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Wednesday, November 19, 2014

Canales de comunicación con Castro

Canales de comunicación con Castro
CLIVE RUDD FERNÁNDEZ | Londres | 19 Nov 2014 - 9:12 am.

'Back Channels to Cuba' recorre la historia de las relaciones ocultas, y
no tan ocultas, entre los presidentes de EEUU y los hermanos Castro.

El mes pasado se publicó un libro dedicado a la historia de las
relaciones entre la Cuba de Fidel Castro y EEUU: Back Channels to Cuba,
escrito a dos manos por William M. LeoGrande y Peter Kornbluh.

El volumen de 563 páginas recorre la historia de las relaciones ocultas
—y otras no tan ocultas— entre los presidentes de EEUU, desde Eisenhower
hasta Obama, y los hermanos Castro. Para alguien que disfruta leer sobre
historia, el libro pasa de una intriga a otra con lucidez y detalles muy
coloridos. Uno de esos detalles lleno de color que me arrancó una
carcajada fue esta anécdota de una de las reuniones entre ambos gobiernos.

Durante la administración de Carter, a finales de 1980, una delegación
del Departamento de Estado y del NSC (National Security Council) se
reunió con enviados cubanos de alto nivel. Encabezaban, por el lado
cubano, José Luis Padrón, Antonio de la Guardia y José Antonio Arbesú.
Era la quinta reunión y se producía en Cuernavaca, México.

"Los dos equipos se establecieron en el Hotel Villa del Conquistador,
Con amplios y exuberantes jardines y pequeñas cabañas detrás del hotel
principal." Después un par de días de negociaciones, ninguna de las
partes logró mucho avance. "A pesar de que los cubanos no sacaron
ninguna concesión a Estados Unidos, se llevaron algo más", afirma el libro.

"Tan pronto como la delegación cubana partió, el equipo estadounidense
fue visitado por la dirección del hotel." David Newsom, que era parte de
la delegación de Carter, recuerda que el director del hotel le dijo:
"¿Quién va a pagar por las toallas y ropa de cama? Sus amigos del otro
lado del hotel que acaban de irse se han llevado todas las toallas y
toda la ropa de cama con ellos".

El equipo de alto nivel de negociadores estadounidenses se quedó
atónito. "¿Ves?", bromeó David Aaron. "El embargo funciona."

Desafortunadamente, para ser un libro histórico el texto está demasiado
viciado con las opiniones de los autores o para ser más preciso, con
tres ideas:

1) La política del embargo no funciona.

2) Fidel Castro ha hecho más gestos unilaterales de acercamiento que EEUU.

3) Ahora es el momento de restablecer las relaciones bilaterales entre
las dos naciones de un plumazo. El poco a poco no funciona, según los
autores.

En una tarde placentera y lluviosa de Londres en la que leía el libro
acompañado de una copa de vino blanco y sentado al lado de mi hijo
Richard de 11 años, este me hizo una observación que me pareció
interesante: "Papá, esa página que estás leyendo está llena de la
palabra Castro".

Le dije que tenía razón, pero se trataba de un libro sobre parte de la
historia cubana más reciente y los hermanos Castro llevan más de 50 años
en el poder.

"Pero el libro se llama Back Channels to Cuba, no Channels to Castro",
me inquirió mi hijo de nuevo.

A lo que le contesté que estaba viendo solamente una página, no el libro
en su totalidad, y para hacerse una visión más general del tema tendría
que leerse el libro completo.

La perspectiva de leerse un libro sin muchos dibujos y con medio millar
de páginas le calmó de momento su curiosidad. Y luego de este diálogo me
puse a mirar las páginas anteriores, posteriores, los capítulos
anteriores y posteriores, y me di cuenta de que era un patrón que se
repetía en todo el libro. Las historias estaban todas relacionadas con
Castro y los presidentes de EEUU, no había nada o casi nada de Cuba y su
diversidad de pensamiento.

Creo que solo en una parte al final del volumen se menciona que para
EEUU siempre fue más difícil negociar con "Cuba", porque EEUU tenía que
contar con los electores, pero Fidel no tenía ese "problema".

Otro patrón que se repite en todo el recorrido histórico que hace el
libro es un ataque sutil a las administraciones demócratas de la Casa
Blanca y otro frontal a las republicanas por no lograr normalizar las
relaciones con Cuba en más de medio siglo.

El ataque contra el exilio de Miami más que frontal es insidioso. Uno se
lleva la impresión de que en Miami solo viven terroristas o abogados de
la violencia que se han arrepentido con los años.

El análisis de los autores se queda con frecuencia en la superficie de
los conflictos entre los dos gobiernos. Según ellos, Castro cumplió con
las demandas de al menos dos administraciones estadounidenses al sacar
las tropas de África y detener el envío de armas a guerrillas en
Latinoamérica. Entonces, ¿por qué no se establecieron relaciones
normales entre Cuba y EEUU tras la caída del Muro de Berlín?

Afirman ellos que fue porque a George W. Bush se le ocurrió exigirle a
Castro elecciones libres, libertad de expresión y de asociación para los
cubanos, demandas "imposibles" según los autores.

Por supuesto, llegado el momento, no faltan los ataques a USAID y los
fondos para el fomento de la democracia en Cuba por las administraciones
de Bush (hijo) y Obama. A uno le da la sensación de estar leyendo uno de
esos editoriales recientes de The New York Times en contra del embargo,
solo que este tiene 563 páginas.

El último capítulo, "Obama", despierta en uno el déjà vu que se ha ido
acumulando durante todo el libro: las administraciones americanas fallan
en cumplir sus promesas y Castro está siempre dispuesto a negociarlo
todo. Una falacia que todos los que hemos vivido un poco en la Isla
conocemos muy bien. Libertad de expresión y asociación nunca han estado
en la agenda de los hermanos Castro y mucho menos el pluripartidismo.

Un viejo amigo periodista y escritor me dijo una vez que al analizar la
historia, las herramientas de análisis son cruciales, y si lo único que
tienes en la mano es un martillo, todos los problemas te parecerán
clavos. En mi opinión, la historia de las relaciones entre EEUU y Cuba
que nos cuentan los autores de Back Channels to Cuba les ha quedado como
una interesante casa de madera.

Me hubiera gustado que, además del martillo y de Castro, hubieran visto
que dentro de la casa de madera existe un pueblo que no va a aceptar
ningún arreglo que no incluya sus libertades fundamentales y un dictador
que jamás claudicará su poder adquirido con sangre.

De paso para ser mas precisos, los autores del libro, deberían cambiarle
el título a Back Channels to Castro. Pues resulta un error muy común
confundir a Cuba con Castro.

Source: Canales de comunicación con Castro | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cuba/1416384735_11320.html

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