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Sunday, December 21, 2014

Obama, Don Dinero y los Castro

Obama, Don Dinero y los Castro
JOSÉ PRATS SARIOL | Miami | 19 Dic 2014 - 5:19 pm.

Los dos lados no solo olvidan agravios, también borran evidencias de
violaciones de derechos humanos, leyes internacionales y otros adornos.
Porque Don Dinero preside.

Una estrofa del conocido poema satírico de Quevedo, retrata lo sucedido,
lo previsto en las relaciones entre el régimen cubano y la
administración demócrata de Obama: "Más valen en cualquier tierra/
(Mirad si es harto sagaz)/ Sus escudos en la paz/ Que rodelas en la
guerra./ Pues al natural destierra/ Y hace propio al forastero,/
Poderoso caballero/ Es Don Dinero".

Así lo advertí en otro artículo publicado en este diario hace meses. Don
Dinero —como casi siempre— ha triunfado, ha cruzado la trocha, no de
Mariel a Majana cuando los mambises en la Guerra de Independencia, sino
de Mariel (megapuerto y zona franca) a Miami.

La vetusta cúpula guerrillera capitula y entrega su última carta, a
cambio de la tranquilidad para sus familias en un continuismo permisivo,
con mucho de capitalismo de Estado, poco a poco con decisivas
privatizaciones en lo que vaya siendo rentable para los "forasteros"
naturales, es decir, geográficamente naturales, ahora con el inédito (no
existía en 1898) ingrediente de la comunidad cubana, sus grandes,
medianos y pequeños capitalistas listos a invertir, revertir junto al
nuevo patriciado criollo, surgido de las principales familias que
detentan el poder.

Las negociaciones —vaticanizadas— no favorecen a un solo lado, como
algunos analistas afirman. Ambos lados —escrúpulos en el pabellón de
antigüedades— reciben beneficios, no precisamente explícitos en las
respectivas declaraciones de Castro y de Obama.

Más allá del intercambio de espías y otros detalles para las gradas, los
Castro y su gente renuncian a lo poco de ideología que aún los
disfrazaba. Queda transparente su único interés: el poder y sus
prebendas. De enemigo a vecino hay una biblioteca de textos y discursos
antimperialistas, marxistas, leninistas, guevaristas y demás
Gramsci-obsoletos. Se sabía, pero por si quedaba alguna duda,
sobreviviente en alguna universidad norteamericana, de latinoamericanos
que odian a los yanquis desde Manhattan, Phoenix, Boston...

Y Obama, colgada la medallita para la historia, que nunca cae mal,
recibe —por debajo o por encima de la mesa de negociaciones— no solo la
aquiescencia latinoamericana —oíremos los aplausos panameños en abril—
sino promesa de atemperar en Venezuela, seguir favoreciendo la paz en
Colombia y evitar desboques bolivianos o ecuatorianos. Además de poder
exhibir, a nivel global, un éxito diplomático que en algo limpie tantos
dislates.

Los dos lados —siguiendo la costumbre— no solo olvidan agravios, también
borran evidencias de violaciones de derechos humanos, leyes
internacionales y otros adornos: mártires, presos, disidentes,
Constitución sectaria, expropiaciones... Porque Don Dinero preside, rige.

¿O acaso el principal argumento para las negociaciones no es el chantaje
de un posible país ingobernable a 90 millas, sumido en el caos y
frenéticamente lanzado al Estrecho de Florida? Pero los escudos-dólares
garantizarán que no ocurra. Y a bajo precio; además de que, al
restablecerse las relaciones diplomáticas y previsiblemente desaparecer
las leyes especiales hacia Cuba, también se esfumarán los privilegios
emigratorios de que aún gozamos, lo que a la larga es un punto favorable
para Washington.

Quedan tras el tratado sabores y olores poco agradables. Los estafados
y sus rugidos, sin embargo, no alterarán unos acuerdos que ya hicieron
subir las acciones de empresas turísticas, líneas aéreas, productoras de
arroz y pollo, entre otras beneficiadas o a beneficiarse, junto a
inversionistas ávidos y militares cubanos con menos pruritos éticos y
patrióticos que una mata de marabú.

Un asesor le enseñó a Obama la popular frase cubana: "No es fácil". Y
tuvo razón al usarla en su discurso. Pero también debió aprender otra:
"Pasmar los fulas". Por aquello de que si Don Dinero —mejor "forastero"—
aparece... ¿Quién va a estar con memoria? ¿Quiénes van a recordar la
frase de que "los hombres no lloran", pero de rabia?

Source: Obama, Don Dinero y los Castro | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cuba/1419002346_11916.html

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