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Friday, October 10, 2014

Paredón para los derechos humanos!

"¡Paredón para los derechos humanos!"
[09-10-2014 11:26:08]
René Gómez Manzano
Abogado y periodista independiente

(www.miscelaneasdecuba.net).- Algunos ancianos se proyectan todavía a
estas alturas como partidarios incondicionales del régimen comunista cubano.
El pasado 2 de octubre fue publicada una noticia del periodista
independiente Misael Aguilar. En ella aparecían reflejados los
desplantes de un anciano nombrado Rafael, miembro de la Casa del
Combatiente en San Antonio de los Baños. Este sujeto se dedica a
increpar a los desafectos al régimen que se cruzan en su camino.

Según la información, el vejete no grita sus consignas "en el lugar
apropiado y en el momento oportuno", según aconseja el General de
Ejército Raúl Castro que se haga con cualquier crítica. Uno de sus
hábitos es presentarse con frecuencia en la Escuela Secundaria Básica de
la localidad y lanzar sus alaridos a los estudiantes que salen de clases.

"¡Viva el Comandante! ¡Paredón para los derechos humanos!", son los
insólitos clamores que suele proferir en esas ocasiones. Como cabía
esperar, lo único que provocan sus exabruptos son expresiones de
estupor, cuando no la burla de los jóvenes interpelados. Lo cual
constituye una excelente demostración de que, pese a la situación
catastrófica de Cuba, al menos en este aspecto las cosas han cambiado
para mejor.

En los años iniciales del actual proceso no resultaba difícil
encontrarse con una buena cantidad de rafaeles. Se trataba de un montón
de exaltados que en todo momento se esforzaban por demostrar que eran
más castristas que Castro. Para ellos el pueblo cubano creó una
expresión que calificaba de modo certero su extremismo revolucionario:
"sarampionados".

En propiedad, ese término no se aplicaba a los jefes que medraban con el
nuevo régimen; de esos aprovechados no cabía esperar otra cosa. El
grueso de sus filas lo componían infelices para quienes los pequeños
beneficios derivados de las medidas populistas iniciales, constituían
justificación suficiente para ser incondicionales del poder. Aunque
tampoco faltaron algunos casos extremos: personas perjudicadas por el
nuevo orden que lo apoyaron a ultranza.

Cabe aclarar que la obtención de beneficios netos —en su caso— contó con
su generosa contrapartida. Esta última la representaba el respaldo
ilimitado al régimen, lo cual incluyó en no pocos casos hasta la
disposición a entregar la vida para defenderlo. A esto se unían
actitudes menos heroicas, como la realización de constantes guardias en
las Milicias y el Comité de Defensa de la Revolución, la ruptura de todo
vínculo con familiares exiliados y un largo etcétera, en el que a veces
no faltaron las delaciones.

Por fortuna, el paso del tiempo y las nuevas realidades se han encargado
de aplacar a la generalidad de esos termocéfalos. Como bien dice el
refrán, los hechos son una cosa muy testaruda. Las generosas promesas
iniciales y los ambiciosos planes destinados a forjar "el futuro
luminoso de la Patria" se han deshecho ante los sucesos posteriores.

Desde el punto de vista humano, uno puede comprender a esos exaltados.
No resulta fácil verse al final de la vida, recapitular lo que se ha
hecho con ella y tener que reconocer: "¡Qué clase de imbécil he sido!
¡Cómo me he dejado engañar!" Pese a ello, podemos congratularnos: Son
amplia mayoría los cubanos adultos de uno y otro sexo que han tenido la
entereza de admitir, siquiera ante sus íntimos, el error cometido.

Pero de vez en cuando se encuentra a algún Rafael —casi siempre en la
tercera edad—, que como cubano de a pie recibe una jubilación de miseria
con la que apenas logra sobrevivir, pero que literalmente está dispuesto
a matar y morder en defensa del mismo régimen que lo ha sumido en esa
desgracia.

Esa clase de sujetos recuerdan a los reaccionarios absolutistas que en
los tiempos de Fernando VII gritaban entusiasmados: "¡Vivan las
ca'enas!". Como la época ha cambiado, los émulos actuales de aquellos
energúmenos emplean un vocabulario distinto para abdicar de sus
libertades y, al igual que Rafael, gritan a voz en cuello: "¡Paredón
para los derechos humanos!"

Source: "¡Paredón para los derechos humanos!" - Misceláneas de Cuba -
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/Article/Index/543654b03a682e125c95355e#.VDZh-vmSxHE

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