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Sunday, January 18, 2015

Cuba, un cambio que defrauda y también apasiona

Cuba, un cambio que defrauda y también apasiona
MIMI WHITEFIELD MWHITEFIELD@MIAMIHERALD.COM
01/17/2015 9:59 PM 01/17/2015 11:26 P

Corren aires de cambio sobre Cuba y Miami en tanto las delegaciones de
Washington y La Habana se reúnen en la capital cubana esta semana para
comenzar a discutir nuevas relaciones para dos países que han sido
vecinos hostiles desde hace más de medio siglo.

En la comunidad de exilados cubanos del sur de la Florida a muchos
todavía les cuestra trabajo tratar de entender la nueva realidad de que
pronto Estados Unidos y Cuba tendrán relaciones diplomáticas y una
bandera americana ondeará en la embajada de EEUU en La Habana.

Para algunos cubanos hay casi un sentido de vértigo, de desequilibrio ya
que nunca imaginaron que una normalización de las candentes relaciones
entre ambas naciones podría tener lugar con Castro aún en el poder y el
Partido Comunista al frente del país. El sueño del regreso triunfante a
Cuba antes que se normalizaran las relaciones se acabó trágicamente.

Otros, en cambio, respaldan la normalización, y dicen estar de acuerdo
con el presidente Barack Obama de que es la mejor vía para influir en la
transformación en la isla y ayudar más al pueblo cubano.

"Los cubanos de Miami tienen que reflexionar sobre muchas cosas", dijo
el abogado Pedro Freyre. La idea de Cuba como la tierra prohibida del
lado oculto de la luna ya no existe".

Las cosas cambiaron con mucha rapidez el pasado 17 de diciembre cuando
el presidente Obama y el gobernante Raúl Castro revelaron los nuevos
planes. Aunque el embargo todavía está sigue en efecto, Obama anunció
una serie de aperturas sobre el comercio y los viajes de los
norteamericanos a la isla, y Castro ofreció liberar a 53 prisioneros
políticos cuyos nombres funcionarios estadounidenses le dieron a La
Habana durante el verano.

Desde entonces, los cubanos a ambos lados del Estrecho de la Florida
están tratando de descifrar qué va a suceder.

En el sur de la Florida no hay una opinión coincidente sobre la nueva
política.

Un sondeo de opinión que hizo luego del anuncio de Obama la firma
Bendixen & Amandi International con 400 cubanoamericanos que viven en
EEUU arrojó que están casi parejos en la normalización de relaciones con
Cuba, mientras tienen una ligera ventaja los que están en contra de la
política. Solamente el 35% de los cubanoamericanos que viven en la
Florida, sin embargo, estuvo de acuerdo con el cambio de política.

El estudio realizado por el Miami Herald, el Nuevo Herald y el Tampa Bay
Times también concluyó que hay un empate en la comunidad
cubanoamericana, siendo los cubanos más jóvenes y los que emigration a
EEUU después del éxodo del Mariel en 1980 los que están más a favor de
los cambios.

Incluso dentro de muchas familias cubanoamericanas es un asunto que divide.

Durante una reunión navideña en la casa de una numerosa familia
cubanoamericana, por ejemplo, el hermano mayor, veterano de Bahía de
Cochinos, hablaba horrores de Obama en la cocina mientras su hermano más
joven, educado en EEUU, tenía una actitud distinta en el patio, y
respondía a las preguntas de sobrinos y primos sobre ir a Cuba y qué
podrían traer los cambios.

De igual modo, hay una enorme curiosidad entre los cubanos de la isla.

"Todo el mundo quiere a su país. ¿Queremos viajar? Claro que queremos.
Me gustaría ir a la discoteca Mango's en Miami, pero siempre regresaría
a mi casa", dijo Lázaro López, que fabrica muebles de mimbre en su
taller en La Habana. López agregó que desde hace mucho tiempo deberían
haberse arreglado las relaciones entre los dos países y que le gustaría
exportar sus sillas y mesas a EEUU.

Sin embargo, durante una aparición en Miami el viernes, el senador
republicano Marco Rubio criticó la idea de que un libre comercio entre
los dos países pueda provocar cambios en la sociedad cubana.

"La historia de las aperturas económicas que se supone conducen a
cambios politicos no es muy buena", dijo Rubio. "Como hemos visto en
China, Vietnam y Birmania, no hay ningún ejemplo moderno de un país que
se haya vuelto demócrata gracias a cambios económicos con EEUU mientras
la dictadura siga siendo represora. Y la tiranía castrista es tozuda y
se niega a cambiar".

Un nuevo estudio de Pew Research concluyó que aunque el 63% de los
norteamericanos aprobó la decisión de reestablecer lazos con Cuba, sólo
una tercera parte piensa que ello llevaría la democracia a la isla.

Raúl Moas, director ejecutivo de Roots of Hope, organización que conecta
a los jóvenes en Cuba con sus homólogos en el extranjero a través de la
tecnología, dijo que espera que los cambios permitan que se manden
remesas humanitarias ilimitadas a la isla y que compañías
norteamericanas exporten equipos de comunicaciones y participen en la
modernización de los sistemas de comunicaciones cubanos.

"Tenemos la esperanza de que bajo el plan de Obama se abran nuevos
espacios que nos ayuden a aumentar nuestro impacto", dijo Moas. "Lo que
hemos escuchado siempre de los cubanos jóvenes es que quieren estar por
fin en el siglo XXI".

Hace algunos años, EEUU permitió algunas pequeñas aperturas para que
compañías tecnológicas hicieran negocio con Cuba, pero no pasó nada.
Ahora, dijo Moas, "es más probable que las compañías americanas se
sientan más confiadas en invertir en Cuba. Pero al mismo tiempo no creo
que el gobierno cubano las reciba con una alfombra roja".

Roots of Hope también entusiasma la idea de un turismo "socialmente
responsable" a Cuba y brinda consejos sobre cómo los viajeros "pueden
salirse de los canales habituales y tratar de ponerse en los zapatos de
los cubanos", dijo Moas.

"Esperamos que los cambios traigan como resultado que más cubanos
ejerciten libremente sus derechos y reconstruyan la sociedad civil", agregó.

En 1981 cuando Jorge Mas Canosa y Pepe Hernández, veteranos
anticastristas de Bahía de Cochinos, fundaron la Fundación Nacional
Cubanoamericana, ambos pensaron que los exilados serían los
protagonistas de los cambios en Cuba.

Pero ahora, 30 años después, Hernández dijo que su punto de vista ha
cambiado. Los cubanos que viven en la isla son los que traerán los
cambios, dijo. "Nosotros ayudaremos".

Sin embargo, el presidente de la Fundación dice sentirse frustrado de
que la comunidad cubanoamericana haya quedado fuera de la nueva política
de Obama hacia Cuba.

"Me parece que es un error gigantesco obviarla porque la comunidad
cubanoamericana tiene muchos recursos", apuntó Hernández. "De cualquier
modo, no vamos a quejarnos sobre cómo se hizo todo esto, porque ya está
hecho. Nuestra misión sigue siendo la misma, y creemos que con la nueva
política tendremos más oportunidades de apoyar la sociedad civil en Cuba".

Carlos Saladrigas, prominente empresario cubanoamericano, quiere darle
una oportunidad a la nueva política. "Hemos abierto la puerta a los
cambios. Así es como se empieza, como una bola de nieve que rueda hacia
abajo por una colina. Lo único que hace falta hacer es empezar, aunque
sea de forma pequeña".

Saladrigas, por ejemplo, ha contribuído con un programa de una iglesia
católica cubana llamado Cuba Emprende, que brinda capacitación de
negocios a empresarios con poca experiencia. A pesar de los obstáculos,
Saladrigas dijo que hasta el momento unos 2,200 cubanos han recibido el
entrenamiento en La Habana y Camaguey y pronto el programa llegará a
Cienfuegos.

"Comprometerse es la forma de avanzar", concluyó Saladrigas. "Hemos
esperado 55 años para que funcione la vieja política y no lo ha hecho.
Ya es ahora de que haya un cambio y también de arriesgarse. Desde luego,
esta nueva política demorará tiempo en lograr resultados".

Rubio, sin embargo, dijo que no quiere darle ningún tiempo y está
intentando anular los reglamentos para la normalización. "¿Acaso los
cambios harán legales las leyes existentes? Nos parece que muchos de
estos cambios lo que hacen es justamente pasar por alto las leyes", dijo
Rubio en Miami.

Desde los salones de la Cámara de Representantes, la representante
republicana por la Florida, Ileana Ros-Lehtinen también exortó a sus
colegas legisladores "hacer todo lo que sea posible para evitar que
entre en efecto en Cuba esta desastrosa política", dijo. "Cuba todavía
es un enemigo declarado de Estados Unidos".

Sin embargo, Andy Gómez, asesor sobre temas de Cuba para la firma legal
Poblete Tamargo, señaló que las cosas son diferentes ahora de lo que
eran antes del 17 de diciembre. "Miembros de nuestra delegación del
Congreso se enfrentan a un gran caso perdido".

Carl Meacham, director del programa de las Américas para el Centro de
Estudios Estratégicos e Internacionales en Washington sugiere que la
delegación cubanoamericana podría tener que moderar su postura de alguna
manera.

Sus puntos de vista han sido la voz dominante sobre Cuba por décadas,
dijo Meacham, pero ahora hay otro punto de vista que emerge entre los
que desean ver un cambio en Cuba.

Legisladores de los estados agrícolas, "la cesta del pan en Estados
Unidos, de verdad verdad quiere una relación comercial con Cuba", dijo
Meacham, quien fue funcionario principal republicano en el Comité de
Relaciones Exteriores del Senado. Este mes se unieron a más de 25
empresas de alimentos y agrícolas y federaciones para formar la
Coalición de Agricultura de Estados Unidos para Cuba, cuyo objetivo es
levantar el embargo.

En el futuro, dijo Meacham, la delegación cubanoamericana "pudiera tener
que ser más inclusiva en sus puntos de vista".

Cuando se le pidió una respuesta, Ros-Lehtinen dijo: "Mi posición sobre
Cuba siempre se ha basado en el respeto a los derechos humanos, la
liberación de todos los presos políticos y en elecciones libres, justas,
transparentes y multipartidistas".

"Las nuevas concesiones de la Casa Blanca no ayudan al pueblo de Cuba y
hay que pedir cuentas al régimen asesino de Castro y hablar por aquéllos
que anhelan democracia y libertad para la isla", dijo.

Ninoska Pérez, que conduce un programa de micrófono abierto en Radio
Mambí, dijo que la nueva realidad no ha cambiado sus puntos de vista en
lo más mínimo.

La política del Presidente no es de cambios, afirmó. "¿Dónde está el
beneficio para el pueblo cubano", preguntó.

Es "muy ingenuo", dijo Pérez, pensar que el compromiso dará lugar a un
cambio significativo en Cuba. "No veo cómo van a conseguir un cambio los
estadounidenses con sus mojitos en la mano y sus camisas hawaianas",
dijo. "No se consigue nada que no sea rescatar al régimen".

Sin embargo, Nancy López, de 59 años, tapicera por cuenta propia en
Jaimanitas, La Habana, está a la espera de los estadounidenses.

Hace unos días Nancy arreglaba su casa junto al mar con la esperanza de
convertirla en un hostal o de venderla.

"Me encantaría estar aquí en mi portal y para poder saludar a los
turistas americanos que pasen en un yate", dijo. "Tenemos que tener fe
en que Obama y nuestro Presidente puedan reunirse y resolver las cosas.
Algún día algo bueno tiene que salir de todo esto".

Pero en Miami, Ninoska Pérez dijo que las personas que llaman a su
programa de radio se han mostrado "sorprendidas e indignadas" por el
cambio de política. Ella admite que tiene problemas para asimilarlo. "Es
tan irreal", dijo.

Entonces, ¿cómo va a llegar el cambio a Cuba? "El cambio sólo llegará
cuando los Castro no estén ahí, cuando ese sistema que ha prevalecido
durante tantos años haya desaparecido"afirmó.

"Algunas personas todavía quieren vengarse y algunas personas también se
sienten traicionadas", dijo Carlos Sanguinetty, economista que trabajó
en la planificación económica en Cuba hasta 1966, cuando huyó a Estados
Unidos.

Los cubanoamericanos, dijo, aún están batallando con la idea de qué
hacer con la nueva situación.

La perspectiva de los vínculos diplomáticos entre Estados Unidos y Cuba
es especialmente difícil para muchos exiliados que perdieron miembros de
la familia, fueron encarcelados o vieron desaparecer sus medios de vida
y sus propiedades durante la revolución.

Sin embargo, Sanguinetty dijo: "La comunidad no está bien organizada en
términos de un plan de juego. Muchos son espectadores esperando que pase
lo mejor".

Aunque dijo que la Casa Blanca no recibió una oferta lo suficientemente
buena en sus negociaciones con Cuba, en el lado positivo de esto "es un
cambio de juego que nos sacó del estancamiento en el que hemos estado
durante décadas".

Ahora las cosas importantes, dice Sanguinetty, son reconstruir las
instituciones cubanas y recuperarse "del colapso total de la sociedad
civil cubana en los últimos 50 años".

Dentro de Cuba algunos ya han presionado para ver si una nueva relación
con Estados Unidos puede traer más tolerancia.

A fines de diciembre, Tania Bruguera, un artista cubana que vive y
trabaja principalmente en Estados Unidos y Europa, regresó a su tierra
natal para organizar un performance sobre la libertad de expresión en la
Plaza de la Revolución de La Habana.

Las autoridades cubanas se lo impidieron y fue detenida, puesta en
libertad y luego la detuvieron dos veces más. Su pasaporte le fue
confiscado.

Algunos de los 53 presos políticos recién liberados tampoco perdieron
tiempo para levantar sus voces. Hace una semana, un domingo, marcharon
con las Damas de Blanco en el parque Gandhi, portando gladiolos rosados
y gritando: "¡Libertad, libertad, libertad!"

En un mensaje de Twitter, Hablemos Press informó que dos de los presos
recién liberados habían sido arrestados la semana pasada.

El presidente Obama ha dicho que Estados Unidos tiene la intención de
"seguir presionando en temas de democracia y derechos humanos, lo que
creemos que es importante".

Pero Hernández, de la Fundación, dijo que no espera demasiado del
gobierno cubano "a menos que se le obligue a respetar los derechos
humanos y a dar más espacio a la sociedad civil".

"La cuestión ahora es si el compromiso será una herramienta más eficaz
para hacer frente a la represión", dijo Meacham.

El reportero de The Miami Herald, Jim Wyss, contribuyó con este artículo.

Source: Cuba, un cambio que defrauda y también apasiona | El Nuevo
Herald -
http://www.elnuevoherald.com/noticias/mundo/america-latina/cuba-es/article7268834.html

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