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Wednesday, January 07, 2015

El aldabonazo de Tania

El aldabonazo de Tania
Frente a este muro inexpugnable entre el arte crítico y la sociedad, el
performance de Tania Bruguera se convierte en un aldabonazo
Marlene Azor Hernández, México DF | 06/01/2015 2:47 pm

No hay espacios autónomos en Cuba, el gobierno no lo permite. El artista
Lázaro Saavedra se equivoca en eso y contradice el movimiento de la
plástica de los ochenta en Cuba.
Recuerdo una de tantas obras que vi en las exposiciones de los años
ochenta: una naturaleza muerta —un jarrón con flores— al pié de la obra
el título: El arte es un arma de la Revolución.
Los procedimientos con que los funcionarios y algunos artistas han
tratado el performance de la artista Tania Bruguera, nos remite a esa
obra que condensa el pensamiento de la "neutralidad" en el arte como
única forma de existir para ser permitido por el poder, y en fuerte
contraste con los "decires" del discurso oficial del gobierno cubano
sobre el arte.
Hoy el arte no es un arma de la revolución, sino que "la cultura" toda
tiene el peso de "salvar la nación". Para entender lo que esto significa
para el emisor del mensaje —el gobierno cubano—, basta comparar la obra
No agradezcan el silencio de KCHO —"la celda de los cinco" y su difusión
laudatoria—, con el performance de Tania, El susurro de Tatlín #6 y la
represión contra la artista y la obra. Ninguno de los dos son arte
despolitizado pero desde el poder uno se beatifica y el otro se suprime.
El movimiento contestatario de los ochenta en las artes plásticas tiene
plena vigencia en tanto el gobierno no ha cambiado en sus intentos de
"neutralizar" el arte y acotarlo, encerrarlo, enmudecerlo y convertir la
crítica social y artística en un asunto de expertos y artistas
semiocultos a la opinión pública nacional siempre que no representen "la
celda de los cinco" por el artista Kcho, ese sí es un arte válido para
el poder y que sale por la TV y la prensa nacional.
El inmovilismo en las políticas gubernamentales sobre la libertad del
arte, la literatura y las ciencias sociales, no son más que correlatos
de la ausencia de libertad de expresión en la Isla. Permitirse ver estos
ámbitos desconectados, y relativamente "autónomos" en Cuba, es
incorporar la visión del gobierno que manipula los espacios como
constructos cerrados para violarlos todos a la vez, impedir la
solidaridad y no hacer "mucho ruido" en el ámbito público. No sé de
cuáles espacios autónomos se puede hablar en Cuba si para empezar, la
seguridad del Estado se permite violar la casa de Tania Bruguera en
Cuba, con golpes en su puerta desde las cinco de la madrugada y sin
orden de arresto ni orden de registro de su domicilio.
Tiene razón Lázaro Saavedra[1], en decir que los artistas de esa
generación a la cual el pertenece y con derecho sobresaliente y bien
merecido, conocen perfectamente la obra de Michel Foucault, tiene razón
también en decir que si el gobierno no ha estudiado a Foucault, al menos
aplican sus dispositivos de control al detalle, en lo que se equivoca es
en la estrategia que le propone a Tania: "…debió haber encontrado una
vía inteligente, evadiendo la censura o estructuras formales de control
social, buscando, creando (para eso es una creadora) una zona
temporalmente autónoma (TAZ) donde se hiciera posible "abrir los
micrófonos" para que se escucharan "todas las voces".
Esta estrategia, yo diría de sobrevivencia en un contexto represivo,
encierra la obra en el espacio definido por el poder, siempre pequeño,
no un estadium como le permiten a Silvio Rodríguez, espacio al que los
funcionarios se abrogan el derecho de admisión.
Así la obra queda reducida al espacio permitido y controlado, no
autónomo y mucho menos neutro porque la exclusión y la admisión están
controladas por el poder. De manera tal que las condiciones que propone
Saavedra son inexistentes en el contexto cubano: No es autónomo, es
tolerado, es acotado a una hora y media, es controlado ¿a quién
permitirá el poder que entre? Y el performance se vuelve la "naturaleza
muerta" del jarrón con flores, inocua al poder y no por ello deja de
engrosar el curriculum de la artista.
Los "micrófonos abiertos" serían para algunos permitidos que se enteren
porque tampoco el régimen hará publicidad, todo lo contrario. La
seguridad del Estado, dueño privilegiado de ETECSA, enviará a todos los
supuestos interesados SMS anulando la cita y no pondrá ni un cartel para
promoverlo, entonces casi nadie asistirá y "todas las voces" se
resumirán a cuatro enterados. Tania hubiera podido seguir los consejos
de Saavedra y de igual forma engrosar su curriculum.
Si trasladamos esta estrategia a otros ámbitos intelectuales —que no
sean para la puesta en escena de una obra artística— sino las maneras en
que se manipula el debate informado y crítico en la Isla, vemos la
coincidencia en los procedimientos gubernamentales y las maneras en que
"negocian" tímidamente los intelectuales y académicos para decir algo
más que una ironía.
Indudablemente que esta estrategia gubernamental y la resignación de los
artistas e intelectuales a esta estrategia es lo que mantiene y alimenta
los procedimientos represivos del poder contra los creadores
intelectuales y artistas y contra toda la ciudadanía. La insolidaridad y
la consigna de "sálvese quien pueda", resultado de los dispositivos
represivos del poder, se incorporan como "lo normal", la rutina de la
acción intelectual artística y civil en la Isla. Con la única
compensación de no ser reprimidos, pero quedar casi ocultos y entonces
tener la posibilidad de hacer un arte crítico sin incidencia social. La
obra personal se "salva" y queda para la trascendencia en las futuras
generaciones. El arte crítico travestido en "naturaleza muerta" por su
invisibilidad en el ámbito nacional, queda amplificado en el exterior
para todos los dividendos de status y prestigio. Frente a este muro
inexpugnable entre el arte crítico y la sociedad —algo típico del
régimen cubano—, es que el performance de Tania Bruguera se convierte en
un aldabonazo. Se haya permitido o no el performance, el aldabonazo
cívico político de Tania sigue resonando en la sociedad civil cubana y
felizmente en las más de mil 400 firmas de artistas, intelectuales y
académicos solidarios de todo el mundo. Tres arrestos, la violación de
su domicilio, el secuestro de su pasaporte y de su computadora y
teléfonos, parecen ser para el artista Saavedra, represiones inocuas
para Bruguera, o "buscadas" por la artista, con esa visión típica del
violador frente a su víctima.
Creo que Lázaro Saavedra conoce todos estos mecanismos, lo asombroso es
que escriba una crítica contra el performance de Tania, incorporando las
"razones de Estado" como razones propias. Acusa a Tania de intentar un
"golpe mediático", anotarse un "gol" en su carrera artística, y le
propone un espacio cerrado, —el único permitido por las autoridades a
los no privilegiados—, y sin saberlo o sabiéndolo sigue el guión de
Rubén del Valle, el represor que da la cara para difamar y prohibir a Tania.
La resignación, travestida en "inteligencia" para sortear la censura,
nos coloca una vez más, en el dilema ético y existencial de asumir el
compromiso ciudadano o ser cómplices de la falta de libertades
elementales, incorporándonos además, al muro de contención construido
por el Estado. En este, como en tantos ámbitos de la sociedad cubana, la
"neutralidad" no es permitida por el Estado. Sólo el silencio, o la
difamación contra el rebelde.

[1] "Tania gana, los derechos civiles continúan perdiendo". Publicado en
el blog de Enrisco el 31 de diciembre 2014.

Source: El aldabonazo de Tania - Artículos - Opinión - Cuba Encuentro -
http://www.cubaencuentro.com/opinion/articulos/el-aldabonazo-de-tania-321457

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