LA CONSPIRACIÓN DE LOS ORISHAS

LA CONSPIRACIÓN DE LOS ORISHAS
Yosvani Anzardo
9 de octubre de 2014

San Germán, Cuba – www.PayoLibre.com – En una ocasión se reunieron los
orishas y acordaron: "Vamos a quitarle el poder a Olofin porque ya está
muy viejo y no puede mandar".

Pero Olofin era temible y nadie se atrevía a desafiarlo. Uno de ellos
tuvo la idea de darle un susto mortal.

"Se muere de miedo cuando ve un ekuté", dijo. "Si le llenamos la casa de
ratones, huirá y nosotros seremos los dueños del mundo. Olofin siempre
ha sido cobarde".

El plan fue aprobado, pero olvidaron que Eleguá estaba detrás de la
puerta y lo había oído todo.

Eleguá fue para la casa de Olofin y se escondió. Después llegaron los
orishas y lanzaron ratones dentro del ilé. Olofin, temeroso, gritó al
verlos: "Los ratones me van a hacer daño." Y corrió hacia la puerta para
huir. Pero delante de él iba Eleguá diciendo: "Párese, Babá, que ningún
ratón le hará daño". Al mismo tiempo que gritaba, se los iba comiendo.

Eleguá se comió todos los ratones y Olofin, lleno de furia, castigó a
los conspiradores. Entonces le preguntó a Eleguá: "¿Qué puedo hacer por
ti?". "Concédame el derecho de hacer lo que me venga en gana", le respondió.

Desde entonces Eleguá es el único que puede hacer lo que mejor le convenga.

Los religiosos Yorubá tienen razón al seguir este Patakin, pues Elegua
hace lo que le da la gana y no tiene control para que Olofín pueda tener
las uñas largas y limadas. Orula se hace llamar "Iború, Iboyá,
Ibochiché" para que nadie mencione su nombre, actúa en la
clandestinidad, y los orichas corren de un lado para el otro sin saber
que hacer.

Shangó recomienda hacerse fuertes fuera de las ciudades para luego
tomarlas, pero el resto de los Orishas prefieren por alguna razón
incomprensible intentar imitar a Olofín, hablando mucho, creando
organizaciones dictatoriales y hasta exhibiendo entre guaperías baratas
alguna que otra pajarería.

Así las cosas, el tiempo pasa pero nada sigue igual, mientras el miedo
continúa grande en Olofin que le teme a cualquier expresión de libertad,
y los Orichas que le temen a Olofín de verdad, el mismo disminuye entre
los seguidores de Shangó, y no es que el rey vaya a ser Shangó. Es que
el próximo Olofin no debe ser esclavo del miedo, ni lo usará de bastón.

Source: PayoLibre.com - Cuba - -
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