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Tuesday, December 16, 2014

El fracaso de las Asambleas de Rendición de Cuentas

El fracaso de las Asambleas de Rendición de Cuentas
Estas Asambleas presentadas como modelo de democracia participativa
socialista están en crisis. ¿Qué puede hacer un delegado frente a la
centralización estatal? Siempre la aprobación llega desde arriba, si es
que se autoriza
martes, diciembre 16, 2014 | Reinaldo Emilio Cosano Alén

LA HABANA, Cuba -No asisto a las asambleas de rendición de cuenta del
Poder Popular porque el delegado repite los problemas sin resolver:
fosas desbordadas; aguas albañales corriendo por calles; basurales
-focos infecciosos- en esquinas o cualquier recoveco; calles sin
bombillos, oscuras por las noches; desabasto de agua; mala calidad del
pan racionado; bodegueros, carniceros, venduteros que roban
descaradamente al pesar; graves problemas de vivienda;
agricultura; desorden público (delitos) bonitamente llamados
indisciplinas sociales. Dice que la Asamblea Provincial no destina
recursos y finanzas.

¨No gasto mi tiempo en esas aburridas reuniones", comenta Reiniel
Hernández Vigoa, residente en Callejón Armando Verde No. 319, barrio
Jústiz, Habana del Este. Concluye: "Hay delegados que se aprovechan del
cargo para arreglar su casa y la calle donde viven".

El desencanto por las Asambleas de Rendición de Cuentas del Delegado de
Circunscripción (barrio) a sus Electores se percibe en la inasistencia
de vecinos, sin importarles mucho la compulsión política ejercida para
que concurran. El régimen reconoce el desinterés.

Jorge Lezcano Pérez, ex alto funcionario del Poder Popular (gobierno)
comentó: "Muchos son los electores que no asisten a las reuniones con el
argumento de que no se resuelven los planteamientos que reiteradamente
formulan; otros señalan que la inasistencia de los dirigentes
administrativos convierten la reunión en una pérdida de tiempo y en
falta de respeto a los electores; no son pocos los que responsabilizan
injustamente al delegado por ambas situaciones".

Lezcano es justo al exculpar al delegado, especie de antiguo alcalde
aunque sin poder, hoy un simple tramitador de demandas que eleva a la
Asamblea Municipal, esta a la Asamblea Provincial, casi siempre
rechazadas alegándose falta de recursos materiales y financieros, lo que
origina falta de credibilidad y desencanto hacia el delegado y escasa
participación en asambleas. ¿Qué puede hacer el delegado frente a la
excesiva centralización estatal? Poco puede hacer mucho por falta de
autonomía y fuentes de recursos. Siempre la aprobación llega desde
arriba, si es que se aprueba.

Bastaría fijar la atención someramente en Constitución de 1940 para
entender porqué del descrédito de las asambleas de barrio. Puede
resumirse en falta de autonomía gobernativa, excesivo control
gubernamental. Veamos: "Título XV, del régimen municipal. Artículo 211:
El gobierno municipal es una entidad con poderes para satisfacer las
necesidades colectivas peculiares de la sociedad local y es además un
organismo auxiliar del Poder Central (…)

Artículo 212. El municipio es autónomo. El gobierno municipal queda
investido de todos los poderes necesarios para resolver libremente los
asuntos de la sociedad local (…)

Artículo 213. Corresponde especialmente al gobierno municipal: a)
Suministrar todos los servicios públicos locales; comprar, construir
y llevar a cabo mejoras públicas locales y adquirir por compra, de
operar empresas de servicios públicos, o prestar dichos servicios
mediante concesión o contrato (…) También podrán operar empresas de
carácter económico. acuerdo con sus dueños o mediante expropiación, las
propiedades directamente necesarias para la obra proyectada (…)

Crear y administrar escuelas, museos y bibliotecas públicas, campos
para educación física y recreativa (…) reglas sanitarias y de vigilancia
(…) y propender al establecimiento de cooperativas de producción y
consumo (…)

Dice Lezcano: "El pueblo espera que sus delegados trasmitan con valentía
(?) y objetividad a la Asamblea Municipal los asuntos acordados en la
rendición de cuentas"*.¿Ignora el ex dirigente partidista que nada puede
hacer el delegado con las manos vacías?

Fulgencio Batista eliminó la Constitución de la República de 1940 -alma
nutricia de la Declaración Universal de Derechos Humanos- tras el golpe
de estado enFidel Castro, prometió respetarla. No la restituyó al tomar
el poder en 1959. La ignoró. El país tuvo vacío constitucional hasta
1976 cuando apareció una constitución a la hechura del régimen. ¿No
sería prudente volver la mirada a la pisoteada Constitución de 1940?

cosanoalen@yahoo.com

Source: El fracaso de las Asambleas de Rendición de Cuentas | Cubanet -
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