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Monday, January 05, 2015

Después de la tormenta - El affaire Bruguera y los síntomas de la insensatez política

Después de la tormenta: El affaire Bruguera y los síntomas de la
insensatez política
Posted on 4 enero, 2015
Por Carlos Cabrera Pérez

El intento frustrado de la artistaTania Bruguera de convocar en la Plaza
de la Revolución a sus compatriotas para que comentaran a micrófono
abierto sus exigencias al gobierno de Raúl Castro quizá sea el mejor
síntoma posible de la mala salud política cubana.

Detenida por varias horas tres días consecutivos y despojada de su
pasaporte cubano, la artista que ya realizó una acción parecida en el
Centro Wifredo Lam (Bienal de La Habana, 2009), ha leído el anuncio de
normalización entre Cuba y Estados Unidos como una señal propicia para
exigir al tardocastrismo que cese el bloqueo interno a sus ciudadanos,
pero el tardocastrismo teme que una chispa incendie el descontento
generalizado que anida en la sociedad e impidió el acto, tras intentar
negociar un formato diferente.

El performance, propiamente, ha sido el desenmascaramiento de la censura
que gobierna, amordaza y prevalece en el país. Las consecuencias
derivadas de esta acción frustrada, con la retención del pasaporte a
Bruguera y su posible encausamiento por resistencia y alteración del
orden público, así como la intención de la artista de formular una queja
ante los tribunales cubanos e instancias internacionales, forman parte
de la acción interrumpida, pero a la vez, resurgida como capital de
movilización política y efecto publicitario.

Respuesta desproporcionada

La mayoría de la oposición política y de los periodistas independientes
han permanecido al margen, dejando en evidencia la desproporcionada
respuesta del tardocastrismo al evento y la precipitación de Antonio
Rodiles -entre otros- que intentaron aprovechar la acción política de
Bruguera.

El periodista Reinaldo Escobar ha narrado que fue detenido cuando ni
siquiera tenía pensado ir al performance, sino que fue una víctima
colateral arrestada en el momento de ir a botar la basura. Salía de su
edificio para dirigirse a la esquina a echar una caja de cartón en los
latones cuando lo metieron a la fuerza en un auto de la policía.

Amaury Pacheco, miembro de OMNI Zona Franca, fue detenido cuando salió
de su casa para comprar jugos a sus seis hijos y pese a que no pensaba
participar en la convocatoria de Bruguera, en una clara muestra de que
el régimen prefiere excederse en la prevención de aglomeraciones
públicas a correr el riesgo de una Primavera Caribe. Si quedan dudas los
remito a una reciente ridícula nota de la Policía exhortando a los
cubanos a no aglomerarse para celebrar el 56 aniversario de la llegada
al poder de Fidel Castro.

La reacciones más sensatas llegaron de Washington y de la mayoría de la
oposición anticastrista interna y externa; aunque no faltaron los
extremistas habituales que calificaron la acción de Bruguera como una
maniobra de Raúl Castro y Obama para cargarse la normalización
bilateral, y todo porque el fallecido padre de la artista fue un alto
cargo del castrismo.

Normalmente, uno suele ser responsable de los actos de los hijos menores
de edad, pero el tardoanticastrismo ha creado una nueva categoría en la
que uno es responsable de los actos de sus padres.

La Casa Blanca condenó las detenciones, pero aclaró que sigue adelante
el proceso de restablecimiento de relaciones bilaterales, mientras que
el grueso de opositores cubanos permaneció al margen de la convocatoria,
dejando claro su olfato político y su comprensión de que el nuevo
escenario abierto por Castro y Obama necesita sosiego y no algarabía.

La hora de los vengadores

No obstante, todos aquellos deseosos de venganza, inconformes con una
salida negociada a la miseria que padecen nuestros hermanos en la isla,
y que se sientan traicionados por el pacto Castro-Obama, tienen la
opción de la lucha armada para derribar el tardocastrismo y de no volver
a votar al Partido Demócrata en lo que reste de sus vidas. Adelante los
duros, que el tiempo apremia.

El pecado más reciente del tardocastrismo es detener a un grupo de
ciudadanos, sin historial violento o delictivo previo al calor de una
maniobra política, que pudo ser neutralizada incluso sin recurrir a esos
mastodónticos operativos de seguridad, que solo persiguen constituirse
en demostración de fuerza ante la población, pues detener a un ciudadano
no exige tanta parafernalia, incluso cuando se tratase de Bruce Lee.

Algunos oportunistas arremeten contra el "negro demócrata", pero se
cuidan y mucho de criticar al Papa Francisco I, muñidor del pacto entre
cubanos y norteamericanos, sin ver el peligro que implica reconocer a un
dogmatismo -el católico- como certificador de otro dogma: el castrismo.
Y no es una broma, el castrismo es un sistema teológico.

Negociar implica el reconocimiento del otro, tener en cuenta su estatus
y aspiraciones, y que cada parte ceda lo suficiente para que ambos
pierdan algo y todos ganemos mucho. Pero si alguien sueña con doblegar y
humillar al tardocastrismo, que ha iniciado el camino del suicidio
paulatino, entonces estaríamos ante dos polos opuestos que se
retroalimentan al compartir la estrategia de suplantar la realidad con
entusiasmo.

Razones de Raúl Castro

De hecho, algunos cubanoamericanos tienen ahora todas sus apuestas fijas
en un futuro triunfo del Partido Republicano, que revierta las
decisiones de Obama y condene a Cuba a una explosión social con una
indeseada noche de San Bartolomé, con ellos a salvo por estar lejos de
la desgraciada isla.

Raúl Castro no accedió a pactar con Obama por un repentino ataque
democrático, sino porque sabe que es preferible una salida negociada,
pactada, que un final violento y no por una acción de Estados Unjidos,
sino por el hartazgo de los cubanos ante los reiterados fracasos
socioeconómicos, las crisis de Venezuela y Brasil, y la abultada deuda
social que ha generado el castrismo con su propio pueblo.

Creer que un cambio de gobierno en la Casa Blanca revertirá la política
de Obama, implica desconocer que los republicanos forman parte del
acuerdo de Estado para abrir el juego con el tardocastrismo, que han
intentado arreglar el diferendo bilateral en varias ocasiones, que
obligaron a Batista a irse de Cuba al tiempo que tendían la mano a
Francisco Franco y, sobre todo, que sus financiadores y electores desean
una Cuba normal, en la que poder hacer negocios y que la lucha contra el
comunismo no sea un Debe permanente en las cuentas federales.

El tardocastrismo erró al impedir el performance de Bruguera, pues se
perdió una oportunidad de calibrar cuántos habaneros acudirían al
micrófono para exigir el fin del bloqueo interno, pero el miedo es libre
y congela hasta la acción política.

Una olvidada acción de desobediencia

De hecho, en toda La Habana se vivió el fin de semana previo al fin de
año una muestra colectiva de desobediencia civil no organizada, y nadie
se ha hecho eco de ella, entretenidos con el affaire Bruguera y su
triste desenlace.

El gobierno organizó unas ferias agropecuarias municipales e intentó una
rebaja de precios, pero campesinos y vendedores se plantaron y dijeron
que los precios los fijaban ellos porque son los que trabajan la tierra,
cuidan los cultivos y animales y se ocupan de transportarlos hasta La
Habana.

Quizás los habaneros estaban más ocupados en comprar comida para sus
mesas de fin de año, o en la inminente unificación monetaria -que
pudiera ocurrir en días, según versiones internas- que en acudir a un
micrófono a decir lo que otros, desde Madrid y Miami, esperan que digan
los hambreados y reprimidos.

Poco importa a las mayorías silenciosas el origen y objetivos de una
acción política si antes no tiene claro qué beneficios concretos tendrá
para ellas. La alegría, la indignación y la queja no se consiguen por
decreto.

Tardocastrismo y tardoanticastrismo comienzan a parecerse
peligrosamente, quizás porque aún no saben que el pueblo solo reacciona
ante lo bueno para sus vidas. Ignorar a las mayorías silenciosas tiene
el inconveniente de que convierte al gritón en un sordo melancólico.

Source: Después de la tormenta: El affaire Bruguera y los síntomas de la
insensatez política | Café Fuerte -
http://cafefuerte.com/cuba/20969-despues-de-la-tormenta-el-affaire-bruguera-y-los-sintomas-de-la-insensatez-politica/

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