Pages

Monday, December 08, 2014

Cuando regresan, ya no son los mismos

Cuando regresan, ya no son los mismos
Los aplasta el contraste entre el desarrollo de Miami y las ruinosas y
oscuras calles de La Habana. Les duele la estrechez de la que fue su
casa, la vida que llevan su familia y los vecinos
lunes, diciembre 8, 2014 | León Padrón Azcuy

LA HABANA, Cuba –Antes de partir definitivamente de su Isla, la
mayoría de los cubanos prometió a la familia que se quedaba, enviarle un
dinerito que le permitiera arreglar el techo, vestirse, o simplemente
comer. Algunos olvidaron. Pero muchos cumplieron. Los hay
que sorprendieron apareciéndose en la Isla, cargados de regalos. Para
estos, el amor a la familia se mantuvo intacto. Pero el barrio, la casa
donde vivían, cambiaron irremediablemente ante sus ojos. Y, hasta ellos
mismos, ya son otros.

Los cubanos que residen en Miami (o van de visita) y regresan a casa,
apenas pisan el aeropuerto José Martí, los asalta el contraste entre la
modernidad que dejaron afuera y La Habana bombardeada por medio siglo de
abandono; rascacielos contra edificios derruídos; impecables
avenidas iluminadas frente a calles oscuras ahuecadas, sucias, pestilentes.

Juan Alberto Menéndez Soto, tras cuatro intentos de salida "ilegal" en
balsa, logró llegar a Estados Unidos en donde le dieron abrigo como
refugiado. Luego de varios años de adaptación, y de reunir unos
ahorritos, decidió este 2014 darse un saltico a la barriada de Luyanó.
Para el ansiado momento, Mary su madre y su padrastro Manuel Osorio, más
conocido por Manolito el Gordo, habían recibido con antelación una
aceptable suma de dólares que les envió el hijo, para mejorar la casa.

"Embaldosamos toda la cocina, nos dijo Manolito, echamos piso nuevo en
toda la casa y pintamos, pusimos inodoro nuevo y lavamanos, juegos de
llaves, ducha y calentador en el baño, todo comprado en las tiendas
dolarizadas y así y todo, al día siguiente de su llegada Juan Alberto
decidió hospedarse en un Hotel".

Y prosiguió el Gordo: durante la semana que estuvo el muchacho en Cuba,
se empeñó en comer en restaurantes y cafeterías; no sé si porque sentía
lástima por nosotros, o porque la comida que cocinamos el primer día no
le gustó a pesar de que era muy diferente a la que acostumbramos a comer
todos los días".

Este no es un caso aislado, una señora que vive en una vieja casona de
la calle 23 y A en el Vedado, recibió el pasado noviembre a su hija
Saskia Reyes procedente de EEUU , "Imagínate, que mi hija estaba
horrorizada, se lavaba la boca con agua hervida, se bañaba tres veces al
día porque se sentía sucia todo el tiempo, tomaba el agua comprada en
dólares y jamás quiso comer en la casa", declaró.

Están los que van al extranjero por primera vez por un corto tiempo y
luego regresan. Oscar, quien es dueño del paladar "El Gusto" ubicado en
la calle A y Zapata en el céntrico Vedado, recientemente pudo visitar a
su hijo, que pertenece al cuerpo de Marines de los EEUU y reside en
Atlanta, Estado de Georgia. "No es lo mismo que te cuenten Miami a que
tu lo veas" declaró; cuando llegué al aeropuerto de Miami me di cuenta
que el aeropuerto José Martí parece más a una estación de guaguas que un
aeropuerto. Pero la peor impresión me la llevé, cuando llegué a mi casa.
Toda sucia, sin pintar, sin agua corriente. Tremendo castigo tener que
adaptarse de nuevo a esta porquería".

Bárbara Priol vive con su esposo en un apartamentico en el Vedado, tiene
sus dos hijos viviendo en Miami y pudo adquirir la ciudadanía española
hace algún tiempo, lo que le permitió viajar fuera de Cuba. Con la mano
en el corazón nos dice: "La noche que regresé de EEUU por poco me da
algo, entrar a mi casa en penumbra por los bombillos ahorradores, pero
lo peor fue ver a mi marido comiéndose un pedazo de pan con puré de
tomate como si nada, eso todavía me tiene traumatizada" me dijo.

De los cubanos que van a Miami y regresan, pueden recogerse cientos de
dramáticas historias.

Source: Cuando regresan, ya no son los mismos | Cubanet -
http://www.cubanet.org/actualidad/actualidad-destacados/conocer-miami-y-regresar-a-la-habana/

No comments: