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Friday, December 05, 2014

Entre dictaduras militares anda el juego

Entre dictaduras militares anda el juego
El castrismo se alió al argentino Jorge Videla que tenía sobre su
espalda a 20 mil desaparecidos. Ahora apoya a Kim Jong Un
jueves, diciembre 4, 2014 | Luis Cino Álvarez

LA HABANA, Cuba. — Recientemente, un programa de la cadena Telesur,
Expedientes, trató el tema del apoyo del gobierno español a la
dictadura militar argentina (1976-1983). El programa se refirió a los
ventajosos tratos económicos para la dictadura que hizo el gobierno
español, a sabiendas del terrorismo de estado que aplicaba, y como no
prestó demasiada atención a los varios casos de ciudadanos españoles
que fueron asesinados o desaparecidos por los represores argentinos.

Pero no solo España tuvo complicidades con la dictadura militar
argentina. Si de eso se trata, Telesur debería dedicar también uno de
sus programas al contubernio que estableció –a pesar de sus abismales
diferencias ideológicas– el régimen castrista con la dictadura militar
argentina.

Informaciones oficiales recientemente desclasificadas en Argentina,
muestran que ambas dictaduras intercambiaron favores en las votaciones
para obtener puestos en organismos de la ONU.

En 1977, Cuba solicitó y consiguió el voto de Argentina para poder
ocupar un puesto en el Consejo Ejecutivo de la Organización Mundial de
la Salud (OMS). A cambio, Cuba accedió a la petición del régimen de
Videla de votar a favor de que Argentina fuera reelegida en el Consejo
Económico y Social de la ONU (ECOSOC).

En abril de 1979, Fidel Castro envió una invitación personal al
general Jorge Videla para que asistiera a la VI Cumbre del Movimiento de
Países No Alineados que se celebraría en La Habana en septiembre.
Videla no asistió, pero envió en representación suya al subsecretario de
Relaciones Exteriores Carlos Cavándoli.

Por aquella época, el gobierno cubano, a pesar de su apoyo a los
Montoneros y otros grupos armados, además de los compadreos diplomáticos
con el régimen de Videla, hacía buenos negocios con Argentina.

A finales de los años 70, procedentes de Buenos Aires llegaron a Cuba
varios cientos de autos Fiat, Chevy y Peugeot, y aquellas pescaderías
móviles donde muy poco tiempo hubo pescado, y en las que hoy, las pocas
que quedan, fungen de cualquier cosa menos de pescaderías.

A sabiendas de los millares de muertos y desaparecidos (se calculan
entre 20 000 y 30 000), los representantes del gobierno cubano
maniobraron en la Comisión de Derechos Humanos, en Ginebra para impedir
que el régimen militar argentino fuera condenado por sus crímenes.

En 1982, el régimen militar argentino, viéndose perdido, apeló al
patrioterismo y se lanzó a la reconquista de las Malvinas, a sabiendas
que la guerra con los británicos estaba perdida de antemano y que solo
conseguiría sacrificar inútilmente las vidas de varios centenares de
jóvenes soldados y marinos argentinos que se sumarían a los millares de
asesinados y desaparecidos por los represores.

El mandatario cubano Fidel Castro ofreció en 1982 al dictador argentino
Leopoldo Galtieri hundir un barco británico en plena Guerra de Malvinas,
que llevaban a cabo el Reino Unido y la Argentina. Así se desprende de
un documento secreto al que accedió Diario de Cuba.

En una reunión con Galtieri, el entonces embajador cubano en Buenos
Aires, Emilio Aragonés Navarro, propuso, si así lo deseaba el militar
argentino, "enviar un submarino o hundir un barco, cualquier cosa" para
colaborar con la posición del país sudamericano en la Guerra. "Argentina
no lo olvidará, ni ahora, ni lo va a olvidar por muchos años", respondió
el dictador con elogios.

El diálogo fue difundido este martes por el escritor Juan Bautista
Yofre, ex jefe de la Secretaría de Inteligencia (SI, ex SIDE) argentina
durante el gobierno del peronista Carlos Menem (1989-1999).

"Al señor Fidel Castro, dígale que le agradezco el espontáneo, decidido
y firme gesto que ha tenido", indicó.

En aquella ocasión, el gobierno cubano, invocó la solidaridad
latinoamericana y el antiimperialismo para apoyar fervorosamente a
Argentina, como si no supiese lo que se traía entre manos la dictadura
militar con aquella guerra en el Atlántico sur.

Como mismo el gobierno de Madrid no se preocupó demasiado por los
ciudadanos españoles desaparecidos en Argentina, tampoco el gobierno de
La Habana formó mucho alboroto por Jesús Cejas Arias y Crescencio
Galañena Hernández, los dos diplomáticos cubanos asesinados por los
esbirros de Videla.

La política exterior del castrismo, más allá de su retórica, suele ser
bastante oportunista y utilitaria.

Dictadura al fin ella misma, la castrista nunca ha hecho asquitos a los
dictadores, por muy sanguinarios que sean, siempre que pueda sacar
alguna utilidad de ellos. O simplemente, por pura simpatía. Como
recientemente, cuando en la ONU, a riesgo de quedar en ridículo, el
representante cubano acudió en ayuda del régimen dinástico del payaso
asesino Kim Jong Un para intentar evitar que tuviese que responder ante
la Corte Penal Internacional por sus crímenes contra la humanidad.

¡Cosas de la real politik castrista!

luicino2012@gmail.com

Source: Entre dictaduras militares anda el juego | Cubanet -
http://www.cubanet.org/destacados/entre-dictaduras-militares-anda-el-juego/

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