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Saturday, January 03, 2015

Cuestión de ideología

ANÓLAN PONCE: Cuestión de ideología
01/02/2015 4:56 PM 01/02/2015 10:12 PM

La traición ha opacado a la infamia. A solo unos días del canje de Alan
Gross, un hombre sin culpa, por los tres espías cubanos, poco se habla
de ello. El foco de atención es el incondicional restablecimiento de las
relaciones diplomáticas con Cuba, y el río de concesiones que el
presidente Obama ha otorgado a Raúl Castro. No solo Barack Obama se ha
burlado del sistema jurídico norteamericano, también ha propinado una
bofetada a la oposición cubana, al exilio, y a todo aquel que ame la
libertad y la democracia.

Hay profundo dolor entre los familiares de las víctimas de Hermanos al
Rescate– ¡el Presidente ha perdonado el asesinato de sus seres queridos!
Hay mucha ira y dolor en el exilio cubano y entre los valientes
opositores al régimen. Esta traición recuerda a otra: La perpetrada a
los combatientes de Bahía de Cochinos, uno de ellos mi padre, por el
Presidente John Kennedy al suspender éste toda la cobertura aérea a la
Brigada 2506 cuando ésta ya navegaba hacia Cuba. Kennedy se sentía
ambivalente sobre la invasión, y cuenta su historiador Arthur
Schlesinger, Jr. en "Mil días: John F. Kennedy en la Casa Blanca", que
en privado le había confesado: "Si tenemos que deshacernos de estos
cubanos, mejor tirarlos en Cuba, especialmente porque es allá donde
quieren ir."

Obama, a diferencia de Kennedy, nunca ha ocultado sus cartas respecto a
Cuba; pero su decisión, sin obtener una sola concesión a favor de los
derechos humanos del pueblo cubano y que premia la mala conducta del
régimen—un enemigo jurado de Estados Unidos—demuestra una peligrosa
parcialidad hacia este. De ello podemos deducir que es el resultado de
su ideología, la misma que lo mantiene en un eterno "mea culpa" por los
pecados de Estados Unidos en el mundo, y la cual lo ha llevado a esta
solución salomónica justificada mayormente por dos puntos: (1) el
contacto de pueblo a pueblo producirá un cambio en Cuba y abrirá las
puertas a la democracia; (2) el embargo no ha funcionado.

Lo primero es falso, porque Cuba continúa siendo hoy un estado
totalitario carente de derechos ciudadanos después de que por mas de 25
años, cubanoamericanos y turistas de todo el mundo han estado visitando
la Isla. Los pocos cambios habidos han surgido por la necesidad del
régimen de cimentar su sobrevivencia. La segunda afirmación, que el
embargo no ha funcionado, posa la siguiente pregunta: de no haber
existido el embargo, ¿podemos creer que Cuba sería un país próspero sin
los Castro en el poder? Venezuela es el mejor ejemplo: sin sanciones,
sin embargo y rica en petróleo, el comunismo la ha llevado a la ruina.
Si no otra cosa, el embargo estadounidense ha servido para negar los
créditos al régimen castrista evitando que su deuda recaiga sobre las
espaldas del contribuyente norteamericano.

El Presidente Obama asume mucho, pero no explica como sus medidas
abrirán las puertas a la democracia; como el que el cubano de a pie
pueda reparar unas cuantas tablas podridas en su techo, o abrir un
timbiriche conducirá a un estado de derecho, y que la cúpula gobernante
ceda el poder. ¿Qué incentivo tendrán para ello? El retorno a la
democracia sería el fin de su buena vida y de sus privilegios. Obama
confía, como dijo en su discurso, en la "buena voluntad" del régimen
liderado por Raúl Castro, el hombre que a sangre fría ordenó el
asesinato de los muchachos de Hermanos al Rescate. Eso lo dice todo.

La razón indica que su decisión cierra las puertas a la democracia y a
un estado de derecho en Cuba, encaminándola hacia una transición a un
régimen estilo chino o vietnamita. Esta idea tiene adeptos entre algunos
empresarios de Miami quienes han encontrado un gran aliado en La Casa
Blanca. Las intenciones de ellos las delata el que ninguna de sus
propuestas para invertir en Cuba estén condicionadas al respeto de los
derechos humanos. Ellos se justifican con las mismas razones que Obama y
la improbable suposición que, de alguna forma, el comercio y ayuda
económica a un país totalitario conduce a la democracia.

Esta decisión de Obama favorece al régimen castrista porque lo
atrinchera en el poder; mas lógico y justo hubiera sido cerrar el cerco
a los Castro y ayudar a la oposición interna. Pero es cuestión de
ideología. Para los que deseamos una libertad plena para nuestra patria,
aun nos queda un arma en el arsenal, una que el largo brazo de Obama no
puede tocar: el embargo, celosamente resguardado por el Congreso hasta
el 2016. Entonces tendremos elecciones; recurramos al poder de las urnas
y busquemos armonía ideológica entre el Congreso y La Casa Blanca.
¡Demos un paso al frente por la libertad de Cuba!

Source: ANÓLAN PONCE: Cuestión de ideología | El Nuevo Herald -
http://www.elnuevoherald.com/opinion-es/opin-col-blogs/opinion-sobre-cuba/article5348667.html

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