 2015

El ideal, el general y el regalo de Obama

El ideal, el general y el regalo de Obama
enero 14, 2015 2:40 pm·

Cuba actualidad, Cataluña, España, (PD) Bajo una luz amarillenta, el
general se dirigió a los súbditos de su finca. Discurso enfático para
significar autoridad y razón, tono de actor de novela radial con tono
sacerdotal.

El general hace su introducción rodeado de gastadas fotos familiares.
Las paredes forradas en madera lo envuelven en un ambiente de sobriedad
espartana, hermetismo de bunker y control.

La fecha ha sido cuidadosamente escogida. El 17 de diciembre es un día
de profunda devoción, humildad y piedad popular; hay recogimiento y
esperanza en el alma del cubano, flota una debilidad en el aire,
respeto, petición y agradecimiento de favores.

En este escenario, el guión compartido sale a las ondas. El Santa Clauss
Barack Hussein Obama se ha colado por la chimenea del Comité Central y
ha abarrotado sus oficinas de regalos. Promete finalizar un supuesto
embargo y hasta se intercambian varios pecadores por un justo.

El general hace su recuento particular y da una nueva orden: ¡Aplaudid,
abrazaos!

Cambiamos de biberón, ya desfalcamos las propiedades de padres y abuelos
en los años 60: hoteles, empresas, fábricas, fincas, negocios, casas,
bienes; nos adueñamos de calles, nombres, fechas, costumbres, sueños;
absorbimos de Rusia todo cuanto pudimos, gastamos el fondo perdido
recibido de China y nos conectamos al suero del petróleo venezolano
mientras ha durado su tiempo de bonanza. Así, pues es tiempo de decir al
imperio brutal y revuelto como el cantante John Newman –con despliegue
de violines, batería y coro- ¡Love me again!

Cuando usted escuche en boca de un tirano la palabra "ideal", ¡mándese a
correr! Porque usted no se empatará con nada concreto en los 20 ó 30
años que le queden de vida.

La palabra "ideal" es el santo grial de los dictadores, hay que
encontrarla eternamente y para ello nos envían en su búsqueda y nos
dejan perdidos en el bosque. Por eso, como es de esperar, el general ha
dicho que ellos tienen un ideal que ha costado medio siglo para darle
forma. Es un ideal tan alto que llega a los bancos suizos, a las
propiedades que la cúpula, sus familiares y esbirros se han asegurado de
sostener y engrosar –por ejemplo, en Europa-, aunque aseguran no
soportar el capitalismo y advierten raudos y veloces que cuidadito con
meterse Estados Unidos en los asuntos internos de la isla, que ellos no
se meten en los suyos. Debe ser que no hay espías ni grupos infiltrados
que pretenden influir en las universidades norteamericanas, que no hay
apoyo militar en Centroamérica y otras regiones con estrategias para
destruir a Estados Unidos, que no existe Ana Belén Montes, que es casual
el corretaje a Washington y los falsos disidentes, además de los voceros
apostados en negocios y medios de comunicación en todas las esquinas de
Florida, comiendo pastelitos, con la oreja alerta y la agenda llena.

De alguna forma Cuba va a cambiar por fuerza de incompetencia, porque
Cuba arde, y luego del desplome del precio del petróleo venezolano –el
oro negro chavista que salvó al régimen del colapso en la pasada
década-, el país no solo arde sino que se achicharra. Pero como ha
pasado tantas veces –con la complicidad de esa empresa que se define
cristiana conocida como Vaticano-, aparece un bombero pirómano que
promete el fin de los males y un cheque en blanco. Es pirómano porque
Barack Hussein se equivoca de objetivo siniestrado: no es a la cúpula a
la que hay que salvar, no son las exigencias del régimen el preciso foco
de atención para ir en auxilio.
De ser aprobadas por la mayoría republicana del Congreso de Estados
Unidos las promesas, continuará el ciclo para perpetuar por 10 ó 20 años
más la mordaza castrista.

Visto lo visto, y a ese ritmo de dinastía, hay fuego para rato. Sus
hijos someterán a nuestros hijos y sus nietos a nuestros nietos. No
importa que se hayan pisoteado los derechos, no importa saber que no hay
esperanza de democracia para el pueblo esclavo.

Cuba tiene que ponerse de pie, no con muletas y migajas de turismo de
cruceros y campos de golf para extranjeros o los nuevos ricos corruptos
que lógicamente aparecen en estos capítulos. Eso suele ser un
complemento. Una embajada, cuatro barcos y un puerto moderno no
garantizan que mejoren las condiciones reales de la sociedad cubana.

El empleado de correos, el maestro, la enfermera, el médico, el
jubilado, no cobrarán 400 ni 1 000 dólares en la Cuba de los Castro; los
obreros, los profesionales y jubilados, sus hijos y nietos seguirán
siendo esclavos y seguirán acostándose soñando con la idea de emigrar,
aunque sea al Polo Norte.

La imaginación no nos traicionaría si visualizamos la cola de pretextos
para mantener el estado de miseria. Argumentarán que hay que destinar
las divisas para evitar los apagones, se inventarán peligros ajenos,
fabricarán enemigos que combatir –si no los hay, habrá que inventarlos-,
un ciclón, una crisis económica o en las altas capas de la atmósfera, un
virus, la veda de leones en el Serengueti, la Corriente del Niño, la
muerte del gran líder o el raro espesor del humo que desprende alguna
infusión en una sospechosa bolsa de té por allá por Bután, porque
mientras el castrismo impere, el caos inmisericorde que reina en el
planeta siempre afectará el progreso de los cubanos y los efectos
colaterales irán a paralizar su destino para mantenerlo neutralizado,
idiotizado, ocupado odiando y justificando la carencia y las libertades
que se niegan.

Cuba necesita un cambio de gobierno hacia la democracia, donde se cumpla
el respeto a los derechos civiles, el pluralismo, la libertad de prensa,
y quitarse de encima el síndrome de Estocolmo. Cuba necesita
industrializarse para no ser una república bananera dependiente del
turismo y las migajas que se rapiñen por casualidad; Cuba necesita de la
libre empresa real y la confianza de los empresarios cubanos para
invertir sin ser chantajeados ni extorsionados por los Castro; los
cubanos se merecen salarios dignos, competentes a nivel mundial, para
dejar de ser ciudadanos de cuarta categoría.

Cuba necesita sobre todo de los cubanos. Por más cruceros y
norteamericanos que puedan viajar, un país no se levanta de su crisis si
no confía y libera a sus propios ciudadanos.

Para Cuba actualidad: cosmovisionsiglo21@gmail.com

Source: El ideal, el general y el regalo de Obama | Primavera Digital -
http://primaveradigital.net/el-ideal-el-general-y-el-regalo-de-obama/

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