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Thursday, August 07, 2014

Nadie tiene que pagarme para hacer que reclame mis derechos

«Nadie tiene que pagarme para hacer que reclame mis derechos»
YUSIMÍ RODRÍGUEZ LÓPEZ | Santiago de Cuba | 7 Ago 2014 - 10:09 am.

Ovidio Martín Castellanos, miembro del Consejo de Coordinadores de la
UNPACU, habla de su lucha, del financiamiento de la organización, del
país que desea.

Escuché hablar sobre la UNPACU (Unión Patriótica de Cuba), casi dos años
atrás, cuando conocí a un joven miembro de la organización en la casa de
una amiga. "Son los patriotas de Santiago", los describía ella.

Sin embargo, algunos en la capital consideran su proyección tan agresiva
que puede compararse con la del Gobierno. Para otros, son el grupo
opositor más preocupante para las autoridades del país en este momento.
Se hacen sentir en Santiago de Cuba constantemente con protestas y
carteles antigubernamentales que aparecen en paredes de edificios y
lugares públicos. Su protagonismo tiene un precio: el hostigamiento y la
represión.

Cuando viajé a Santiago, poco más de quince días atrás, no me pasaba por
la mente entrevistar a un miembro de la UNPACU. Aunque la curiosidad me
llevó a Altamira, pueblo famoso en Santiago por las protestas de estos
opositores, no aspiraba a mucho más que ver algún cartel. Aún no sé si
fue pura casualidad que un joven del pueblo se me acercara y terminara
indicándome cómo llegar a la casa de "un tipo de esos", famoso por tener
en la pared de la entrada de su casa la definición de Revolución de
nuestro Eterno Líder, Fidel Castro Ruz.

Escuché hablar sobre la UNPACU (Unión Patriótica de Cuba), casi dos años
atrás, cuando conocí a un joven miembro de la organización en la casa de
una amiga. "Son los patriotas de Santiago", los describía ella.

Sin embargo, algunos en la capital consideran su proyección tan agresiva
que puede compararse con la del Gobierno. Para otros, son el grupo
opositor más preocupante para las autoridades del país en este momento.
Se hacen sentir en Santiago de Cuba constantemente con protestas y
carteles antigubernamentales que aparecen en paredes de edificios y
lugares públicos. Su protagonismo tiene un precio: el hostigamiento y la
represión.

Cuando viajé a Santiago, poco más de quince días atrás, no me pasaba por
la mente entrevistar a un miembro de la UNPACU. Aunque la curiosidad me
llevó a Altamira, pueblo famoso en Santiago por las protestas de estos
opositores, no aspiraba a mucho más que ver algún cartel. Aún no sé si
fue pura casualidad que un joven del pueblo se me acercara y terminara
indicándome cómo llegar a la casa de "un tipo de esos", famoso por tener
en la pared de la entrada de su casa el concepto de Revolución de
nuestro Eterno Líder, Fidel Castro Ruz.

Ovidio Martín Castellanos, miembro del Consejo de Coordinadores de la
UNPACU, me recibió con cordialidad y se mostró dispuesto a satisfacer mi
curiosidad en una improvisada entrevista.

Este hombre de 47 años ha cumplido prisión en varias ocasiones a lo
largo de su vida. En 1991, por realizar propaganda enemiga, consistente
en poner carteles contra el Gobierno. Luego, por tres intentos de salida
ilegal del país. En total, estuvo preso cuatro años.

¿Nunca sintió simpatía por el régimen?

Siempre sentí que no había libertad. Es un régimen totalitario donde se
violan los derechos elementales que debe tener un ser humano a
asociarse, a fundar un partido político, a expresarse libremente. Cuba
debe ser una nación democrática donde los cubanos pueden ejercer sus
derechos. Este ha sido un sistema de esclavitud y engaño para el pueblo.

¿Considera todo lo que ha descrito inherente al comunismo, o solo que ha
caracterizado al régimen implantado en Cuba?

Creo que es inherente al comunismo. Por donde ha pasado, ha dejado
desolación. Ha traído más perjuicio que beneficio a la humanidad.

Muchas personas en el mundo creyeron en ese sistema, pero se
decepcionaron. En Cuba cada vez nos despertamos con menos perspectivas.
El descontento del pueblo es evidente, a pesar de que no ha existido,
como debería existir, una explosión social. Después del triunfo de la
Revolución nunca ha habido un salario justo.

¿Quiere decir que eran justos durante la dictadura de Fulgencio Batista?

A pesar de que la dictadura de Batista era autoritaria, la gente tenía
la oportunidad de prosperar por su esfuerzo, existían negocios,
industrias. Este gobierno lo intervino todo, hasta los negocios más
pequeños: un simple barbero tuvo que pelar para ellos.

Los salarios empezaron a ser mínimos, pero la gente confió a cambio del
simulacro de salud y educación gratuitas, que tienen una calidad pésima.

Cincuenta y cinco años después del triunfo revolucionario, Cuba está en
ruinas. En La Habana hay que tener cuidado al caminar, por los derrumbes.

Por lo que usted dice, no había que derrocar a Batista.

Había que hacerlo. Batista violó la Constitución e implantó una
dictadura. Sin embargo, mantuvo el pluripartidismo. Pero no se podía
permitir; por supuesto que había que derrocarlo.

De haber nacido entonces y tenido edad suficiente, ¿habría luchado
contra Batista, quizás habría pertenecido al M-26-7?

Seguramente. Las personas lucharon pensando que lo hacían por una Cuba
democrática. Los archivos demuestran que el M-26-7 quería una Cuba
democrática.

Fidel tomó el poder y eliminó las elecciones. ¿Para qué? Pensaba que
podría resolver los problemas él mismo, siempre. Dijo que la Revolución
nunca sería comunista, pero poco después dijo que era una revolución
socialista basada en el marxismo-leninismo.

¿Cómo reacciona el pueblo ante las protestas de ustedes?

No nos repudian. Quienes lo hacían antes, ya no lo hacen. No se suman a
la protesta, pero se mantienen en un estado de neutralidad.

Con sus vecinos, ¿como son sus relaciones?

Muy buenas. Pienso que primero uno debe llevarse bien con su familia y
luego con el vecindario. La policía política ha querido poner al pueblo
en nuestra contra, pero no han podido. Además, la gente cada vez está
más decepcionada y se dan cuenta de que decimos la verdad.

Más del 90% de la gente está descontenta con el régimen, he podido hacer
encuestas. He conversado incluso con miembros del PCC (Partido Comunista
de Cuba) y están descontentos. El régimen ha desgarrado a la sociedad.
Lo único legal, en mi opinión, es oponerse, porque aquí la gente tiene
que delinquir para comer.

¿A qué atribuye entonces, el apoyo casi mayoritario de la gente al
régimen, o por lo menos que la mayoría de la gente no se oponga?

Hay mucho miedo. La gente siente que tiene cosas que perder. Por
ejemplo, hace poco hablaba con un policía, y me decía que nosotros
tenemos razón, pero él no puede perder sus frijoles porque tiene hijos
que mantener.

Usted hablaba de democracia un momento atrás. Si mañana hubiese unas
elecciones democráticas en Cuba, en las que pudieran participar todos
los partidos políticos que existen en el país, legalizados; con
observadores internacionales que garanticen la transparencia del
proceso, ¿estaría dispuesto a aceptar una victoria del PCC?

En un contexto de democracia, donde pudiéramos usar los medios para
comunicarnos con el pueblo (incluso nos conformaríamos con una columna
del Granma), y estuviéramos en igualdad de condiciones y el PCC ganara
las elecciones, lo aceptaríamos. Además, no sería una derrota. Serían
unas elecciones democráticas en las que el pueblo estaría ejerciendo su
voluntad.

El PCC tendría su oportunidad, por un período determinado de tiempo, de
cumplir sus promesas al pueblo y, de no hacerlo, el pueblo tendría la
opción de votar por otro partido en las siguientes elecciones. Así es
que estarían obligados a hacer bien las cosas, porque no estarían en el
poder de forma vitalicia.

Eso le da ventaja al pueblo. Podrían exigir una educación gratuita, pero
con calidad y sin condicionamientos políticos, por ejemplo.

¿Es algo que mantendría la UNPACU si ganara las elecciones, educación y
salud gratuitas?

Por supuesto, creo que esos son logros importantes.

Pero son logros de la Revolución, del régimen instaurado por Fidel
Castro. No existían antes de 1959.

Es cierto, pero en realidad es un derecho de la gente tener acceso a la
educación y a la salud.

Me llamó mucho la atención que usted tiene la definición de Revolución
de Fidel Castro escrita en la entrada de su casa.

Me parece un gran concepto. Aunque en realidad, creo que lo leí por
primera vez escrito por Osvaldo Payá. Pero lo haya escrito quien lo haya
escrito, es un gran concepto y sería bueno que lo llevaran a cabo. Es lo
que exijo.

Si te das cuenta, hace tiempo que no lo mencionan tanto. ¿Sabes por qué?
Porque se dieron cuenta de lo que dice en realidad y que no pueden
cumplirlo.

¿Cómo se financia la UNPACU, recibe apoyo del extranjero?

Recibimos ayuda principalmente de la Fundación para los Derechos Humanos
en Cuba, fundada por Jorge Mas Canosa, y radicada en Miami, que brinda
apoyo a la lucha no violenta en Cuba.

¿Las manifestaciones de ustedes no son violentas?

Nunca. Dejamos que la violencia la pongan ellos. No consideramos que sea
el mejor camino para lograr la democracia. Queremos una Cuba pacífica y
democrática en la que se cumplan los treinta artículos de la Carta
Magna, de la que Cuba es firmante.

Cuba, además, pertenece al Secretariado de la Comisión de DDHH de la
ONU. Sin embargo, a nosotros nos reprimen por asociarnos, por visitar
organizaciones religiosas, por pintar carteles porque dicen ellos que
afean el ornato público. Pero un cartel que diga "viva", en vez de
"abajo", no se prohíbe. ¿Por qué, no afea el ornato público también?

El apoyo que nos brinda la Fundación es principalmente en forma de
cámaras, teléfonos celulares, tecnología que es tan importante ahora
para poder mostrar cómo suceden las cosas, la represión que sufrimos.
Una imagen vale más que mil palabras.

¿El fundador de esa organización no es una figura vinculada a los actos
terroristas cometidos contra Cuba?

El Gobierno cubano siempre ha desacreditado al exilio radicado en la
Florida, acusándolos de ser mafiosos y terroristas.

Pero es cierto que se han cometido actos terroristas contra el pueblo.

Eso fue otra época. Además, la gente olvida que el M-26-7 tenía un grupo
de acción y sabotaje. ¿Eso no era terrorismo? Estuve recientemente en
Miami y no vi nada de eso. No se quiere lograr nada por medio de la
violencia. Además, no admitiríamos dinero de organizaciones relacionadas
con la droga o el terrorismo.

¿Lo aceptarían del gobierno de los Estados Unidos?

Sí. ¿Por qué no?

¿Se da cuenta de que al decir eso le da la razón a nuestro Gobierno en
sus acusaciones a los opositores de ser todos mercenarios al servicio
del Gobierno norteamericano?

Esa acusación es falsa. El propio Fidel Castro recibió la mayor parte
del dinero para hacer la revolución, de personas radicadas en los
Estados Unidos. José Martí recaudó el dinero para la guerra necesaria,
en Tampa y Cayo Hueso.

Con la diferencia de que José Martí lo recaudó entre trabajadores
humildes cubanos radicados en Tampa y Cayo Hueso. Usted dice que estaría
dispuesto a aceptarlo de un gobierno extranjero…

Para nosotros cualquier ayuda es bienvenida porque estamos en
desventaja. Ellos dicen que hacemos esto por dinero, pero eso es
mentira. A mí nadie tiene que pagarme para hacer que reclame mis derechos.

Usted me recibió sin ninguna reserva. No ha puesto en duda que yo sea
colaboradora de dos sitios alternativos, y enseguida estuvo dispuesto a
concederme la entrevista. ¿No se le ocurrió que podía ser una agente de
la Seguridad del Estado?

Mis puertas están abiertas para todo el mundo. No tengo nada que
ocultar. A los de la policía política les he ofrecido que nos sentemos a
conversar y a intercambiar ideas. Estoy dispuesto a tener una
conversación respetuosa con ellos, escucharlos y que me escuchen.

Source: «Nadie tiene que pagarme para hacer que reclame mis derechos» |
Diario de Cuba - http://www.diariodecuba.com/cuba/1407366081_9844.html

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