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Sunday, October 19, 2014

Dos diarios y una misma historia

Dos diarios y una misma historia
ORLANDO DELGADO | La Habana | 19 Oct 2014 - 10:14 am.

Fueron dos importantes diarios habaneros, se vieron obligados a cerrar y
sus sedes se caen a pedazos.

Todavía el transeúnte puede leer en la acera este letrero: "El País,
1921-1941". Año de fundación del diario e inauguración de su nueva sede.
Pero si decide mirar a través del cristal o entrar al antiguo lobby del
desaparecido periódico capitalino ubicado en Reina y Manrique tan solo
hallará un custodio mal vestido sentado en una pequeña mesa, afiches
propagandísticos y varias tarjas, entre ellas una muy ennegrecida con
los nombres de antiquísimos y prestigiosos colaboradores del rotativo.

De aquel periódico que tantos apartamentos rifara a sus suscriptores
solo queda el nombre graficado bajo un mapa de Cuba hecho a color y en
granito y, debajo del nombre, un pequeño avioncito blanco como
avizorando su pronta partida.

El País-Excelsior sucumbió en el invierno de 1960 al declararse
incosteable. El Gobierno revolucionario no le otorgó ni un centavo más
apenas Castro llegó a Palacio Presidencial. Sus talleres pasaron a
formar parte de la Imprenta Nacional y a los antiguos suscriptores se
les obligó a recibir los órganos oficiales Revolución por la mañana y La
Calle por la tarde. Si estas personas decidían darse de baja, lo
visitaba un delegado conminándolo a cambiar de criterio porque "había
que ayudar a la Revolución".

En la actualidad duermen en el oscuro y polvoriento local las rotativas
estadounidenses, que durante varias décadas imprimieron miles de libros
y en los últimos años las conocidas libretas de racionamiento.

Si el visitante decide alzar la vista notará como la fachada de aquella
glamorosa edificación presenta tantísimos huecos donde debieran hallarse
pequeñas ventanas de cristal, uno de sus elementos decorativos más
maltratados. Entre el conjunto de las ventanas acristaladas se hallan
unos frescos artísticos hechos por manos prodigiosas, y en la parte
inferior un oxidado reloj sin manecillas. Al edificio lo acompañan en la
avenida varios latones de basuras en fila india, que afean aún más el
entorno.

El local —considerado como uno de los patrimonios de la ciudad— está
inutilizado a la espera de que la Oficina del Historiador decida su
destino. Pero las autoridades ya no podrán devolverle la prestancia y el
glamour que le otorgaron sus legítimos dueños y solo intentarán
recuperar un edificio que se resiste a morir ante la desidia
gubernamental. Incapacidad de hacer país.

Adiós Información

En su edición dominical del 21 de mayo de 1950, el diario Información
desplegaba orgulloso a toda página una foto de su sede y declaraba: "En
este moderno y funcional edificio es donde se confecciona e imprime
Información. Fue expresamente construido, hace solo un par de años, para
este periódico, en San Rafael 467 (…) Casi 6.000 metros cuadrados de
fabricación, seis plantas, 1 elevador de pasajeros y dos de carga, tres
salones de redacción. La rotativa más moderna, grande y veloz de Cuba,
capaz de imprimir 30.000 periódicos por hora de 96 páginas cada una o
60.000 de 48 páginas entregándolos completos, doblados y contados. La
instalación de linotipos y monotipos (28) más completa también de Cuba".

Exactamente una década después, el diario fue obligado por las
autoridades revolucionarias a reducir sus páginas de más de 40 a 16, en
medio de una fuerte ofensiva estatalizadora. Y para las Navidades de
1960 sus dueños decidieron cerrarlo debido a su total irrentabilidad, ya
que sus ingresos dependían principalmente de anunciantes que vieron cómo
sus empresas eran arbitrariamente confiscadas. Fue el último periódico
independiente de la Cuba castrista en desaparecer.

Un vecino del lugar le contó a este reportero que el edificio permaneció
varios años abandonado hasta que las autoridades se lo entregaron al
Ministerio de la Industria Alimentaria. Desconozco el paradero de las
inmensas rotativas que habían sido compradas al ejército estadounidense
al término de la Segunda Guerra Mundial. Hoy la suerte del local es
similar a la de muchos establecimientos estatales: lleno de tarjas y
afiches propagandísticos, tiene la fachada despintada y muchísimas
ventanas y cristales rotos. Su inmenso lobby ha sido reconfigurado
totalmente y el gran cristal desde donde puede apreciarse lo que
antiguamente fue una gran oficina en el segundo piso se encuentra en
deplorable condiciones. Desapareció el ascensor y los trabajadores del
lugar están obligados a subir sus empinadas y estrechas escaleras para
llegar a sus oficinas.

En las antiguas edificaciones de ambos periódicos una de sus tarjas
reza: "Centro de Tradición Heroica", pero la heroicidad dista mucho de
ser aquella que —esculpida en bronce— representó el cumplimiento o
sobrecumplimiento de planes productivos de la era soviética. Por el
contrario, su mártir paciencia contra el tiempo y la falta de
mantenimiento constituye su condición de edificios heroicos.

Quien visite el edificio de San Rafael y observe muchos de sus espacios
—hoy vacíos—no puede dejar de evocar y pensar en el constante tecleteo
de máquinas de escribir y el ensordecedor ruido de las rotativas que
tenían como público natural a cientos de comerciantes y empresarios
cubanos que, saboreando un buen café mañanero, leían las páginas del
voluminoso periódico. Todo desapareció. Sin embargo, al lado del
edificio hay una vieja casona excelentemente decorada donde prospera un
restaurante como haciéndole un guiño al sexagenario edificio y
recordándoles a todos la superioridad de la gestión privada sobre la
sempiterna ineficiencia estatal.

Nadie mejor que el viejo edificio para saberlo.

Source: Dos diarios y una misma historia | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cuba/1413706454_580.html

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