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Friday, September 12, 2014

Confesiones de un médico cómplice

Confesiones de un médico cómplice
[12-09-2014 10:53:08]
Eduardo Herrera Durán
Hablemos Press

(www.miscelaneasdecuba.net).- La Habana. - A diario, los médicos en Cuba
nos convertimos en cómplices del sistema que impera en la Isla. En la
mayoría de los hospitales y otras instituciones de salud, se violan las
normas establecidas en cuanto a atención a los pacientes.
Callamos, a pesar de conocer las consecuencias de no contar con
suficientes materiales y equipos. Nos hacemos partícipes de la gran
mentira en que se ha convertido el Sistema de Salud, y lo hacemos a
sabiendas de que no es correcto.

Las dificultades más comunes que enfrentamos en nuestro bregar diario
son (y para enumerarlas me apoyo en mi experiencia como cirujano en el
Hospital Universitario Calixto García Íñiguez), la falta de una
climatización adecuada, instrumental médico, material de suturas y
otros, lo cual impide que las operaciones se realicen con la calidad
requerida.

Asimismo, no siempre se realizan los controles epidemiológicos
necesarios, como son los cultivos de bacterias, cuyas muestras deben
tomarse en salas y salones para confeccionar el mapa epidemiológico del
Hospital y que el tratamiento con antibióticos sea efectivo.

Los galenos, tratamos de resolver todas estas situaciones, sin hacer
reclamos serios a la administración.

Otra dificultad relevante se aprecia en la estructura constructiva de
los edificios (continuamos refiriéndonos al citado Hospital), pues a
pesar de las reparaciones realizadas, la calidad de las mismas resulta
deficiente.

Existen salas que cuentan con dos plantas y carecen de ascensores,
obligando a pacientes y otros impedidos a subir por las escaleras. Y
aunque los camilleros hacen su máximo esfuerzo, al trasladar a algunos
de los afectados con sobrepeso, en muchas ocasiones afectan su propia
salud y la de los dolientes.

Según referencia de otros colegas, en los hospitales donde laboran, la
situación higiénica y constructiva es aún más grave. Tal es el caso del
Hospital Clínico-Quirúrgico Joaquín Albarrán, (Calle 26 y Ave. Boyeros),
así como el Freyre Andrade (antiguo Emergencias, Carlos III, esquina a
Hospital), están recibiendo casos con síndromes febriles (Dengue,
Chikungunya, Paludismo), y sus salas están abarrotadas.

Estas dificultades, y muchas otras que de enumerarlas harían demasiado
extenso el presente artículo, son observadas a diario por nosotros, que
al callar nos convertimos en cómplices.

El temor o la apatía nos han convertido en observadores pasivos, a pesar
de la sensibilidad y los principios que reclama nuestro trabajo. Dejarse
arrastrar por campañas políticas, en detrimento del ser humano, es
injustificable.

Source: Confesiones de un médico cómplice - Misceláneas de Cuba -
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/Article/Index/5412b4743a682e061cc26113#.VBK_MPmSwx4

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