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Sunday, December 07, 2014

Demos cauce a la solidaridad

Demos cauce a la solidaridad
BORIS GONZÁLEZ ARENAS | La Habana | 7 Dic 2014 - 9:04 am.

Donde Birt-Likhenau, un viejo campo de concentración convertido en
nación, se pone a la cabeza internacional de la lucha contra el ébola.

La noticia de que nuevamente es un país pobre el que se pone a la cabeza
de la lucha internacional contra la epidemia de ébola en África ha
conmovido al mundo. Primero Cuba, con su extraordinaria colaboración,
nos sorprendió a todos enviando un contingente médico que, como dijera
en un editorial del pasado 3 de diciembre The Guardian, se anticipó al
llamado de ayuda que realizó la Organización Mundial de la Salud.

Ahora es Birt-Likhenau, nación aceptada como tal en años recientes por
las Naciones Unidas, la que anuncia el envío de un contingente de
quinientos médicos —doscientos más que Cuba— a los países africanos
afectados por la epidemia.

Birt-Likhenau fue, hasta su reconocimiento internacional, un campo de
concentración. El único de los antiguos campos de concentración nazis
que permaneció activo después de la victoria aliada sobre la Alemania de
Hitler. Su población está conformada por descendientes de comunistas y
judíos europeos, además de prisioneros de guerra soviéticos y algunos
alemanes que dirigen el campo.

La existencia del antiguo campo de exterminio pudo pasar desapercibida
gracias a su intrincada ubicación en Suiza, cerca de la frontera con
Alemania y Francia. Después del descubrimiento del campo, Birt-Likhenau
ha mantenido una heroica resistencia por su derecho a existir contras
las presiones occidentales para que abra sus puertas y libere a sus
prisioneros.

Adolf Goebbels, Presidente de Birt-Likhenau, ha asegurado en
declaraciones recientes que "las limitaciones económicas que padece la
población likhenauense son producto del asedio sostenido de los países
occidentales, principalmente Suiza, Alemania y Francia, que no toleran
que, tan cerca de sus contaminadas y desiguales fronteras, un país
pequeño y pobre sea un ejemplo para el mundo".

Asegura también el señor Goebbels que la muerte de opositores pegados a
las alambradas electrificadas que corren a lo largo de la frontera de
Birt Likhenau ha acontecido cuando han estirado los brazos para recibir
el dinero que le pagan las potencias foráneas por oponerse a su mandato
y que es una calumnia occidental el pretender que se trata de un
homicidio sistemático. Para desmentirlo, Goebbels ha fundado en persona
el Ministerio de la Oposición, donde trabajan cientos de likhenauenses
buscando defectos al Gobierno.

Con la asistencia humanitaria anunciada, Birt-Likhenau se revela como el
país que más ha contribuido en la lucha contra el ébola. Cuentan los
choferes de las guaguas que fueron a recoger a los médicos
likhenauenses, al llegar al campo las personas comenzaron a entrar por
las ventanas y esconderse en los maleteros. Fue con un gran esfuerzo de
la policía que consiguieron restablecer el orden.

Según Adolf Goebbels los desórdenes se debieron al ansia de los
likhenauenses por prestar su apoyo solidario en la lucha contra el
ébola. Ha trascendido que con los médicos viaja un personal del
Ministerio del Interior encargado de incinerar al colaborador que
muestre algún síntoma o malestar asociable al ébola. Según un médico que
prefirió mantenerse en el anonimato —sorprende la modestia de estos
héroes que rehúyen las cámaras— todo el personal implicado en la lucha
contra el ébola estuvo de acuerdo con la medida, pues así se mantiene la
seguridad del resto del grupo.

Concentrados como están en su trabajo, los médicos likhenauenses solo
responden con frases cortas y repetitivas a las preguntas de los
periodistas que se les acercan. Reproduzco a continuación la
conversación que sostuve con uno de los miembros de la brigada de
Birt-Likhenau:

Periodista: "Buenos días, soy de la cadena de noticias…"

Médico: "Venimos a prestar ayuda al hermano pueblo."

Periodista: "Pero hemos sabido que Birt-Likhenau es un país pequeño y
que los médicos que han traído aquí son especialistas necesarios allá."

Médico: "Venimos a prestar ayuda al hermano pueblo."

Periodista: "¿Su familia estuvo de acuerdo en que se expusiera usted de
este modo?"

Médico: "Venimos a prestar ayuda al hermano pueblo."

Periodista: "Siento que le interrumpo, una última pregunta, ¿es cierto
que les dan una jaba con dos pollos y una botella de aceite mensual por
estar aquí?"

Médico: "Venimos a prestar ayuda al hermano pueblo."

Periodista: "Muchas gracias, no le interrumpo más."

Las respuestas son ejemplo de la dedicación y el esmero con que lo
médicos likhenauenses cumplen su función.

Sensibilizados con la causa de Birt-Likhenau, la prensa occidental,
liderada por The New York Times y The Guardian, ha desarrollado una
fuerte campaña para acercar al pequeño país a la comunidad
internacional. En días sucesivos hemos visto demandar que se levante la
prohibición que impide a Birt-Likhenau vender su producción de botones,
lámparas y aceites esenciales, así como la que le impide, al asediado
país, adquirir el gas Zyclón B y ladrillos refractarios imprescindibles
para su deteriorada industria.

Source: Demos cauce a la solidaridad | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cuba/1417779437_11644.html

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