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Wednesday, October 22, 2014

Las reformas como Ruperto

Las reformas como Ruperto
El anciano Ruperto –con su gorra bolchevique– por un pelotazo en la
cabeza, da dos pasos adelantes y dos atrás
miércoles, octubre 22, 2014 | Luis Cino Álvarez

Como secuela de un traumatismo, Ruperto, pasó 25 años en coma. Luego que
despertó, hay que explicarle todo lo que ha cambiado en Cuba, casi
siempre para peor

LA HABANA, Cuba. — En "Vivir del cuento", uno de los programas más
populares de la TV cubana, personajes disparatados y algo cínicos,
buscan modos –generalmente ilegales- de aliviar el agobio cotidiano que
significa la subsistencia en un barrio habanero, permanentemente
vigilados por Facundo, "el factor de la comunidad" (léase el chivatón),
quien también comete sus deslices.

Por sus bocadillos no tan desatinados como parecen y que aluden a
aspectos de la situación nacional, las palmas se las lleva el personaje
de Pánfilo, convincentemente interpretado por el joven actor Luis Silva.
Pero desde hace unos meses, se ha incorporado al elenco un nuevo
personaje, que por su simbolismo se las trae: Ruperto.

Es interpretado por el excelente actor Omar Franco, que se inició en el
humor en los años 90 y que luego ha hecho una fructífera carrera dramática.

Ruperto, tocado con una gorra bolchevique, es un anciano que producto de
un pelotazo en la cabeza, recibido en 1989, pasó 25 años en coma.
Producto de ello, luego que despertó, hay que explicarle constantemente
todo lo que ha cambiado en Cuba –casi siempre para peor- en el último
cuarto de siglo en que permaneció sin conciencia.

Como secuela del traumatismo, Ruperto, cuando camina, da dos pasos hacia
adelante y uno hacia atrás.

No puedo evitar –y supongo que a muchos televidentes les ocurra lo
mismo- que el modo de caminar de Ruperto me recuerde la lenta marcha de
las reformas raulistas, que no lo son y que ni siquiera se atreven a
calificarlas de tales, sino "actualización del modelo económico". Algo
que tampoco es en realidad esa mezcolanza de mercantilismo medieval y
capitalismo corporativista-monopólico de Estado en la que se ha
convertido el socialismo castrista.

Me llama la atención cómo se devanan los sesos los cubanólogos que
tratan de interpretar la significación del regreso de Marino Murillo,
luego de unos años, al puesto de ministro de Economía y Planificación en
sustitución de Adel Izquierdo. No entiendo por qué se afanan vanamente
en ver al obeso Murillo como un reformista a lo Deng Xiao Ping o Gorbachov

Como ministro, Murillo, que se declara partidario de la planificación
estatal centralizada, las cooperativas y de frenar la formación de una
clase media fuerte, hará tanto como hizo cuando estaba encargado de la
implementación de los Lineamientos del VI Congreso del Partido
Comunista: poco y a paso de tortuga.

En realidad, no hay por qué esperar más de Murillo. Teniendo detrás a
jurásicos retranqueros ultra-ortodoxos que no cambian un ápice por mucho
que hayan fallado sus concepciones de hace más de medio siglo, y por
delante a una resistente mafia de burócratas corruptos atrincherados en
los ministerios, dispuestos a no perder un centavo de sus ganancias, es
bien poco lo que se puede hacer. Si acaso, poner nuevos parches, dar en
la Asamblea Nacional extensas y enrevesadas explicaciones económicas que
pocos entienden y en las que lo menos importante es el bienestar de la
población. E ir tirando en el cargo, hasta que lo sustituyan.

Para que la economía cubana salga del marasmo en que se encuentra,
Murillo, el tecnócrata que lo reemplace o quien sea, debe olvidarse de
la planificación centralizada, liberar las fuerzas productivas y ceder
mayores espacios a la empresa privada. O sea, hacer reformas económicas
de verdad. No poner curitas. No hay otra forma. Lo otro, es dar uno o
dos pasitos hacia delante y uno o dos hacia atrás. Como Ruperto.

Video:
http://youtu.be/MqxgCCUUlt4

luicino2012@gmail.com

Source: Las reformas como Ruperto | Cubanet -
http://www.cubanet.org/destacados/las-reformas-como-ruperto/

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