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Saturday, January 10, 2015

Ejército de los Castro o de la República?

PEDRO CORZO: ¿Ejército de los Castro o de la República?
01/08/2015 1:00 PM 01/08/2015 10:07 PM

La columna vertebral de la dictadura cubana han sido los militares y no
la Seguridad del Estado, como tiende a creerse. Tampoco se ha sostenido
sobre el inefable Partido Comunista.

Más del 70% de la alta dirigencia isleña es de extracción castrense, e
igualmente un número considerable de miembros del Comité Central del
Partido son militares.

En el mismo año 1959, se apreciaba que los militares asumían el control,
mientras los civiles abandonaban el gobierno o eran desplazados.

No era difícil darse cuenta de la militarización de la sociedad. Los
comandantes se convertían en ministros, la sociedad cada día parecía más
un cuartel y en cada crisis el militar se vestía de civil y ocupaba el
puesto del funcionario que había sido defenestrado.

En 56 años de dictadura, el ejército ha tenido una línea de mando sin
quebrantos visibles (posible excepción el caso Ochoa) lo que expresa una
estabilidad y fidelidad no igualada en otros organismos, incluyendo el
Ministerio del Interior.

Los apetitos imperiales de los Castro siempre fueron satisfechos por los
militares que de manera encubierta, o actuando como gendarmes
internacionales, intervinieron en tres continentes sin que se produjeran
cuestionamientos a los dictados del tirano.

Siempre han mostrado disciplina, deseo de servir, una mística de gloria,
u otro sentir que cohesionaba e impedía trágicas fracturas.

Las fuerzas armadas del régimen de los Castro aparentan una
inquebrantable lealtad. En ellas habrá quienes lo hagan por devoción al
"máximo líder"; otros por la pasión que les embargó cuando cumplían
funciones pretorianas a miles de millas de las costas de Cuba, y quizá
haya quien sirva por convicciones políticas.

Pero el tiempo ha pasado, las medallas han perdido brillo y los vientres
se han extendido junto a las artritis físicas, pero también morales que
debe causar el haber construido un edificio que se derrumba y cada día
se parece menos a lo que muchos de sus constructores, particularmente
los militares, proyectaron.

Es de suponer que en Cuba, solo por el conocimiento de lo que ha
sucedido en otros cuerpos militares que se identificaron con dictaduras
y que en un momento determinado fueron factores fundamentales en su
derrocamiento, haya un grupo de militares con sentido común que se
percate que de no impulsar cambios, el país se hundirá más en el
tremedal en que se encuentra y en consecuencia, ellos perderán sus
privilegios.

No obstante no debemos perder de vista que los ejércitos formados en los
desaparecidos países socialistas no intervinieron en la caída de los
gobiernos del bloque, si exceptuamos el fugaz episodio del golpe de
estado contra Mijail Gorbachov.

El actual aparato militar cubano fue creado en 1959 por los Castro, a
diferencia de los ejércitos ya constituidos que encontraron Adolfo
Hitler, Benito Mussolini o el Ayatola Khomeini, entre otros.

En consecuencia es lógico creer en la galvanización de las fuerzas
militares alrededor de sus líderes, lo que ha permitido establecer en la
isla un régimen político-militar sin antecedentes en el hemisferio.

Sin embargo, los fracasos subvierten valores y fidelidades al igual que
se producen "fatigas" en los metales, y en Cuba, indudablemente, los
fiascos han hipotecado el presente y futuro del individuo y la sociedad.

Tampoco se puede pasar por alto una realidad. Un número de altos
oficiales en activo y en condición de retiro, dirigen empresas
millonarias usufructuando esas riquezas, un factor que puede influir en
su "lealtad''.

Sin embargo, otros ejércitos, caudillistas o profesionales, en
situaciones similares han originado crisis terminales en las dictaduras.

El derrocamiento del portugués Marcelo Caetano, después que el ejercito
sirvió al dictador Oliveira Salazar por más de 30 años. En Egipto, el
ejército derrocó al rey Faruk I. En Italia Mussolini tuvo serios
problemas con las Fuerzas Armadas en los últimos años de su gobierno.

Otro ejemplo de que la totalidad de una fuerza armada no es
absolutamente leal a su comandante en jefe aunque aparente lo contrario,
fue el sector de los militares germanos que servía al Tercer Reich pero
que se sumó a la operación Walkiria.

Estos militares que habían combatido y arriesgado la vida por Hitler
decidieron derrocarlo cuando se percataron de que el país se hundía y
que la victoria no era posible. En consecuencia el 20 de agosto de 1944,
ejecutaron por medio del conde Staumferberg un atentado contra el
jerarca nazi.

Ejemplos hay de obediencia y rebeldía a través de la historia, por lo
que cabe preguntarse: ¿enfrentarán los Castro una operación Walkiria,
que haga temblar la dictadura hasta destruirla, o los militares cubanos
continuarán actuando en contra de sus propios intereses al persistir en
apoyar un régimen que no cuenta con el respaldo de su pueblo y que ha
fracasado en todos sus proyectos?

Periodista de Radio Martí.

Source: PEDRO CORZO: ¿Ejército de los Castro o de la República? | El
Nuevo Herald -
http://www.elnuevoherald.com/opinion-es/opin-col-blogs/opinion-sobre-cuba/article5649561.html

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