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Thursday, October 16, 2014

Mujeres, testimonios… y muchas lágrimas

Mujeres, testimonios… y muchas lágrimas
octubre 15, 2014
Irina Echarry

HAVANA TIMES – Yo traje mi pañuelito —dice una señora muy encopetada—
porque siempre lloro. Como ella, muchas personas se aglomeran en el
pasillo del cine 23 y 12, esperando las historias fuertes, turbadoras y
dramáticas que suelen aparecer en los documentales del proyecto Paloma.

En esta ocasión Mujeres… la historia dorada, de Ingrid León, supera
todas las explosiones emotivas de los anteriores audiovisuales del
Proyecto. Una docena de mujeres se sienta frente a la cámara, cada una
va desgarrando pedacitos de dolor, angustia y perseverancia que arroja
sobre el espectador.

Es el día internacional de la niña (11 de octubre) y el estreno de
Mujeres… se convierte en el primer saludo del Festival Ellas Crean,
organizado por la embajada de España en Cuba. En el lobby del cine nos
recibe una expo fotográfica de varios artistas.

Con tanto público, muchos permanecieron de pie durante los 33 minutos
que duró el documental; los trabajadores del cine programaron otra
función para los que quedaron afuera.

Me pregunto: ¿Qué es lo que atrae a la gente? ¿La compasión, el morbo,
la solidaridad?

Josefina, maestra jubilada, comenta que no se ha perdido nada de lo que
hace Lizette Vila —y el Proyecto— porque "siempre buscan el lado más
humano de las cosas. Pudiera parecer una locura, pero me gusta ver las
desgracias ajenas para reafirmar lo mucho que tengo que agradecer a la
vida".

En cambio Xiomara, enfermera, mientras aumenta la velocidad de su
abanico, recuerda que "todas tenemos infelicidades, problemas, nadie
escapa al dolor, si no es por un familiar enfermo, es por alguna pasión
amorosa mal correspondida o alguna frustración; con cualquiera de
nosotras se puede hacer una película". Los que la rodean asienten y
siguen conversando sobre lo visto en el documental.

Historias como puñetazos se suceden una tras otra sin dar respiro al
espectador: una escritora censurada por expresar su rechazo a la
política cultural del llamado Quinquenio Gris; madres que han perdido a
sus hijas; otra que se ha dedicado —sola— a criar a sus dos hijos
enfermos; una atleta reconocida que logró sobrevivir a un accidente
doméstico; una víctima de la violencia intrafamiliar o la fiscal que
cumplió una condena inmerecida y espera que se haga justicia; entre
otras. Todas contadas con humildad, en un viaje desde el desconsuelo
hasta el equilibrio, pues sacar el dolor, expresarlo, hacerlo público,
es ya un paso para superarlo.

Es una lástima que el audiovisual dilapide lágrimas y sensiblería, como
si no fuera suficientemente dramático hablar de suicidio, violencia,
abandono, incomprensión, soledad o injusticia. Aun cuando las
protagonistas también expresan esperanza e ilusiones, el sentimentalismo
aturde —voz en off engolada, la cámara esperando el llanto, música
melancólica, un homenaje demasiado sentido a La Habana— actuando como
gancho para un público acostumbrado a los culebrones; las emociones se
agolpan unas a otras y no dejan pensar. No hay una reflexión sobre el
dolor, solo se expone, se narra. Y digo que es una lástima porque es un
tema necesario, importante, que la prensa nacional no refleja en sus
páginas. El material permite conocer a esas mujeres anónimas que
conforman el pueblo cubano, pero es un error obligarnos a compadecerlas.
Me niego a sentir lástima; quiero comprenderlas, admirarlas,
solidarizarme, ayudarlas.

Lina de Feria, la escritora censurada por más de 20 años, nos dice en el
documental: "Es necesario hablar del dolor […] hay que hablar para que
la gente sepa y Cuba sea mejor". Y claro que hay que hablar, gritar,
hacerse sentir, pero dejando el melodrama para las novelas nocturnas o
las películas de domingo; porque las lágrimas y el pecho apretado
impiden el pensamiento crítico, el debate y el diálogo útil.

Source: Mujeres, testimonios… y muchas lágrimas - Havana Times en
español - http://www.havanatimes.org/sp/?p=99987

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