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Monday, August 11, 2014

Hurones a la desbandada

Hurones a la desbandada
Hablamos de quienes se comprometieron hasta la médula en tanto
defensores, comisarios, amanuenses de una política cultural que fue y
sigue siendo fascista y sectaria
lunes, agosto 11, 2014 | José Hugo Fernández

LA HABANA, Cuba. -Ayer cacareaban por la liberación de cinco desabridos
espías, a los que la dictadura cubana promociona como héroes. Hoy
escriben para destapar las manipulaciones politiqueras de esa dictadura.
Ayer culipandearon para que sus libros y textos mediocres fueran
publicados o para ganarse un pasaje de avión. Hoy se llenan la
temblorosa boca para criticar la censura. Ayer de tarde, apenas eran
perras fieles. Hoy se vuelven o fingen volverse para morder la mano de
quien les tiraba el hueso.

La huida del redil que estamos observando en estos días, por parte de
muchos intelectuales, escritores, artistas, representa un espectáculo
que lo mismo puede hacer reír que ocasionar repugnancia y espanto.

Por supuesto que no hablamos de aquellos que luego de haber vivido
dentro de los márgenes de la decencia (con todo y lo difícil que resulta
eso en Cuba), hoy, mañana, o cuando les dé la gana, resuelven plantarle
cara al régimen.

Hablamos de quienes se comprometieron hasta la médula en tanto
defensores, comisarios, amanuenses de una política cultural que fue y
sigue siendo fascista y sectaria, y además se comprometieron con una
historia personal de cómplice pusilanimidad, pero ahora, de pronto,
cambian o fingen cambiar de palo para rumba.

Y no es que incluso ellos no tengan derecho a revisar sus opiniones y
filiaciones. Desde luego que también lo tienen. A lo que no tendrían
derecho es a hacerlo sin quedar como unos descarados ante la opinión
pública. Y menos derecho tienen –creo yo- a ser asimilados mansamente en
el bando de sus víctimas.

Lo peor, lo verdaderamente tenebroso, es que algunos entre estos
hemipléjicos morales podrían ser (y son, sin duda) fichas en el tablero
de una nueva estrategia diseñada por la policía política para penetrar,
enrarecer, desacreditar, debilitar los espacios que en largos, pacientes
y sufridos años de brega ha venido conquistando la oposición pacífica y
el periodismo independiente.

¿Qué hacer entonces ante esa plaga? ¿Rechazarlos, no darle cabida a sus
colaboraciones en los medios de la prensa libre? Claro que los
responsables de tales medios igual tienen derecho a escoger
soberanamente a sus colaboradores, a tono con los intereses de las
propias políticas editoriales. Además, sería comprensible (y justo, a
pesar de los pesares) que no quisieran incurrir en los mismos prejuicios
sectarios que los medios de la dictadura. Por fuerza, y también por
elemental distinción, querrán tal vez hacer valer sus diferencias con
respecto a La Jiribilla, La Gaceta de Cuba o Casa de las Américas…

Son los riesgos que implica atenerse con responsabilidad a los preceptos
de la democracia. Y son pocos verdaderamente, en comparación con las
ventajas y las enormes satisfacciones que dispensa. Claro que por causa
de tales riesgos, tampoco habría que resignarse a aceptar que la policía
política del régimen abra una quinta columna para actuar con impunidad
desde el seno de la prensa libre.

De modo que según lo veo yo, no queda otra que agudizar los sentidos,
engrasar bien el detector de mierda al que se refería Hemingway,
acostumbrarse a leer entre líneas los medios anti-dictatoriales, como
siempre hicimos y hacemos con los de la dictadura. Y también, claro
está, mantener siempre el hacha en alto, dispuestos a estrellarla contra
el menor intento de crear confusiones o divisiones o adhesiones que
deriven en caldo de cultivo para el régimen.

Por lo demás, ni siquiera hace falta identificar por sus nombres a cada
miembro de la nueva plaga. Ellos mejor que nadie se reconocerán a sí
mismos en estas líneas. En tanto, para nosotros, no son sino hurones en
desbanda. El hurón es un roedor inmundo, capaz de alimentarse con la
carne de sus semejantes y especialmente identificable por el mal olor
que despiden sus glándulas anales. Establecido el perfil, resulta muy
fácil reconocerlos a todos, llámense como se llamen.

Source: Hurones a la desbandada | Cubanet -
http://www.cubanet.org/opiniones/hurones-a-la-desbandada/

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