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Monday, January 26, 2015

Atención médica en Cuba, la realidad de un mito

Atención médica en Cuba, la realidad de un mito
Solo hay que asomarse a los hospitales o clínicas de cualquier ciudad de
Cuba para comprobar que mientras se exportan los servicios médicos a
otros países, al interior de la isla van escaseando las oportunidades de
obtener una atención médica de calidad
lunes, enero 26, 2015 | Ernesto Pérez Chang

LA HABANA, Cuba. -En Cuba, lograr la atención médica así como someterse
a un examen de salud minucioso no resulta ni tan fácil ni tan gratuito
como pregonan los medios oficiales y algunos otros foráneos que se hacen
eco de las noticias sin tomarse el trabajo de investigar en el terreno.
Solo hay que asomarse a los hospitales o clínicas de cualquier ciudad de
Cuba para comprobar que mientras se exportan los servicios médicos a
otros países, al interior de la isla van escaseando las oportunidades de
obtener una atención médica de calidad.

Ante las puertas de las consultan crecen las colas de pacientes que, al
final del día, solo obtienen un par de recetas y muy poca orientación
sobre cómo enfrentar determinada dolencia debido a que los Cuerpos de
Guardia ya no cuentan con personal debidamente preparado, y se va
volviendo una práctica generalizada que sean los estudiantes de medicina
quienes suplan la falta de personal.

Como consecuencia, se multiplican los diagnósticos errados y las
complicaciones por malas prácticas que han agravado la situación de
caos, al unirse a las prohibiciones de realizar estudios de laboratorio,
el acortamiento de los periodos de ingreso hospitalario (para reducir
los costos de los servicios) y la fatiga de los médicos, que han debido
redoblar sus jornadas de trabajo y reducir los periodos de entre
guardias para infructuosamente lograr paliar la situación.

Testimonios delatan la realidad del sistema de salud cubano

Una joven doctora del Hospital Clínico Quirúrgico de 10 de Octubre,
antiguo Dependiente, en la capital, nos comenta:
"Aquí las condiciones son pésimas y los periodos entre una guardia y
otra son de menos de 48 horas. Hay días en que he tenido que empatar una
jornada con otra y después salir a atender a mis pacientes en sala. La
mayoría de los médicos de aquí están para Brasil y Venezuela y los que
hemos quedado no alcanzamos a cubrir la demanda. Por la situación de
este hospital, recibimos una gran cantidad de pacientes todos los días.
La mayoría vienen con síntomas de dengue y procesos diarreicos y a veces
no hay reactivos para los análisis. No hay capacidad para ingresarlos,
tenemos que mandarlos para la casa. Muchos de ellos no tienen
condiciones ni alimentación suficientes para hacerle frente a la
enfermedad. Así que después, a las pocas horas, vienen peor o casi muertos".

Zaida Luz Castellanos, vecina de Centro Habana, padeció dengue y nos
describe cuánto debió esperar para que la diagnosticaran:

"Llevaba dos días con fiebre de 38 y todos los síntomas que describen en
la televisión y por ahí, aun así me mandaron para la casa porque decían
que tenía que esperar a las 72 horas para hacerme los análisis. Me
atendió una estudiante de medicina de Ecuador, se veía que no sabía qué
hacer. Le dije que me sentía muy mal, que tenía dolores en las
articulaciones y que incluso me estaba saliendo una erupción en los
brazos, que sin dudas era dengue, y me dijo que ella tenía indicado que
los análisis eran solo para aquellos que tenían fiebre durante más de
tres días, que a todos los demás había que mandarlos para la casa a
tomar bastante líquido y Duralgina. Aunque me dio la receta, no pude
comprarla en la farmacia porque no había. Se la compré a un viejito que
las estaba vendiendo en una esquina, a cinco pesos el paquete de diez
pastillas."

"En cuanto al líquido, solo tomé agua porque no tenía ni para hacerme un
jugo. Nadie fue por mi casa a preguntar si me había muerto o me había
curado. Yo no iba a regresar al hospital a hacer una cola para ver si
tenía dengue. Después supe que tuve dengue pero de nada me servía hacer
una cola para verle la cara a una estudiante de medicina. […] Y ni
hablar del Médico de la Familia, el consultorio de por mi casa siempre
está cerrado. Creo que ni vive nadie allí. Al final, fui a ver a una
amiga que trabaja en el [hospital] Julio Trigo y finalmente me hicieron
los análisis. Había tenido dengue y ya llevaba más de una semana con la
enfermedad".

"Potencia médica", inoperante industria

El testimonio de Zaida coincide con cualquiera de las historias que uno
puede escuchar a diario. Ya sea para una simple consulta de
estomatología o para un análisis de rutina con el objetivo de solicitar
empleo, acceder al sistema de atención sanitaria en Cuba y ser atendidos
dignamente se ha convertido en una verdadera proeza.

Los niveles primarios de atención no funcionan y hasta el acto de
obtener el medicamento apropiado para los tratamientos resulta una
odisea, al punto de que una parte de la población, aquella que cuenta
con las posibilidades, casi siempre termina pidiendo los fármacos a los
familiares que residen en el exterior.

La mayoría de los consultorios de aquel antiguo programa de salud de los
años 80 que Fidel Castro nombrara "Médicos de las 120 familias", un plan
de construcción de viviendas-consultorios que atendería a las familias
en los barrios, han caído en el olvido. Como sucede con todo en Cuba,
pasado el furor del momento, muchos de los consultorios han sido
clausurado y los poquísimos que aún funcionan lo hacen unas pocas horas
al día y son locales con pésima iluminación, falta de agua, ausencia de
instrumental adecuado. Las personas solo los usan para pedir una receta
médica cuando llegan los medicamentos a las farmacias o para un servicio
menor.

En cuanto a las farmacias, la mayoría exhiben sus anaqueles vacíos o
anuncian en carteles que han sido clausuradas o que están a la espera de
algún medicamento. Aquellos productos de mayor demanda como los
analgésicos y los antibióticos se agotan al instante y más tarde
cualquiera los encuentra en el mercado negro, a precios prohibitivos
para el ciudadano común. Sin dudas, para los más pobres, es decir, para
la inmensa mayoría de la población cubana, enfermar de un simple catarro
suele ser un proceso muy cercano a la tragedia.

Source: Atención médica en Cuba, la realidad de un mito | Cubanet -
http://www.cubanet.org/actualidad/actualidad-destacados/atencion-medica-en-cuba-la-realidad-de-un-mito/

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