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Friday, January 16, 2015

Billetes de 1.000 CUP?

¿Billetes de 1.000 CUP?
ELÍAS AMOR | Valencia | 15 Ene 2015 - 3:50 pm.

Otra ocasión perdida para poner en orden el sistema financiero y
crediticio de la Isla, avanzando hacia su modernización.

Una nota en la edición de Granma de hoy anuncia la emisión de nuevos
billetes de alta denominación por importe de 200, 500 y 1.000 pesos
cubanos (CUP) el primero de febrero.

Esta medida, iniciativa del Banco Central, con respaldo en la Resolución
no. 4 del 15 de enero del 2015 publicada en la Gaceta Oficial
Extraordinaria No. 3, pretende según fuentes oficiales "facilitar las
operaciones con CUP que actualmente se realizan en las tiendas que
venden en CUC".

Una decisión sin duda importante, sobre la que Granma conversó con
Francisco Mayobre Lence y Ariel Torres Collazo, vicepresidente y
director de Emisión y Valores del BCC, respectivamente, así como con
Bárbara Soto Sánchez, vicepresidenta comercial de CIMEX.

Del contenido de la entrevista se pueden obtener algunas conclusiones de
interés. La que anticipo al lector es que creo que esta decisión, como
otras muchas, es poco adecuada, va a generar más problemas aún de los
que pretende resolver y desde luego, no sirve para afrontar un proceso
de unificación de dos monedas de configuración e historia tan diferente.
Estas son mis razones.

Al parecer, la decisión se adopta porque durante los últimos meses se ha
ido incrementando la utilización del CUP en las tiendas que venden en
CUC, fijando los precios después de aplicar el tipo de cambio de CADECA.
Un tipo de cambio situado en la actualidad en 1-24, lo que exige la
utilizar gran cantidad de dinero, no solamente por las personas, sino
también los comercios, los transportistas, entre otros. Detrás de este
fenómeno, nos encontramos con uno de los aspectos fundamentales de la
economía castrista, que es su atraso. El que la mayor parte, por no
decir todas, las transacciones se sigan realizando en moneda corriente,
y el bajo uso de las tarjetas o los talones bancarios confirma que la
tarea a desarrollar es ingente.

Creer que emitiendo billetes de alta denominación puede disminuir el
problema del manejo de ingente cantidad de dinero en las transacciones
diarias, es una equivocación. El problema no se resuelve como piensan
los altos funcionarios utilizando billetes más grandes para las
transacciones, sino propiciando una rápida modernización del sistema
monetario y bancarioque existe en la Isla, uno de los más atrasados de
Occidente. Pero eso es muy difícil, y desde luego no parece que esté en
las prioridades de los llamados "Lineamientos".

En segundo lugar, no parece, además, que sea muy razonable recurrir a
denominaciones como las planteadas. ¿Por qué 200, 500 y 1.000, y no
otras cantidades distintas? ¿Qué tipo de estudios, si es que se ha
realizado alguno, han llevado al Banco a tomar esta decisión? El punto
de partida es realmente dramático, si se piensa que el billete de 100
CUP es el más grande que circula en la economía, cuando la mayoría de
las ventas se realizan con billetes de 20 y 50 CUP. A ello se tienen que
añadir los problemas derivados de los productos con precios más
elevados, como los electrodomésticos y los muebles. Realmente, para
poder acceder a este tipo de bienes los clientes se ven obligados a
transportar mucha cantidad de dinero en condiciones que a veces no son
óptimas al no existir tarjetas o cheques. Imágenes de un atraso
insorportable que nos transportan a los períodos de hiperinflación de la
Alemania de Weimar a comienzos del siglo pasado. ¿Temor a robos tal vez?

Imagino a los dependientes cubanos contando el dinero a toda prisa, y
cuidando para evitar cualquier pérdida de los auténticos fajos de
billetes, que lo único que van a provocar es el consabido malestar
derivado de las demoras en la atención a los clientes, la capacidad de
las cajas para guardar el dinero, las colas, al fin y al cabo, lo que
siempre ha ocurrido en la economía castrista. Ello sin tener en cuenta
las equivocaciones que se pueden producir en determinados sectores de la
población por el uso de los nuevos billetes, que según las autoridades,
poseen el mismo formato y características que los antiguos.

Al parecer lo declaran los responsables, y cito textualmente, "las
características de los nuevos billetes son similares a los que hoy
circulan, por tanto, tienen iguales dimensiones, formato y ubicación de
los elementos identificativos y de seguridad. Esto permitirá un mejor
reconocimiento de los billetes por parte de la población, así las
personas no tienen que aprenderse nuevas características. Entre los
principales elementos comunes están el patriota (en el anverso) de cada
una de estas denominaciones y la composición gráfica (en el reverso) que
son únicas". Salvando las referencias al "patriota", creo que es un
error lanzar billetes de denominación elevadacon el mismo formato que
los antiguos. La confusión puede estar servida, y si no, tiempo al tiempo.

Lo realmente sorprendente es lo rápido que van esta vez. Acostumbrados
al ritmo y la cadencia de la aplicación de políticas económicas en el
castrismo, llama la atención que ya el 1 de febrero, estén los nuevos
billetes en la calle, distribuidos a la población por los brazos armados
de la Seguridad del Estado que son los Bancos Me­tro­politano, el
Popular de Aho­rro, el de Crédito y Co­mercio y las Casas de Cambio.

Por mucho que quieran que este proceso se realice de forma paulatina, si
los cubanos que tienen moneda fuerte acuden en masa a realizar sus
cambios en los nuevos billetes, cabe la posibilidad de que no resulte
posible la operación. ¿Se han detenido a pensar en las consecuencias que
ello puede suponer para los clientes? Es verdad que van a dar prioridad
a La Habana, las capitales de provincia y algunos municipios
importantes, pero qué puede ocurrir si la gente se plantea realizar sus
operaciones en otros lugares. ¿Tendrá capacidad de respuesta el sistema?

Finalmente, se introducen elementos de seguridad, como las marcas de
agua, el hilo de seguridad, marcas perceptibles al tacto y
microimpresiones, lo que supone un despliegue realmente importante que
hace pensar que el régimen teme a los falsificadores de la nueva moneda.
¿Habrá falsificación en la Isla con la moneda que va a desaparecer? Es
al menos una cuestión inquietante. Imaginemos que aparecen más CUC en
circulación que los estimados por el Gobierno. ¿Habrá suficiente CUP
para realizar los cambios? ¿Se alterará el actual cambio de 1-24 a otro
menor? ¿Puede producirse una auténtica avalancha si la gente percibe
alguna acción en ese sentido?

Conclusión. Creo que se ha perdido una valiosa ocasión para poner en
orden el sistema financiero y crediticio de la Isla, avanzando hacia su
modernización y adaptación al que existe en otros países.Y sobre todo se
ha perdido una oportunidad para ordenar el sistema económico en su
conjunto. Con esta decisión de billetes de alto valor nominal, el
régimen asume que los precios que los cubanos van a tener que pagar por
los bienes y servicios son los que figuran en CUC, sin que se apueste
por una profunda liberalización de la economíaque facilite su descenso y
adaptación al nivel de vida. Y ello, con salarios medios de 230 CUP al
mes. No me salen las cuentas.

Source: ¿Billetes de 1.000 CUP? | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cuba/1421333424_12325.html

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